XII

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Él estaba en el baño, las bragas estaban en la mesita y yo seguía perturbada. Me llené de valor y le pregunte:

-¿Porque lo hiciste?.

-Porque me gusta.

-Eso es muy raro ¿lo sabes?.

-No lo es, es más raro que se masturbe viéndome.

-Sabias que te estaba viendo, ¿porque no hiciste nada?

-Por la misma razón que se quedo inmóvil ante mi presencia.

-Esta bien ya entendí.- dije mientras tomaba las bragas y las olía, su olor era fuerte como la humedad, lamí un poco de aquel fluido, era viscoso y amargo, le seguí cuestionado. -Oye pero ¿porque lo hiciste?.

-Porque es como si, pudieras lamer, oler y sentir que yo estuve ahí, ahora deja las bragas y entra.- abrió un poco la puerta de la regadera, me asome un poco sin la intención de entrar, el jalo de mi brazo lanzando mi cuerpo contra la fría pared de piedra del baño; estaba desnudo, el agua tibia recorría su piel morena, pequeñas gotas de agua se quedaban incrustadas entre los preciosos músculos de sus brazos, su pestañas negras eran la sombrilla de las gotas, tan húmedo, tan sublime, tan erecto... Vaya que lo estaba.

Verlo de esa manera era maravilloso. El momento se rompió cuando el frío de la pared puso mi piel erizada, ahí me di cuenta de mi desnudes, tenía las manos por encima de la cabeza, su mirada estaba clavada en mi.
Lentamente bajo sus manos hasta mis caderas, baje mis manos hasta las suyas.

-Nunca te dije que bajaras las manos, subelas - A la par de la orden, mi reacción fue obedecer de manera inmediata. Sin quejas o reproches, mantuve las manos cruzadas en lo alto, mientras en silencio y con el agua golpeando mi pecho, el besaba mis caderas bajando lentamente hasta mi pubis, con el pulgar y el índice, separó mis labios vaginales dejando expuesto mi centro sexual, separó las piernas y metió su húmeda lengua, los movimientos que emitía, eran tan suaves que al rose de sus papilas con mi sexo inflamado, el éxtasis del placer inundaba al vapor; mi cuerpo tenia vida propia, reaccionaba de manera casi inmediata, en un momento mis manos se enroscaban en su terso cabello negro y en otro momento estaban contra la fría piedra; estaba llegando al éxtasis veía culminar ese momento y él solo se detuvo, quise gritarle y reclamarle por lo que había hecho pero no pude, una de sus manos cubrió mi boca, mientras con la otra giraba mis caderas, sentía su miembro palpitar sobre mis nalgas, este mismo buscaba la entrada de mi vagina; sin penetrar y solo con algunos roces de su miembro friccionando mis labios vaginales, comencé a humedecerme. La mano que cubría mi boca atraía mi cuerpo al suyo haciendo que arqueara mi espalda, la punta de su miembro estaba dentro de mi y como aquella vez estaba tan duro y carnoso.

- Si gritas dejaré de hacerlo - Susurro a mi oído, sus manos tomaban fuertemente mi cadera y me aprisionaban contra su miembro, sus embestidas eran cortas pero llenas de fuerza, era imposible no gritar pero sin querer y en segundos, de manera casi inaudible un gemido salió desde mi pecho; el paró en seco su mirada fue profunda.

- Ponte de rodillas- Lo hice, me sentía mal al haberle fallado en algo tan sencillo. - Quiero las manos por detrás de tú espalda - Separó los labios y sus yemas de los dedos jugueteaban dentro de mi boca, un mounstruoso miembro viril entró en mis boca provocando me fuertes arcadas, una de sus manos estaba en mi garganta impidiendo el paso del oxígeno a mis pulmones, pero la otra empujaba mi cabeza en dirección de su pelvis, me costaba trabajo abrir tanto la boca que por momentos el tenía que abrir mi boca con sus manos, me aleje físicamente del momento centrandome en su bello cuerpo, pero su semen cálido cayo sobre mi rostro saliéndome de ese trance.

Levanto mi cuerpo por los brazos, poniendo mi cara en el chorro del agua, sus grandes y gruesas manos intentaban ser delicadas con mi cara, aquel liquido desapareció con el agua, tome un poco de shampoo y me lave el pelo, el se quitaba el vello de la cara con una navaja de afeitar, todo permanecía en silencio, era extraño.
Salí del baño cuando su voz rompió el silencio.

Diario de una puta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora