(S) Lucius Malfoy II

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- ¿Estas seguro?- Preguntaste preocupada.

- No es un pecado probar cosas diferentes.- Chasqueo la lengua cruzando los brazos.

- Puede doler.

- Si me divierto entonces lo acepto.- Se miraba obstinado.

Sonreíste divertida y lo tomaste de la mano.- Entonces Vamos.

Lucius se sorprendió de inmediato pero no dudó en seguirte, salieron de tu casa y lo subiste al carro de tu padre, un vejestorio que necesitaba varias reparaciones pero que a ti te encantaba conducir.

- ¿Que clase de cosa es esta?- Lucius dudó en subirse mirándote confundido desde la otra puerta.

- Se llama automóvil Malfoy, es un medio de transporte Muggle.

Lucius trato de abrir la puerta.- Horrendo.

Reíste al ver como el mago millonario y engreído trata de abrir una simple puerta, te subiste por tu lado y la abriste desde allí, el chico limpió un poco el asiento y se sentó de brazos cruzados.

Encendiste el carro haciendo que sonara como explosión cosa que formó la expresión de temor más graciosa en la cara del chico.- Cinturones.- Murmuraste tomando el volante.

Lucius te miraba confundido y caíste en cuenta rápidamente.- Lo siento, es una costumbre.- Te inclinaste hacia el haciendo que se sonrojara.

- Estamos en medio de la calle mujer.- Exclamó tragando en seco.

Reíste un poco y tomaste el cinturón acercándote a su cuello.- Eres un tonto Malfoy.- Cruzaste el cinturón y lo clavaste en su lugar.

El chico se sorprendió por el movimiento y tocó el objeto con sus manos.

- Si choco eso evita que mueras.- Murmuraste sin esperar la pregunta.- Ahora sí, nos vamos.

Avanzaste manejando en una carcajada mientras Lucius se sostenía de cualquier parte horrorizado por el movimiento.

- Eres demasiado niña Lucius Malfoy.- Murmuraste cerrando el coche.

- Se movía extraño, y pasaron automóviles gigantes muy de cerca, podia ver el objeto circular al lado de mi ventana.

- Se llaman autobuses y ruedas.- Comentaste entrando al lugar.

- Como sea.- Bufó a tu lado, de pronto se sorprendió al ver el lugar que habían escogido para su cita; las pistas de patinajes  de hielo se habían puesto muy de moda en vacaciones de invierno, y más si era en pareja o familia, Lucius te había pedido que eligieras el lugar, y como él quería "Explorar nuevas cosas" decidiste armar una cita Muggle para ambos.

- Toma.- Extendiste los patines al tranquilo y erguido Lucius que esperaba como un perro obediente sentado en una banca.

- ¿Me tengo que quitar los zapatos? - Soltó en una mueca.

- Si.

- ¿Que clase de higiene tiene esta gente?- Lucius exclamó sosteniéndolo con la punta de los dedos.

Te sentaste colocándote los tuyos- Probablemente el dueño anterior tenía pie de atleta.- El chico te miró confundido.

- Es mejor que no sepas que es.

En cuestión de segundos entrabas a la fría pista como si nada, no era para presumir, pero eras muy buena patinando y te encantaba hacerlo. Te distrajiste de tu sueño, cuando observaste que niños trataban de empujar a una figura en la entrada.

- Señor, no puede durar tanto para entrar.- Reclamaba un niño tratando de pasar.

Lucius forceajaba tomado de la baranda.- Mocosos acaso no ven que trato de no caerme.

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