Shhh.. Es un secreto..

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Sarah llegó a casa después de un día como otros, tal y como esperaba, no había nadie en casa.

Normalmente, hubiera estado su abuela esperandola con un plato caliente de comida y rebosante sobre la mesa recibiendola con una sonrisa.

Pero.. Eso ya era imposible..

Ahora.. Lo único que la esperaba eran las paredes frías de aquella casa solitaria y apartada.

Su abuela, a pesar de tener 50 años, murió hace un año. Sarah fue obligada, junto a sus dos hermanos pequeños, a vivir con su tío y su abuelo.

Su madre la dejó abandonada con su abuela cuando Sarah sólo tenía 6 años. Y después de no saber nada de ella durante 10 años, les llegaron noticias de que ella estaba en la cárcel, por robar a una anciana y matarla.

Y su padre, simplemente.. No estaba, la gente pensó que fue un suicidio. Sarah estaba avergonzada de su padre y su madre, pero solía mantenerse con humor.
A pesar del bullyng que sufría a veces en el colegio, y de no sonreír nunca, parecía estar feliz. Era una persona sería y algo fría, pero a la vez, sabía mantener un humor algo negro que, no sabía porque, pero solía agradar a algunas personas, aunque.. Fueran pocas.

Más de una vez, pensó que quizás le hacían bullyng por su aspecto.

Pelo rubio cortado en capaz por los hombros, podía parecer un chico a veces.

Le faltaba un par de dientes arriba, ya que los perdió una vez que le pegaron unos chicos del colegio.

Y su dulce rostro.. Había sido cubierto por tres cicatrices principales.

Una en la barbilla, una en la frente y otra en la mejilla izquierda.

Entró a casa, con un hábil movimiento de llaves que había tenido que practicar para no hacerse daño cuando trataba de girar la llave, puesto que la cerradura estaba algo vieja y era difícil de abrir.

Entró en la casa vacía y se dirigió hacia el frigorífico para comer algo.

Después, fue a su habitación a escribir algo en su diario.

Puede sonar infantil, pero.. Sarah tenía un diario en el que escribía todo lo que le preocupaba..
Tanto como cuando sus compañeros se metían con ella, como cuando su madre la llamaba desde la cárcel para contarle cosas, que en realidad, no le interesaban.

Comenzó a escribir sobre su día, no paso nada nuevo en verdad, la gente, había normalizado tanto los insultos hacia ella, que ya ni le importaban tanto.

Se había convencido de ellos de tal forma, que podía llamarse así misma hasta palabras que le daba arcadas pronunciar.

No tardó mucho en dejar de escribir, puesto que había sido un día como otro.

Abrió las primeras páginas,mientras su rostro se ensombrecia y esbozaba una sonrisa macabra.

Entonces, se escucho el ruido de la puerta.

Sacudió la cabeza y se limpió una lágrima que había caído por su mejilla.
Guardando el diario debajo de su cama, junto a una rosa que cogió del funeral de su abuela y había guardado ahí, fue al recibidor.

Vio a su tío con una mujer algo mayor..

-Tio.. ¿Quien es?.. -Pregunto Sarah señalandola

No solía tener una relación tan estrecha con su tío, pero sabía seguro que no era su novia.

- Es la nueva limpiadora, va a hacerle una limpieza general a la casa, últimamente esta muy sucia -Dijo su tío, dedicándole una sonrisa.

Mientras la limpiadora iba a recoger las cosas de la limpieza..

-Ohh, Vale. Tengo que ir a recoger a Emilly y a Lucas - Dijo Sarah refiriéndose a sus hermanos, que se quedaban en el comedor hasta las 5 de la tarde, más o menos.

Dicho esto, sacudió la mano despidiéndose y saliendo de casa.

Sarah, tardó 20 minutos aproximadamente en volver.

Cuando vio que no había nadie en el salón, como esperaba, sus hermanos fueron a jugar con sus juguetes como normalmente hacían, mientras ella, se deslizó a la cocina, cogió el cuchillo más grande que encontró y lo escondió en el bolsillo de su sudadera azul.

Se dirigió a su habitación sin hacer ruido, y tal y como esperaba, allí estaban la limpiadora y su tio, y su diario abierto por las páginas del medio escritas con rojo.

Ambos lo leían horrorizados..

Sarah soltó una carcajada, cogiendo el cuchillo con fuerza, sin sacarlo aún de su bolsillo.

-Eh.. S-sarah.. Yo.. -Dijo su tio, dejando el diario sobre la cama

La limpiadora,  simplemente se dio la vuelta y se fue a otra habitación, dando por hecho que, aquello no era asunto suyo.

-Shhh.. Es un secreto.. - Sarah levantó la vista con los ojos desorbitados

En un movimiento rápido, clavó el cuchillo en el pecho de su tio, desgarrando parte de su pulmón derecho.

La limpiadora, al oír los gritos del tío, fue corriendo a ver que pasaba.
Fue a la habitación, donde se lo encontró arrastrándose por el piso, ahogandose con su propia sangre.

Ella, soltó un grito y de pronto un objeto metálico se posó sobre su cuello, Sarah estaba detrás de ella apoyando su cuchillo en el cuello de la limpiadora mientras con la otra mano le sostenía los brazos

-Era.. Un.. Secreto.. -Dijo con una voz tranquila y a la vez, perturbadora, mientras deslizaba el cuchillo sobre su cuello y la dejaba caer en el suelo, ahogandose con su sangre.

-Han sido encontrados 5 cadáveres en una casa de las afueras, entre ellos, dos pertenecientes a menores, dos cuerpos fueron encontrados en la habitación, donde en la pared estaba escrito con sangre "Shh.. Es un secreto" Mientras que los otros 3 cadáveres, se encontraban en el salón, uno era de una mujer mayor y los otros dos eran de una niña y un niño menores de edad. Los menores murieron por una intoxicación de gas, mientras que el hombre mayor, murió por un corte en su garganta, se cree que el asesino anda suelto todavía- Leyo Sarah en voz alta con una sonrisa.

Acababa de comprar ese periódico, sonrió placentera por escuchar como hablaban de ella.

Tenía su cuchillo en la mano, en una especie de casa abandonada con su diario en la otra mano. Deslizó el cuchillo sobre su brazo, haciendo cortes, de los cuales salía sangre a montones

-Nadie... Sabe nada.. Nadie sabe nada de lo que paso..-Repetía una y otra vez, mirando el diario abierto por una de las primeras páginas, donde se podía ver escrito "No fue mi culpa, fue el"

En aquellas páginas, contaba las terribles violaciones que había sufrido por parte de su padre y contaba como lo mató, y como hizo una nota para que pareciese un suicidio.

Sólo de recordar esto, el dolor del corte de sus brazos desaparecía, solo sentía ansias de matar, de hacer sufrir a la gente, como a ella le hicieron sufrir.

Cogió su cuchillo y su diario, y guardo ambos en el bolsillo de su sudadera, que ahora estaba manchada de sangre como gran parte de su rostro.

Salió de aquella casa y se dirigió hacia donde quería ir,a causar daño, con la intención de ir a matar a todos lo que supiesen su secreto, pero antes, se dirigió a su escuela, a matar a todos los niños que le hacían bullyng..

Un segundo.. Recuerda.. Ella sólo mata a los que saben su secreto, y ahora tu sabes su secreto, asique, si notas algo metálico posarse sobre tu cuello mientras duermes, da por hecho, que tu vida ha terminado.



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