Encerrado con mi enemigo

Capítulo 12: Un ataque que nos reencontró

Capítulo 12: Un ataque que nos reencontró

Tres meses pasaron desde que regrese con mi Jonathan, y en ese tiempo, él estuvo preparando sus fuerzas para atacar los institutos de los Cazadores de Sombras.

El día en el que mi infierno atacaría el Instituto de Berlín, yo lo alcance en la entrada con mi arco y flechas, él me miro un segundo confundido.

-Mi Ángel, ¿qué haces?-Me pregunto, tan amable como siempre.

-Iré contigo-Le dije decidido.

-Es peligroso, mejor quédate. Tú no tienes por qué pelear.-Me intento detener, pero no lo logró.

-Te equivocas, si tengo algo por lo cual pelear, te tengo a ti.-Le exprese mis sentimientos, y él asintió.

Después de eso, nos tele-transportamos con el resto del ejército, y de allí, fuimos al Instituto.

Jamás había atacado a otros cazadores de sombras que no hubiesen sido oscurecidos, sin embargo, no sentía ningún remordimiento al matar a gente de mi propia raza, lo único que tenía claro en mi mente, era que debía proteger a Jonathan y a mis compañeros, como lo hacía antes con Isabel y Jace. Los oscurecidos y Jonathan atacaban a los cazadores, y yo, desde atrás, tiraba flechas con mi arco, cuidando las espaldas de mis compañeros y novio.

Llegado un momento en la pelea, sentí olor a azúcar quemada, de seguro habían abierto un portal para ayudar al instituto. No me equivoque, llegaron más cazadores de sombras, y entre ellos, por desgracia, estaban mi familia y la de Clary. Aun así, seguimos batallando, hasta que, forzamos a los cazadores de sombras a retirarse, sin embargo, nunca vi cuando mi padre se puso detrás de mí.

-¡ALEC!-Escuche que me grito Jonathan, pero era tarde, apenas me di la vuelta, cuando mi padre me desmayo golpeando mi punto débil.

Cuando abrí los ojos, estaba en una celda, no me sorprendió la verdad, sabía que me habían atrapado, de nuevo, y que ya no iban a confiar en mí. Me levante para mirar, estaba en una celda de Idris, eran bastante sucias, solo tenían una cama y un baño abierto, que a nadie le agradaba.

-Alec-Escuche que alguien me llamo, y alce mi vista, era mi hermana.-Alec-

-Te estoy escuchando, Isabel-Le respondí para que dejara de llamarme.

-Van a interrogarte en un rato-Me aviso, aunque imaginaba que iban a hacer eso.- ¿Puedo preguntarte por qué?-

-¿Por qué, qué? ¿Por qué los traicione? ¿Por qué estoy con Jonathan cuando él me encerró? ¿Por qué huí de ustedes?-Le hice varias preguntas, me molestaba que no especificara a que se refería.

-¿Por qué huiste?-Me pregunto con un hilo de voz, le dolía mi indiferencia

-No lo sé, quizás ¡porque me querían borrar la memoria!-Le dije enojado, y ella retrocedió.

-¿Nos escuchaste?-Pregunto, aunque la respuesta era demasiado obvia.

-No preguntes cosas que ya tienen respuesta-Le replique, y luego agregue:-Ya vete, eres molesta-

Escuche sus pasos yéndose cada vez más lejos, estaba corriendo, seguramente conteniendo las lágrimas, no me sorprendía, siempre había sido amable con ella, y de la nada, ahora era cruel y frío, le debía doler mucho, pero no podía seguir aparentando ser amable cuando no quería serlo, no quería darle esperanzas que pronto serían remplazadas por desesperación, no quería que sufriera más.

Acostado en la incómoda cama, cerré los ojos, y solo me deje caer en la inconsciencia, pronto vendrían a buscarme para interrogarme, y entonces ya no tendría salida.

(Un par de horas después)

-Alec, Alec-Escuche que empezaron a llamarme, y con un gruñido abrí mis ojos, aunque desee no hacerlo. Mi padre se encontraba frente a mí, y me miraba fijamente.

-Oh, mi padre ha venido a deslumbrarme con su presencia-Exclame sarcástico, lo cual, hizo reír a Jace, quien también estaba ahí.

-Jace, cállate-Le reto, y luego se volvió hacia mí.-Tenemos que interrogarte, pórtate bien, y no te haremos tanto daño.-

¿No hacerme tanto daño? Era demasiado tarde para eso, salte de la cama impertinentemente, y me dirigí a la salida muy rápido. Haber visto por años a Jace haciendo cosas imprudentes, me enseño a poder hacerlas yo también, así que, corriendo a la salida, pase al lado de los guardias, sin que me agarraran, y salí disparado hacia afuera, con un montón de cazadores persiguiéndome. Sin duda, Jace tenía razón, al decir que el peligro, era extremadamente divertido, ver a todos los inútiles cazadores persiguiéndome, sin poder atraparme, era comiquísimo.

Debieron estar persiguiéndome, por lo menos, dos horas, hasta que, por fin, lograron atraparme, jajá, fueron las dos horas más divertidas de mi vida, y cuando volviera, se lo contaría a Jonathan.

Bueno, volviendo a la historia, después de atraparme, me llevaron a una sala que solo tenía, una pequeña ventana, y una silla, donde me sentaron, y ataron, para que, no me volviera a escapar.

-Bueno, nos diste un gran espectáculo, Alexander-Me dijo mi padre, con un tic nervioso en el ojo derecho, estaba terriblemente enojado.

-Eso fue muy divertido-Exclame yo, y luego me dirigí a Jace-Ahora entiendo lo que decías sobre que el peligro era muy divertido-

-¿Verdad que sí?-Me animo mi parabatai, y mi padre lo golpeo en la cabeza-Auch, yo solo decía.-

-¿Por qué Alec?-Me pregunto mi madre, ya entendía de donde había sacado mi hermana, lo de no especificar.

-¡Por el Ángel! Especifiquen la pregunta-Exclame, harto de que no especificaran, ¿Qué les costaba decir la pregunta completa?

-¿Por qué nos traicionaste? ¿Por qué huiste?-Me pregunto Magnus, con la mirada fría.

-Porque ustedes querían hacerme algo horrible-Conteste, y todos entendieron a lo que me refería.

-¡Alec! ¿Tú...?-Quiso decir mi madre, pero la interrumpí.

-Sí, los escuche, borrar mis recuerdos sobre Jonathan... ¡Jamás voy a permitírselos!-Dije muy decidido.

-Pues te tengo noticias, la Clave a decidido borrar tu memoria, en el momento en el que te fuiste.-Escuche a mi padre decir aquello, y mi corazón se aceleró.

-Jamás...-Musite primero, y luego empecé a gritar-¡JAMÁS! ¡JAMÁS LO HARÁN! ¡NO IMPORTA QUÉ, NO OLVIDARE A JONATHAN! ¡JAMÁS! ¡NUNCA ME HARÁN OLVIDARME DE ÉL! ¡NO LO VOY A OLVIDAR! ¡NUNCA!-

Comencé a revolverme en la silla, intentando soltar las cuerdas, intentando huir, ya no quería seguir allí, no más, nunca olvidaría a Jonathan, sin importar lo que hicieran, jamás olvidaría a mi Infierno, jamás.

Continuara...