Capítulo 8

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Gabrielle

Me encuentro en el despacho del director, discutiendo con él y un compañero sobre el club de debate. Y es imposible discutir con estos chicos, hablan demasiado bien y resulta difícil tener argumentos contra ellos.

—Te estoy diciendo que fue un accidente—replico de nuevo.

—Lo hiciste apropósito —contraataca Luke, el capitán del club de debate.

—Bueno vale ¿sabes una cosa? Paso de esta conversación que no es más que un sinsentido. Me voy, prefiero aceptar el castigo antes que aceptarte a ti.

Me levanto de la silla y soy consciente de las advertencias del director, pero hago caso omiso y salgo por la puerta, no sin coger el certificado de castigo.

Oigo pasos detrás de mi, pero hoy no me he levantado de buen humor, así que simplemente espero que no sea nadie siguiéndome.

Aumento el ritmo hasta que dejo de escuchar los pasos detrás de mi y acto seguido me meto en un cubículo del baño de chicas.

Las puertas de los baños están enteras pintadas con lo que parece ser rotulador o incluso pintauñas o pintalabios.

Mi cuerpo esta temblando sin ningún tipo de control.  Intento respirar profundamente pero solo consigo ponerme más nerviosa así que al cabo de tres respiraciones profundas paro. Mareada.

Alguien llama a la puerta del baño pero decido ignorarlo, aunque es muy probable que sepa quien soy porque se me ven los zapatos a través de la rendija que hay bajo la puerta. Y por los zapatos que lleva la otra persona creo que yo también sé quien es. Pero me queda totalmente claro cuando me dice.

—Soy yo pequeña idiota, abre la puerta o la tiro abajo.

Pongo los ojos en blanco pero no digo nada, y tampoco hago amago de abrir la puerta.

—Tienes tres segundos antes de que tire la puerta.

Oigo como respira fuertemente pero tampoco le hago caso.

Empieza a contar alargando los números, intuyo que dándome tiempo para que abra la puerta, cosa que no tengo pensando hacer.

–Uno...

No hay respuesta de mi parte.

–Dos...

Me acerco a la puerta para abrirla y en ese momento me doy cuenta de que no tendría que haber hecho eso.

–¡Tres!

Abro la puerta justo en el momento en el que Grace da una patada que por consecuencia me da a mi en la tripa dejándome sin respiración.

Noto como mi conciencia poco a poco se va desvaneciendo hasta que ya ni veo ni escucho nada.

Grace

En el momento en el cual di la patada y note algo blando en vez de una puerta supe que algo iba mal.

Y ya al ver caer a mi mejor amiga termine de saberlo por completo.

Salí al pasillo desesperada para pedir ayuda y aquí nos encontramos ahora, en la enfermería. Ella dormida o inconsciente como lo quieras decir y yo comiéndome una piruleta.

Noto como se remueve en su sueño y poco a poco a poco va abriendo los ojos.

—Buenos dias bella durmiente— le digo en un tono sarcástico pero con una pequeña nota de culpabilidad.

—Tenemos que hacer una banda.

Confusión |REESCRIBIENDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora