La boda

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Daniela.

Ya habían pasado varios meses, veía de vez en cuando a Gabriela, a veces venía con un chico. Me puse tan mal cuando dijo que era su novio que quise quitarme la vida, pero no hubo coraje.

Dejé de trabajar ahí ya que no podía soportarlo y ya acabé mi carrera así que ahora estoy dedicandome a eso.

Hoy, 22 de junio, es el peor día de mi vida. Me a llegado una carta de una boda, si, la de ella. Fue su madre quién me la había dado y claro, ella era muy buena conmigo por que no sabía que me gustaba su hija.

Suspire mirándome al espejo, la había perdido y esta vez de verdad. Me coloqué el pelo, me lo había teñido de un rosa claro y donde estaba rapado ahora tenía más pelos. Me coloqué por décima ves la ropa y salí, iba con una camisa y un pantalón largo pero formal. Subí a la moto y fui a donde la boda. Por el camino me hacía a la idea de que tenía que ser fuerte, pero sabía que iba a caer.

Al llegar, no entré en la iglesia y le puse la escusa a la madre de que no era religiosa y lo aceptó. Cuando acabó y salieron la vi, estaba más hermosa que nunca y quería llorar por que no conseguí que fuera mía.

Nuestras miradas se encontraron pero ella rápido la apartó, entró en el coche con su ahora esposo y fueron a la fiesta. No me quería quedar, pero tampoco irme y hacerles un feo, así que saqué fuerzas y fui.

Aún no podía creer cuanto poder tenía ella en mi y eso me dolía, mucho.

Subí a la moto y fui a donde era la fiesta. Cuando llegué, miré todo por fuera, era precioso, como ella.
Me quedé un rato sentada en la moto hasta que su madre se acercó.

-Hey cielo, vamos.- dijo y me sonrió, pero no aguantaba más y explote.

-¡¿CÓMO VOY A ESTAR BIEN SI LA MUJER QUE AMO SE ACABA DE CASAR CON OTRO HOMBRE?!- grité en lágrimas. Ella me miró raro para luego abrir los ojos.

-Vete, no quiero que te acerques a ella.-

Suspire, igual ya nunca podría estar con ella. Encendí la moto y me fui con lágrimas a mi lugar secreto, esta sería de veras la última noche.

Saqué un bote de pastillas y lo vacié en mis manos, me la llevé a la boca cuando sonó mi móvil, bufé y lo cogí.


-¿Si?- dije molesta.


-¿Daniela?- era ella, de verdad era ella.

Mi Chica Mala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora