Nota de suicidio.

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Daniela.

-¿Gabriela? ¿Eres tú?- dije con un hilo de voz.

-No, soy yo, Charol. ¿Ya no te acuerdas de mi?

Y se me vino el mundo encima.
De veras pensé que era ella, tenía las esperanzas pero no. La voz era tan parecida.

Después de rato hablando colgemos. Suspire y volví a las pastillas pero antes de eso, escribí una nota suicida, la envíe a la casa de Gabriela y me senté en una silla mirando las pastillas.

Después de tanto tiempo pensando en mi vida, en todas las chicas con las que me había acostado, las chicas de las que me había enamorado, cuando la vi, sus precioso ojos. Ella es perfecta, demasiado perfecta para mi, por eso creo que ella no es para mi.

Sé que quitarse la vida es de cobardes, que debería pensar en mi, pasar por su lado y sonreír ya que la e olvidado, pero no, no puedo.

Cogí las pastillas y me eché varias a la boca y las trague.

Me quité la ropa y me acosté pensando en todo hasta que la pastilla hizo efecto.

Gabriela.

Me desperté desnuda y al mirar a mi lado estaba él, mi esposo.

Yo nunca quise casarme con él, había decidido decirle lo que sentía a Daniela pero nunca pude.

Me levanté y me puse una camisa larga, unos zapatos y salí a que me diera el aire.

Aún no me había ido de luna de miel ya que mi esposo tenía trabajo. Miré que en buzón había cartas y al sacarla vi que era de ella. La abrí rápido t empecé a leerla.

Querida Gabriela. Sé que no sientes nada por mi, sé que quieres que deje de perseguirte, pero no puedo, eres preciosa, tu sonrisa, tus ojos, todo de ti es precioso y me parece patético haber acabado así, tan enamorada de una persona que moriría por ella y que esa persona no sea igual es de idiotas, pero nadie puede elegir de quien enamorarse, ¿No?

Llama esta carta como quieras, una carta normal, una carta de suicidio de alguien más, como quieras. Pero quería que supieras que siempre te he amado desde el aquel día que te vi por primera vez, cuando hablábamos, pero sobre todo aquél beso, soñaba con ese beso por que fue muy especial, al menos para mi siento haber subido el tono, lo siento mucho si te molestó, no era mi intención solo quería estar contigo y tenerte tan cerca, lo único que quería era estar contigo de cualquier manera.
Siento haberte causado problemas, siento mucho haberte hecho sentir mal, pero te amo, te amo mucho y no me cansaría de decírtelo todos los días.

Mi sueño era despertar y que estuvieras a mi lado, besarnos y abrazarnos y hacer nuestra vida juntas, de verdad lo quería.

Pero ahora, tu casada y yo a nada de morir.

Espero que todo te vaya bien con él y que seas muy feliz.

Siempre te voy a amar a pesar de estar lejos.

Firma: Daniela




Solo me quedaba llorar. La había perdido, de verdad la había perdido. Me senté en el suelo llorando mientras abrazaba la carta arrugandola. La amaba, de veras la amaba y ahora me daba cuenta que fue demasiado tarde.

Después de varios minutos ahí sentada llorando mirando al cielo salió mi esposo. Solo le miré y entré, subí y empecé a preparar mis cosa. Bajé y salí sin darle explicación a él y caminé, ¿A dónde? Lejos.

Después de haber llevado rato caminando, entré en un bar y vi en las noticias de que habían encontrado muerta a Daniela en una cabaña, mientras sollozaba, pagué lo que había pedido y corrí a coger un taxi, le di la dirección que habían puesto en la tele y fuimos.

Al llegar ya no habían policías así que entré en la cabaña y miré todo. Había dibujos por toda la habitación y se notaban que eran de ella. Todas las paredes estaban decoradas por ella y eran preciosas. Fui a su habitación y miré lo poco que tenía, una cama, un armario y una cómoda.

Mientras lloraba mirando todo, me senté en la cama donde murió y me acosté. Puede sonar muy asqueroso hacerlo, pero cuando amas tanto a alguien da igual qué hacer y más si ahí está su olor. Abracé la cama y me quedé ahí un rato hasta que vi el bote de pastillas que ella se había tomado. Lo cogí y vi que quedaban varias.

-Nos vamos a volver a ver, Daniela.-

Cogí las pastillas y me las tragué, me acosté hasta que hizo efecto.

Fui idiota al no estar con ella y ahora no pienso perder esta oportunidad así que, me iré con ella a rectificar mi error. Mis padres, mis hermanos, los amo. Pero tengo que hacerlo, tengo que ir con ella.



Y sin más, dejó de respirar en la misma cama donde Daniela había dejado también de respirar, para así, irse juntas a un lugar mejor.




FIN.



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Mi Chica Mala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora