Abrió los ojos lentamente y a decir verdad empleando un gran esfuerzo. Lo primero que vio fue una simple lámpara blanca colgando de un techo igualmente blanco.
En pocos segundos su cabeza comenzó a dolerle, dejando escapar un grave gruñido de dolor. Se tocó para intentar calmarlo, pero lo que palpó con sus finos y largos dedos no era su cabello, sino una venda larga que le cubría toda la cabeza.
Intentó no darle importancia y se giró hacia la izquierda, encontrándose con el monitor cardíaco, que marcaba que sus latidos eran pausados, pero constantes.
Debía agradecer algo: por lo menos seguía vivo.
Pero ese alivio se desvaneció rápidamente al comprobar que no recordaba nada de lo ocurrido. ¿Qué lo había dejado en ese estado? Debía preguntarle a alguien, pero por desgracia se encontraba completamente solo.
Hubiera esperado que al menos sus padres estuvieran allí, o sus amigos. Espera... ¿Tenía amigos? Tampoco los recordaba.
Se sentía fatal. No solo física, sino también emocionalmente. ¿Habrá hecho cosas malas en el pasado? ¿Habría herido a alguien? ¿Se había peleado con sus padres? Eran preguntas que le carcomían la conciencia.
No sabía cuanto tiempo aguantaría sin obtener sus respectivas respuestas.
Tocó varias veces el gran botón rojo a un lado de la camilla para llamar al personal de la enfermería.
Casi al instante, tres enfermeras corrieron hacia la habitación.-¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi familia? ¿Qué ha pasado?-preguntaba sin control alguno.
-Señor Grassi, necesita calmarse. Unas horas de reposo le harán bien.-dijo a modo de respuesta una de las enfermeras.
Miró hacia la ventana. No había nadie. Los asientos de espera estaban vacíos y no se escuchaba otro ruido que el de las enfermeras corriendo de aquí a allá con papeles y anotaciones.
(...)
Genial. Eres un maldito genio.
Su mente lo había atormentado día y noche durante esos últimos dos meses. La culpa lo estaba haciendo pedazos y lo peor de todo es que no podía hacer nada para remediarlo.
Pero lo que más le angustiaba era que debía alejarse de él, por recomendación de los médicos, de sus amigos y de su familia.
Debía alejarse de su mejor amigo.
Debía alejarse de la persona que amaba.
☆☆☆
Heeeey! ¿Cómo están? ¿Me extrañaron?
Bueno, esta es una historia que se me ha ocurrido gracias a mi pareja favorita.
No hay horarios de actualización, por lo que actualizaré cuando el mundo me lo permita.
PD: perdón por dejar al resto de novelas abandonadas, pero la inspiración me odia -.-
GOODBYYYYYYEEEEEE! 🎵🎵🎵
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You again?!
RandomSu mente estaba en blanco, tanto o más que las paredes que lo apricionaban en aquel pequeño y humilde cuarto de hospital. ¿Qué estaba haciendo allí? No podía recordar nada, excepto su nombre y apellido: Mitchell Grassi. (...) Miles de cosas pasaban...