●Mitch●
Me quedé tomando fotos hasta que la luna se hizo visible. No podía parar. Se sentía maravilloso, con razón me había decidido a estudiar fotografía: es un verdadero arte.
Por otro lado, Kirstie casi se duerme de pie.Obviamente no le tomaba fotos a cualquier cosa que veía, sino que intentaba tener una idea de la próxima foto e intentaba conseguirla. Varias veces he guardado fotos que no me gustaban, desenfocadas y con demás errores.
Pero ha sido muy divertido.
-¡Kirstie, vamos! Debemos apurarnos.
-Mitch, cuando dijiste de acompañarte a tomar algunas fotos creí que serían algunas, no de la ciudad entera.
-Ahora que lo mencionas, la ciudad vista desde una perspectiva aérea sería una buena toma...-dije con una sonrisa pícara.
-Ni siquiera lo pienses.
Ambos estallamos en carcajadas y seguimos nuestro camino. En mis ojos podía verse aquel brillo que estuvo tanto tiempo perdido. Parecían los ojos de un niño frente a una tienda de dulces.
Hasta ahora solo tenía tomas de edificios, personas y distintos contornos del cielo.
Pero tanto mis ojos como el lente de la cámara se centraron en un chico.Vestía una camisa y jeans ajustados, muy buena convinación. Su sonrisa era encantadora y sus ojos hermosos. Por lo que veía, tenía buen cuerpo. Estaba junto a otros dos hombres en la entrada de un restaurante, al parecer esperando a alguien más.
No dejaba de consultar la hora en el reloj de su celular, el que sacaba de sus bolsillos cada dos por tres.Sentí el aire más pesado cuando volteó a verme, así que me oculté detrás de una columna. No lo dudé ni un segundo y agarré mi cámara, enfoqué en su rostro de ojos café y cabello castaño y con dedos temblorosos tomé la foto.
No podía esperar a que se secara, así que solamente la guardé junto con las que me gustaban, obviamente.
No iba a acercarme a él, claro que no. Primero que nada no me gusta.
<<Claro, por eso le has tomado una foto cual acosador pervertido>>
Cállate. Simplemente es atractivo. Bueno, muy atractivo. Eso es todo.
Mi conciencia decía que lo deje, pero mis ojos, dedos y corazón demandaban que siga tomando fotos. Tomé un par más, desde el mismo lugar y con el mismo enfoque.
Obtuve lo que podría llamarse "la foto perfecta", ya que volteó, mirando por encima de mí y sonrió. Fue el momento justo para capturarlo dentro de mis ojos y en el papel.Kirstin me haló del brazo bruscamente.
-¡Oye! ¿Qué-?
-¡Mira! ¿No te gustaría una foto con aquel cielo?
Miré con atención hacia donde señalaba su dedo índice. Una gama de azules estaba impresa sobre nuestras cabezas, terminando en negro. No lo dudé ni un segundo y crucé la calle, con mi amiga pegada como abrojito.
Sí, sin duda había sido muy divertido.
(...)
Eran las ocho de la mañana. Se supone que debo estar dormido, pero por razones ya anteriormente mencionadas no pude pegar un ojo en toda la noche.
Las fotos seguían en mi abrigo, ya que anoche había llegado demasiado agotado como para acomodarlas correctamente. Me levanté y metí la mano en el bolsillo donde tenía la mayoría de fotos. Las puse sobre el escritorio, de modo que pudiera ver cada una fácilmente. Saqué las de aquel chico y las puse en distintos lugares entre las demás.

ESTÁS LEYENDO
You again?!
RandomSu mente estaba en blanco, tanto o más que las paredes que lo apricionaban en aquel pequeño y humilde cuarto de hospital. ¿Qué estaba haciendo allí? No podía recordar nada, excepto su nombre y apellido: Mitchell Grassi. (...) Miles de cosas pasaban...