Capítulo 4.

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Siento la luz del sol en mi ojo izquierdo y también cuando Zoey con sus dedos abre mi ojo derecho.

– Pensé que estabas muerta, anoche roncabas muy fuerte.

Zoey es mi compañera de cuarto, la chica rara. Era un poco dura conmigo. Pero se veía que por dentro era dulce... era algo como yo. Su cabello era negro y tenía una quijada algo redondea.

– ¿Qué hora es?

– Las 2 de la tarde.

Abro los ojos. Mierda. Segundo día de clases y ya había faltado. Estrello mi mano contra mi cara, soy una idiota.

Zoey termina de ponerse sus típicas botas militares y me mira. – Iré a la biblioteca. El chico ese amigo tuyo vino hace poco.

– ¿Josh?

– No, Dylan. –Hago una mueca. Estupido Dylan. Ella toma su bolsa y sale. Agarro mi almohada y grito.

Anoche fue frustrante.

– Yo también.

Josh sonríe y cierra sus ojos cerca de mi rostro. Frotamos nuestras narices mutuamente. Decir que tenía mariposas en el estómago era quedarse corto, yo sentía un puto enjambre. Sus manos pasan por mi cintura y me acerca más a él. Si es que eso es posible.

He querido hacer esto desde hace mucho tiempo.

ESTO SERÁ HERMOSO. Mi primer beso sería Josh. Justo cuando nuestros labios se tocan, alguien nos interrumpe.

– Ma... maa... beeeeeeee -La voz de Dylan suena pastosa, giro mi rostro y lo veo allí tambaleándose– Beeeeezzz – hace como una abeja.

–¿Qué demon...? – me aparto de Josh y lo agarro cuando pierde el equilibrio, de inmediato pasa un mano por mi cintura para apoyarse– Cómo te emborrachaste tan rápido?

– Me daban cien dólares por cada chupito. - Le habla a la pared que está al frente de nosotros. Luego percata que soy yo la que lo está sosteniendo. – Oh, hola abeja Maya.

–¿Quieres ayuda con él? – Me pregunta Josh algo preocupado.

– ¿Me ayudarías a matarlo?

– Nooo. Nooo. – se queja el castaño y pone un dedo en sus labios–. Noo. Por favor, tu amigo Willy te pegará. – se ríe– Mmm... quiero vomitar.

– No estás lo suficiente borracho. –bufo.

–Yo creo que sí. –dice y después vacié su estómago en mí.

Sí, en mí.

Alto mundo, primero el chico que me gusta iba a besarme, apareció mi nuevo amigo y me vomita.

– Oh oh. –Lo suelto y se arrecuesta como puede a la baranda.

– ¿Quieres que te lleve a tu habitación? – se ofrece Josh–O algo de ropa... o un baño.

– Lo mataré.

– ¡Yupiiii! –veo como Dylan está sentado en la baranda y se tira, sí. Se lanza desde el segundo piso.

– ¡Dylan! – corro y observo abajo.
Él estaba con los ojos cerrados y una sonrisa en los labios.

– ¡Creo que me orine! -grita.

Miro a Josh. –Hasta Mañana.

No dejo que responda. Bajo a la planta baja. Luego de hablar con unos chicos, logro con su ayuda subir a Dylan al taxi conmigo.

SomedayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora