Capítulo 2.

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Maya.

Luego de mi primera clase, la cual constó de mi nueva profesora de danza de edad media regañara a dos chicas que habían llegado tarde, decido ir a la cafetería, ya que la sed me está matando.

Al entrar me encuentro a Dylan sentado en una mesa rodeado de chicas con faldas cortas y piernas largas, me dirijo hacia él y cuanto me siento, pasa sus brazos por mis hombros.

– Hola pequeña Maya. –me sonrío y las chicas a mi alrededor me tiran miradas asesinas.

– Voy por un refresco. –intento levantarme pero el me lo impide.

– Tranquila, yo te lo busco. – algunas chicas lo siguen y otras se quedan.

– ¿De dónde lo conoces? – pregunta la pelirroja con demasiado maquillaje.

–Y-yo... – no sabía que decir, luego de sentarnos en la banca cada uno se fue a su respectivo salón cuando sonó el timbre.

– Te traje una Coca-Cola, espero que te guste. –Dylan llega y con él, más chicas. – ¿quieres ir conmigo a la fiesta de esta noche? –las féminas abren sus ojos con sorpresa e envidia, quizá estaban esperando que él las invitará.

¿Qué tenía Dylan de especial?, aparte del físico, claramente.
Asiento lentamente y el sonríe.

Me dispongo a abrir la soda y mis ojos se van a la mesa que está al frente, donde se encuentra Josh.

Josh.

¡Josh!

¡Tío Boing!

Él alza la mirada y nos quedamos congelados.
Me disculpo con Dylan y salgo del lugar, comienzo a caminar y escucho unos pasos más fuertes detrás de mí.

– Maya.

– Tengo clases, Josh. ¡Hablamos luego! –trato de apresurar mi paso, pero su mano atrapa mi brazo.

– Maya –su voz es firme. Me giro.

– Dime. – abro mis ojos, dandole toda mi atención.

– Ya estás aquí. –alzo una ceja, ¿qué?– me refiero a que ya estás aquí, estamos en la universidad.

– No te veo desde hace casi tres años y así es como me saludas. Es patético, tío Boing.

El sonríe y yo lo miro mal. –  ¿De qué te ríes?

– Me dijiste Tío Boing, como cuando tenías 13.

Giro los ojos.

– ¿Sabes sobre la fiesta de hoy?

– Sí, un amigo me dijo.

– Bueno, pensaba que quizás nos pudiéramos saltar la fiesta e ir por un helado.

¿Un helado?

– Ya no soy una niña, Josh.

Sonríe. –Lo sé. Perfectamente.

– Respecto a la fiesta, iré con alguien. –su sonrisa se borra–. Pero... mañana podríamos ir al cine, si quieres.

– Me parece bien.

– Bien. Adiós. –camino hacia mi dormitorio.

Necesitaba hablar con Riley.

(...)

La llamada con mi querida amiga toma más tiempo de lo esperado, me cuenta como fue su llegada a la universidad y como van las cosas con Lucas. Para cuando termina, tengo un hambre increíble por lo que decido ir al centro comercial. Debía admitir que Nueva York había cambiado un poco, muchos no lo notaban, pero yo sí. Yo había crecido aquí.

Cuando voy en el metro, recuerdo el día de las citas dobles. Lucas y Riley. Farkle y yo. También recuerdo como la consejera universitaria de Josh lo rechazó diciéndole que el sería un junior y ella sería cuatro años mayor que él. Diferencia de edades, la especialidad de Joshua Matthews.

Me bajo en la parada que está a dos calles del centro. Camino mientras miro a las personas, todas en su pequeño mundo.

Llego a un puesto de Tacos y pido dos, tengo mucha hambre. Al terminar, de vuelta a la estación del metro, entro a una pequeña heladería que esta un poco antes. Pido helado de frutilla y me siento en una de las bancas, saco mi libreta de dibujos y comienzo a hacer bocetos. Dibujo a las personas que están alrededor, a la niña que esta lamiendo su helado de chocolate mientras su madre habla por teléfono. A los ancianos dos meses más atrás que toman sus batidos tranquilamente.

Sonrío al ver mi resultado y paso la página para una nueva. Luego de trazar tantas líneas y borrar algunas. Mi mano suelta el lápiz cuando ve el resultado final.

Era Dylan.

He dibujado a Dylan. El chico que acabo de conocer hace algunas horas.

Guardo todo y retomo mi camino hacia la estación del metro.

Estaba cansada, debía dormir.

Al llegar a la universidad, me dirijo a mi dormitorio, en la entrada hay un ramo de rosas azules. Frunzo el ceño y observo a mi alrededor para ver si hay alguien más. Me agacho de recogerlas y las llevo a mi nariz, donde inspiro el olor. Algo me pulla y miro el pequeño sobre blanco, una tarjeta. La saco y leo las dos únicas palabras.

Hola :)

-Josh.

Sonrió y entro a mi habitación. Debía arreglarme para la fiesta.

SomedayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora