La diferencia de edad siempre había sido un problema para Joshua Matthews. Luego de Sky Lodge, donde ambos habían aceptado lo que sentían por el otro, pasar tiempo juntos era todo un reto.
Pero Maya Hart ahora tenía 18 años, y este año era una estu...
capitulo final y super corto, pero habrá una segunda temporada.
Maya.
Dos días después.
Riley se levanta de mi cama y bufa. - No puedes seguir, me estas preocupando.
Seco mis ojos y veo como Jack pinta a Rosie como una de sus chicas francesas. Nunca me pintaran así, moriré sola.
- Ya comienzas a oler mal, Maya. -dice Lucas y me encojo de hombros.
- Si te molesta, te puedes ir. -tomo otra lata de Coca- Cola de la mesita de noche y la abro, tomando un sorbo de esta.
Riley toma la laptop de mi regazo y la pone en el pequeño escritorio que esta en la habitación.
- ¡Oye!
- Tengo un vuelo que tomar en media hora, y no me iré de aquí hasta que te bañes. Lucas, ayúdame a cargarla al baño.
(...)
Estoy terminando de ponerme mi camiseta cuando Dylan entra en la habitación con una caja de pizza, me mira y se ríe.
- ¿Lograron sacarte de la depresión?
- No, pero me siento como un bebe después de este baño.
Se mete en mi cama y mientras el busca otra película, aprovecho y tomo una rebana de pizza y una lata de Coca-Cola. Ya podía sentir las piedras en mi riñón.
Cuando veo el buscador de mi computador, ruedo los ojos.
- ¿After?
El se encoje de hombros y toma una rebana de pizza. - La actriz esta buena.
Comienza la película y la verdad es que la disfruto, el personaje masculino tiene un buen aspecto y aunque es un cabrón se ve que la quiere; pero como siempre, ella debe sufrir hasta que el cambie.
Justo en la parte donde ambos asisten a la boda del papa de este, Dylan habla. - Mudate conmigo.
- Dylan, ya te dije que no.
- Lo se, pero piénsalo. Seria divertido.
Nos quedamos callados hasta que termina la película, y cuando esta por marcharse lo detengo en la puerta.
- Me mudare contigo.
(...)
Termino de hacerle un moño a la bandana en mi cabeza y me coloco las zapatillas. Zoey entra a la habitación y frunce el ceño.
- ¿Enserio lo harás?
Asiento. - Lo he pensado mucho, y es lo correcto. Se siente bien.
Inesperadamente se acerca a mi y me envuelve en sus brazos, huele a lavanda. - Te voy a extrañar.
¿Qué? ¿Estoy soñando?
- Yo también te extrañare, Zoey. No es como si no nos fuésemos a ver mas, estamos en la misma universidad.
Se sienta en mi cama y me ayuda a terminar de doblar la ropa, tarea que estaba haciendo antes de tomar un baño. - Es solo que ya no sera lo mismo, estaba acostumbrada compañía. También extrañare a Dylan y su drama.
Me río. -¿Extrañaras a Dylan? ¿Quien eres y que hiciste con Zoey?
La pelinegra rueda los ojos y comenzamos a meter la ropa en cajas, luego las cerramos con cinta adhesiva. - Esta bien, ahora si quiero que te vayas.
Dylan aparece y frunce el ceño cuando Zoey lo abraza. - Cuídala. Nos deja solos y copio la mueca de mi mejor amigo.
- Ella enserio esta mal.
- No se tu, pero me asusto. -se gira hacia mi y toma mis hombros- ¿Lista para irte?
Asiento y el comienza a sacar las cajas de la residencia. Miro la habitación por ultima vez y frunzo el ceño cuando algo se pega a mis zapatillas. Alzo el pie y lo arranco.
Es una fotografía.
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Sonrió y guardo la foto en mi bolsillo.
Siempre seria mi Uncle Boing.
(...)
Cuatro años después.
Bufo cuando la cama comienza a moverse y agarro las sabanas , llevándomelas hasta la cara.
No. No hoy de nuevo. Absolutamente no.
El movimiento se intensifica haciendo que la cama empiece a chillar y gruño.
- Ya. Me voy a levantar. ¡Tu ganas!. -me quito las sabanas de la cara y lo primero que recibo es un sonoro beso en mi mejilla.
- Buenos días.
- Buenos días, Alan. - Desordeno su cabello y el ríe.- ¿Dormiste bien?
- Si.
- ¿Tienes hambre? - asiente y toca mi nariz.- ¿Porque no me esperas en la cocina mientras me lavo los dientes? ¿Puedes?
- Si.
Observo sus ojos azules una ultima vez antes de que gatee hasta al borde de la cama y con la ayuda de las sabanas, se desliza hasta el suelo. Suelta una risita cuando se tropieza con unos de mis zapatos, haciéndome reír también. Miro su pequeña pijamas de cohetes y su cabello castaño hasta que este se pierde una vez que sale del lugar y vuelvo a sonreír.
- Algunos deslices traen grandes personas al mundo.
