Josh.
Restriego mis ojos y tomo el celular, el cual llevaba más de diez minutos sonando, de la mesita de noche que compartíamos Cody y yo.
Miro la pantalla en la cual aparece una foto de Maya, aún con sueño, una sonrisa se escapa de labios y contesto.– Hola –mi voz suena más ronca de lo normal, ella parece notarlo porque emite un pequeño gemido.
–¿Estabas dormido? – pregunta, miro la hora del reloj que está en la pared frente a mí antes de responder.
– Son las cinco de la mañana, Maya. –digo con voz obvia.
– Ehh... no sé como decirte esto –frunzo el ceño– prométeme que no te enojarás.
Muero de sueño.
– No me enojaré. –cierro los ojos y me acuesto de nuevo, la espalda me estaba matando. –Dime, hermosa.
– Estoy en la comisaría con Riley.
((...))
Maya.
Apago el despertador y miro a mi compañera de habitación, la cual aún está dormida con la boca abierta y un charco de baba en su brazo. Suspiro y me levanto de la cama, estirándome.
Eran las seis de la mañana, y yo tenía que encontrarme con Riley a las siete. Hace una semana mientras estábamos en una videollamada, hacemos memoria de todas nuestras aventuras de secundaria y terminamos llorando, admitiendo lo mucho que nos extrañábamos. Por lo que nos pusimos de acuerdo, ella vendría a New York por dos días y que se quedaría en casas de sus padres.
Termino de vestirme y tomo unas botas, mi obsesión con las botas era el equivalente de Riley queriendo ayudar a todo el mundo. De hecho hace dos meses, cuando aún Josh no figuraba nada en mi vida, estaba decidida a casarme con algún dueño de una fabrica de botas.
Cierro la puerta con sumo cuidado, para no despertar a Zoey y me dirijo a la salida.Comienzo a caminar a la estación del metro y pongo algo de música. Al llegar a la estación, me paro en puntillas para intentar localizar a Riley, la veo de espalda platicando con una anciana. Me coloco a su lado sigilosamente, poniendo mi dedo indice en mis labios haciendo una seña a la señora para que no le diga nada. Ella sigue mi plan e intenta llevar el ritmo de la conversación de Riley. Me agacho hasta quedar en su oreja y susurro:
– Hola, Rileys. – ella se voltea rápidamente y se levanta.
– ¡MAAAAYA!
– ¡RILEYY!
Nos abrazamos por lo que parece una eternidad. Cuando decidimos soltarnos una lágrima sale de sus ojos.
– ¿Enserio estás llorando? –me burlo por costumbre, pero internamente también estoy llorando.
– Esto del compromiso me tiene muy sensible. – responde mientras se seca la cara con sus dedos, provocando "casualmente" que su anillo brille y llame la atención. Sin embargo, me alegro que ya lo tenga en su dedo anular. Lucas y Riley iban a casarse.
– ¡Sí te lo pidió! – grito y agarro su mano, estudiando el anillo. Aunque no tenía idea algunas sobre cortes, diamantes o quilates, debía admitir que era hermoso.
—¡Sí! – chilla y comienza a saltar. Ya saben, la reacción normal de Riley cuando se emociona. – Decidimos que nos casaremos cuando estemos listos, pero eso no es motivo para evitar emocionarme.
Ambas subimos el metro y nos agarramos del tubo, como los hacíamos hace unos años. – Y... ¿cómo van las cosas con Josh? –alza una ceja y yo sonrío.
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Someday
FanfictionLa diferencia de edad siempre había sido un problema para Joshua Matthews. Luego de Sky Lodge, donde ambos habían aceptado lo que sentían por el otro, pasar tiempo juntos era todo un reto. Pero Maya Hart ahora tenía 18 años, y este año era una estu...