Poesía era ella

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Al levantar la mirada me fijé en como cantaba a susurros las canciones, había alguna que podía llegar a adivinar, pero otras no sabía y me pareció curioso y misterioso, entre otros tantos que debía tener ella uno de ellos era la música que escuchaba, quieras o no la música define en parte a una persona.
Llegué a las páginas que sujetaban el papel que me había guardado, decidí leer las dos páginas, a pesar de mi impaciencia y después ver qué había dentro. El libro estaba interesante, pero su lo que fuese me interesaba más.
"Podríamos besarnos en Varsovia,
pero lo haremos en París..."
Era el principio de un poema que estaba escribiendo, era precioso.
Levanté la mirada, ella estaba esperando, impaciente y roja.
Le sonreí y dije que era genial y que no tenía que parar de escribir, solo bajó la mirada cuando se lo dije y siguió a lo suyo.

Llegó un chico que llamaba la atención, tenía una mandíbula marcada y el pelo algo largo recogido en un moño, tenía un poco de barba, esa que es de llebarla descuidada unos días. Se sentó al lado de Hailey, ella al darse cuenta que había alguien a su lado se giró y puso cara de sorpresa.
- Sam ¿A dónde vas? Odias los trenes, te ponen nervioso.
- Cuanto tiempo sin vernos, te echaba de menos. Voy a Burgos, tengo cosas pendientes ahí, ¿y tú?
- Madrid, ya sabes como soy.

Estaba claro, que tenían un pasado pero, ¿cuál? Quizás estudiaron juntos o eran amigos de la infancia por sus familias.

- Siento no haberos presentado, Luna, este es mi ex y amigo, Sam. Sam, esta es Luna, tendremos que hacer skype para que te informe de todo.

Se miraron ambos y seguidamente Sam me miró. ¿Qué se le estaría pasando por la cabeza?

Me fui sola a la cafetería, no terminaba de estar tranquila con Sam y no quería molestar y a Hailey se le veía felíz. Pedí un café y me lo tomé de un trago a pesar de que estaba ardiendo. Me quedé un rato dándole vueltas al vaso, como a mi cabeza mientras miraba por las ventanas del tren.

Anunciaban paradas y ni siquiera hacía caso, hasta que me di cuenta que quedaba poco para llegar a la deseada Madrid.

Fui a mi sitio y empecé a recoger todo lo que estaba fuera dejando solo la música con los auriculares, me senté y escribí un par de cosas en el móvil y me centré en la música tanto que cerré los ojos por un momento.

A los segundos Hailey me quitó los auriculares para lo que parecía hablar.

- Tenemos que vernos, veamonos en Madrid, quedemos.- Tenía ese brillo en los ojos que pocas personas podían tener en la actualidad. Se levantó de su sitio, apoyó los codos en la mesa y me besó.

Justo en ese momento sonó desde los altavoces que la próxima y última parada era la nuestra.

Cogimos las cosas, le cogí de la mano y salimos del tren.

Vagones conjuntos. [TERMINADA/parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora