Capítulo 8

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Por un momento siento que no me salen las palabras, me siento como un humano recién nacido.

—Oh vamos, no me mires así. ¿De verdad no lo sabes?

—¿Saber el qué?—le pregunto cuando ya soy capaz de reaccionar.

—Todo esto es mucho más grande que tú y que yo, y que el mundo que nos rodea Angelo, y sólo yo puedo solucionarlo si vuelvo a la vida.

—No entiendo nada.

—Ahora no tengo tiempo para explicartelo, me tengo que ir ya, estoy gastando demasiada energía. Mañana al atardecer nos vemos en la estatua del Ángel, te espero allí, no me falles. Entonces si que podré contártelo todo,  y no digas nada de esto o nos meteremos ambos en un lío muy gordo.

Poco a poco comienza a desvanecerse otra vez, pero al menos sé cuando la volveré a ver y donde.

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No soy capaz de volver a ver a la Cat de la que llevo cuidando desde que nació. Saber que tengo que matarla me hace sentir extraño...

Pero tengo que volver. Sus padres no dejan de llamar a mi teléfono.

Me monto en mi coche de nuevo y arranco el motor, aunque me quedo un rato parado hasta que decido empezar a moverme, pero no sé en que dirección.

La música suena en mi coche, pero tampoco le hago mucho caso. Por lo que dice la radio es She Loves Control de Camila Cabello. Pero tampoco estoy para pensar en esto, no estoy para pensar en nada, así que subo el volumen y solo me dejo llevar. Hasta que aparco frente a la casa de mi jefe.

Una bandada de pájaros sale volando en cuanto aparco mi coche frente a la puerta. Y eso no me inspira nada bueno.

Entro en la casa y veo a Cat nueva arrodillada en el suelo, con un chico tumbado bocaariba, abrazándose, mientras el chaval tiene como pequeños espasmos.

—¿Dónde están tus padres?—le pregunto tranquilamente, pero ella apenas me mira.

—Se han ido, he aprovechado para traer a un amigo a casa y nada más cruzar la puerta ha empezado a ponerse nervioso, y le ha empezado a dar un ataque.

De pronto a mi cerebro viene una idea.

—Lo voy a sacar de aquí, no te muevas. Luego hablaremos tú y yo.

Dos velas para el diablo dos : Angelo |REESCRIBIENDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora