Al día siguiente, la pesadez que había estado martirizando a Sawamura el día anterior, había desaparecido en parte, pero seguía cansado y sin ganas de nada. Normalmente, se levantaba inmediatamente después de que la molesta alarma le sorprendiera. Pero esa mañana, había dado algunas vueltas en la cama, e incluso se le había pasado por la cabeza no ir a entrenar. Pero era él el que tenía las llaves del gimnasio y, como el capitán del mismo, se vio obligado a levantarse, aunque con una lentitud poco habitual en el cuervo. Se levantó de la cama con parsimonia, se dio una ducha rápida, se vistió y cogió una manzana de la cocina, la cual fue devorando por el camino.
Al llegar, frente al gimnasio, estaban Kageyama y Hinata, tirados boca arriba en el suelo, respirando con dificultad.
—¡Con esto son cuarenta victorias y nueve derrotas! —Exclamó el azabache entre jadeos.
—¿¡Huh!? —El pequeño pelirrojo dirigió una mirada de sospecha hacia el más alto—. ¡De eso nada! ¡Claramente ha sido un empate!
—¡De eso nada! ¡He llegado primero, idiota! ¿O es que no lo has visto? ¡Idiota!
Siguieron discutiendo durante unos minutos, hasta que sus caras quedaron pegadas, con los ceños fruncidos y el cuerpo tenso. Al ver la situación, Daichi se acercó a ellos y colocó sus manos en uno de los hombros de cada uno de los muchachos de primero. Ambos se giraron con pavor, encontrándose una sonrisa por parte del capitán. Una sonrisa inocente e inofensiva que, como ambos ya sabían debido a la experiencia, escondía la temida furia del capitán del karasuno. Furia que todo miembro mínimamente enterado, trataba de evadir por todos los medios.
Los cuerpos de los menores se quedaron tiesos y sonrieron a su capitán con nerviosismo.
—B-Buenos días, Daichi-san —Titubearon al unísono. Magnífico.
El capitán se apartó y volvió a su habitual y amable sonrisa a la que todos estaban acostumbrados.
—Buenos días —Pronunció con tranquilidad, dejando a los novatos aún más inquietos.
Sawamura ni siquiera tenía energía para enfadarse con ellos. En ese momento, llegó Tanaka cantando una de sus alegres y estúpidas cancioncillas (en las que expresaba sus deseos más profundos sin darse cuenta) Mientras el veterano sacaba las llaves del gimnasio de su bolsa, llegó el huracán llamado Nishinoya Yuu, y el enorme Asahi, arrastrado por este último. Ambos saludaron a su manera, mientras Daichi abría la puerta. Todos entraron después de él. Hinata y Kageyama, como siempre, discutían para ver quién entraría el primero por la puerta, apartándose entre ellos y creando un tapón en la puerta.
—¡Oi, Hinata, Kageyama, no tenemos todo el día, maldita sea! —Exclamó el pelado.
Segundos después, la pareja de primero caía al suelo, produciendo un fuerte estruendo. El resto del equipo pasó como si nada y, entre todos, prepararon la pista para poder entrenar en condiciones, mientras los de segundo que faltaban iban llegando. Pero, sin embargo, Sugawara no llegaba. Y eso hizo que todos se extrañaran, puesto que el albino era puntual siempre y, generalmente, era el primero en llegar. Cuando casi habían terminado y la pareja de primero estaba sacando las pelotas, se escucharon unos pasos rápidos e irregulares, que se escuchaban cada vez más cerca. Entonces, apareció por la puerta el armador de tercer año, apoyándose sobre las rodillas, exhausto, jadeante.
Todos centraron sus miradas en la puerta, incluido el capitán. Durante un instante, sus ojos se cruzaron con los del albino, pero Koushi no pudo sostenerle la mirada a Daichi y la apartó rápidamente. Los rostros de ambos se apagaron durante un instante, hasta que el capitán fue capaz de intervenir.
—¡Suga! —Exclamó con voz seria, para después añadir:— Llegas tarde.
El tono de voz del capitán sonaba serio, severo, pero calmado y amable, lo que hizo que el albino se relajara un poco y sonriera ligeramente.
ESTÁS LEYENDO
In the end, it doesn't even matter [DaiOi]
Hayran KurguLos caminos de ambos capitanes se cruzan cada vez más... Hasta que ambos caminos se vuelven uno solo y empiezan a caminar de la mano, unidos por un lazo rojo al que llamamos destino. -------- "¿Cómo pueden dos personas tan diferentes complementarse...