1-Horrores del pasado

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Steve tardó mas de un minuto en asimilar donde estaba, entonces recordó todo. Estaba en el siglo XXI. Miró el reloj que había en la mesita de luz junto a su cama, este marcaba las 4:00 AM. El cap se sentó al borde de la cama y se refregó la cara, aunque lo intentará sabia que, al menos esa noche, no volvería a dormir, los horrores de su pasado no le dejarían hacerlo. Repasó su sueño una y otra vez, no había tenido ese sueño desde 1945, ese momento de su vida lo había atormentado hasta el momento de su congelamiento. Sin embargo, luego de despertar no había vuelto a revivir ese recuerdo muy seguido, y de las veces que lo había hecho, ninguna había sido un sueño, hasta ahora. 

El cap decidió levantarse y dirigirse hacia el balcón, por alguna razón la brisa de la noche lo relajaba y le ayudaba a aclarar sus pensamientos. Había pasado casi un año del incidente de Washington, casi un año de la caída de S.H.I.E.L.D. y el des enmascaramiento de Hydra, casi un año de que había descubierto que su mejor amigo estaba vivo y que había sido capturado y utilizado por Hydra. Desde entonces había dedicado las 24 horas del día en buscarlo, sin embargo, cada vez que parecía que había conseguido una pista de su paradero, esta resultaba ser falsa o llegaba tarde, cosa que lo desesperaba.

Luego de meditar un buen rato sobre el tema, Steve llegó a la conclusión de que lo único que podía hacerle olvidar sus problemas era entrenar, así que decidió que iría a correr. Generalmente salia a correr con Sam, pero no le parecía conveniente despertarlo  a las 4:30 de la mañana para ello.

Steve se puso ropa deportiva y se encamino hacia el monumento a Washington, su lugar favorito para correr en la ciudad. Al salir de su departamento sucedió algo que no esperaba, se topó con una mujer, una mujer muy bonita, de cabello largo, rubio y algo ondulado, sus ojos marrones dejaban ver una expresión cansada, vestía un uniforme de la CIA y llevaba una funda con una glock 19, al ver a Steve formulo una corta sonrisa.

-Capitán- saludó la mujer.

-Sharon- le devolvió el saludo Steve-. Que raro verte aquí a esta hora.

-Si- dijo algo ¿Dubitativa?-. Fue...un día difícil.

-Ya veo- dijo Steve como para evitar un silencio incomodo-. En ese caso, no te entretengo más.

-Nos vemos- dijo ella.

-Adiós... vecina- llegó a decir Steve.

La muchacha sonrió nuevamente y luego se metió en su apartamento. Steve no pudo evitar pensar que Sharon le recordaba a alguien, pero en ese momento no sabía de quien se trataba. En fin, el cap salió del edificio y fijó rumbo hacia el monumento a Washington. Una vez que llegó a destino, Steve, sin calentamiento previo, comenzó a correr, la rutina era la misma de siempre, correr alrededor del agua acumulada, la trayectoria era un rectángulo grande, muy grande. 

A medida que corría, una sarta de recuerdos inundaron la mente de Steve, primero su niñez en Brooklyn, plagada de golpizas y burlas debido a sus múltiples deficiencias, segundo fue su ingreso al ejercito, donde también lo tomaban para las bromas por ser el mas débil del regimiento, tercero fue la "muerte" de Bucky, cuarto su congelamiento y despertar en una época totalmente diferente de la que venia, quinto la muerte de Coulson y la batalla de Nueva York, sexto en des-enmascaramiento de Hydra, y por último ver a la mujer que había amado postrada en una cama con alzheimer. Todos esos recuerdos tenían algo en común, dejaban a la vista lo difícil que había sido su vida, cada uno de ellos rondaba constantemente su cabeza, y por mas que lo intentara no podía alejarlos. Hasta que de repente un recuerdo inundó su cabeza, uno que por fin le hizo olvidarse de los otros, un recuerdo que no era malo, pero Steve tampoco sabia decir si era bueno. Era un beso, un simple beso, un beso con una mujer extraordinaria de cabello pelirrojo y unos ojos verdes que dejaban a Steve sin aliento, a pesar de que ese beso se había producido simplemente para que no los reconocieran, había bastado para que Steve tuviera una sensación diferente. En su vida había besado voluntariamente solo a dos personas, Peggy en 1945, y a esta pelirroja hacia menos de un año. Aun así estaba seguro que la sensación que tuvo al besar a la ex asesina, no podía compararla con nada, jamas había sentido algo así con nada, ni nadie. Ella si le hacia olvidar todos esos recuerdos, le hacia olvidar su horrores del pasado.

Steve estaba tan concentrado en sus pensamientos que apenas notó la presencia de un hombre, de cabello negro bien recortado y de tez morena, que se había sumado al circuito. Al reconocerlo aceleró el paso.

-A tu izquierda- dijo al pasar por su lado.

-Ya me parecía que te habías retrasado- dijo aumentando el tono de voz a medida que Steve se alejaba.

Siguieron corriendo hasta que fueron las 7 AM, una vez que decidieron parar, Steve se acercó y le estrechó la mano.

-Que gusto verte Sam- dijo.

-Lo mismo digo- respondió Falcon recuperando el aliento-. Fui a buscarte, pero luego de unos 10 minutos esperando supuse que estarías acá.

-Perdón- se disculpó Steve-. Es que no podía dormir y... bueno decidí venir a despejarme.

-No hay por que disculparse- dijo Sam-. ¿Pesadillas de nuevo?

Steve se limitó a asentir, a pesar de que Sam le caía bien y confiaba en él, pero no estaba seguro de querer contarle todo los detalles de su sueño, y de sus pensamientos. 

-Casi lo olvido- dijo de repente Sam, cortando el silencio incomodo que se había formado-. Tengo una nueva pista.

Al oír eso, Steve dejo de lado todos los horrores que había vivido, y los remplazo con esperanza, por que sabia perfectamente a que se refería Sam, tenia una nueva pista sobre el posible paradero de Bucky.

-¿Cual?- se apresuró a preguntar Steve-. ¿Es confiable?

-Mas o menos- respondió Sam-. Mas que las otras seguro. Es de un ex-agente de S.H.I.E.L.D. que en realidad trabajaba para Hydra sin saberlo.

-¿Eso es posible?- dijo Steve confundido.

-Al parecer- respondió Sam divertido-. El caso es que conseguí unas direcciones de posibles lugares donde esté.

Steve asimiló esa frase, no le daba mucha confianza, pero era mejor que nada. Aun así no podía evitar pensar que, al igual que las veces anteriores no encontrarían nada.

-Hay que partir cuanto antes- dijo Sam.

El cap iba a darle la razón cuando el ruido de su teléfono lo interrumpió, era un mensaje de Tony. "Cap tenemos nueva información contundente de Hydra, el mundo necesita a sus mejores hombres, o sea a mí, y en menor medida al resto de los vengadores, nos reuniremos esta tarde en la torre Avengers. Con mucho amor y aprecio masculino Tony".

-¿Pasa algo?- preguntó Sam al ver la expresión seria de Steve.

-Un mensaje de Stark- respondió-. Los vengadores van a volver a reunirse para enfrentar a Hydra. Cuando vuelva investigaremos esas pistas.

-Con todo respeto cap- dijo Sam-. No sabemos cuando vas a volver, yo iré tras esas pistas y vos deberías estar atento, porque si van a "invadir" una base de Hydra tal vez consigas información que nos sea de utilidad en el caso.

Steve odiaba admitirlo pero tenia razón, ya habían llegado tarde otras veces, no podían darse ese lujo otra vez al menos que no pudieran evitarlo, porque era cierto que tal vez ya fuera tarde, pero si esperaban a que el regresara sin duda lo seria, en cambio así aun les quedaba una chance.

-Tenés razón- dijo Steve-. Vos vas tras la pista, y yo tras Hydra.

-Suerte- dijo Sam estrechándole la mano.

-Igualmente- le devolvió el saludo.

Ambos fueron por su lado, Steve volvió a su departamento a buscar unas cosas, entre ellas su escudo. Mientras las preparaba cayó en la cuenta de que volvería a verla. Volvería a ver a Natasha Romanoff. El solo pensar que podría volver a contemplar esos hermosos ojos verdes le sacó una sonrisa.

Capitán América y Black WidowWhere stories live. Discover now