Callejón del diablo.
Mientras la ciudad se adentra al profundo mundo de los sueños. Los demonios aprovechan para manipular sus deseos.
La ciudad se encontraba en una parcial oscuridad todos dormian comodamente en sus hogares sin sospechar que sucedía en las casí desoladas calles. Si supieran... Tal vez correrían aterrados a la capilla más cercana a expíar sus pecados.
Sonreí.
Es lo que yo haría o eso creo. La verdad, no estoy segura de que sirviera como había dicho Fontaine; Ignis se alimenta de mi negro corazón. Era algo que no lograba sacar de mi cabeza y es que jamás había preguntado que era Ignis exactamente, yo solo la veía como una joya maldita de gran valor en el mercado negro de antigüedades.
Era un misterio que honestamente deseaba dejar en las sombras, pero las palabras de Vincent lograrón hacer que despertara en mi aquellas dudas que me taladraban por dentro.
¿Qué sucedería si hago que Ignis se empape con más de esas emociones?
¿Podría adquirír otras habilidades?
¿Podría acabar con Jack? Y lo más importante...
¿Podría destruir a Vincent, de una vez por todas?
Era algo confuso todo esto pero conocía a alguien que debía saber mucho y podría ayudarme. Aunque debería tener cuidado o terminaria lanzandome la soga al cuello yo misma.
— ¡Dos y cincuenta y ocho!
Anunció Destiny dejando escapar un bostezo al estirar los brazos en un intento de auyentar el sueño. Oh si, la psicopata de rubios cabellos que tenía como compañera podría darme toda esa información. Despues de todo ella ha compartido mucho con Vincent ¿No? Deberia conocer algo más sobre la joya que se alojabá en mi interior o al menos conocer a alguien que supiera de ello.
— ¿Oye Eve que tanto me ves?
Negué con las manos restandolé importancia y diciendo que me llamaba la atención su ropa de colegiala. Y en parte era cierto ¿Quién se viste así para ir a realizar estos "encargos"?
— Que puedo decir; me gusta esté estilo.
Me guiño coquetamente el ojo.
— Oh, por cierto, ten Eve.
Dejó caer en mis manos un bolsito rosa. Luego me colocó alrededor del cuello una cadenita que llevaba por dije una estrella dorada de seis puntas la misma tenía en el centro un pequeño cristal rojo.
— No puedes pasar por el Callejón del diablo sin el dije cuidalo y no te lo quites durante nuestra estancia allí o te comeran viva. Adoran la carne y alma humana.
Me guiño el ojo nuevamente, Seguidamente ella busco en el bolsito rosa una daga, un frasco con un líquido transparente que al agitarse se tornó violeta y dos trozos de un viejo pergamino que estaban enrollados.
— Recuerda esto: la daga puede cortar lo que sea y hacerlo arder, el frasco lo usaremos en caso de emergencia. Y si nos separamos abre uno de los pergaminos, deja caer una gota de tú sangre y saldrás de allí sin problemas. No lo olvides, al tener el encargo sales con o sin mi. Es una orden de Vincent.
— Pero Destiny...
Ella posó sus manos en mis hombros y sonrío.
— Descuida. ¿Has traído tu arma? Te hará falta.
Asentí, levantando un poco mi chaqueta alargada para mostrarle mi Beretta 92. En mis bolsillo llevaba una navaja suiza que solía utilizar para abrír puertas y como defensa.
— Bien, como último consejo. Mantén la cabeza gacha y no hables con nadie.
Dimos un par de pasos en aquel estrecho y oscuro callejón. La verdad me parecía tan común, hace meses hubiera reído como loca al oír la historia de un portal dimensional, situado entre una biblioteca y una heladeria.
Sin embargo; hoy por hoy, no cabía la menor duda de que aquello era muy real.Nos cubrimos las cabezas, ocultando vagamente nuestros rostros, yo con la capucha de mi chaqueta y Destiny con la capucha de su enorme capa. Asentimos, y dimos otro paso. El cielo oscuro sobre nuestras cabezas fue reemplazado por uno iluminado con una gran luna roja, el frío se hizo más fuerte y a nuestro alrededor el Callejón del diablo; nos dio su entera visión.
Era un espacio amplio rodeado por pequeños puestos de lo que parecían ser vendedores ¿De qué? No se. Pero en cada puesto se exhibían filosas armas, repugnantes visceras y objetos extraños, es lo que observé con rapidez. y lo más perturbador era estar rodeadas, aquel sitio estaba abarrotado de criaturas de pesadillas.
Al ver que me quede como idiota, Destiny dio un apretón a mi mano, dandome a entender que debíamos movernos. Mi carácter no es por lo general tan divagante pero el hecho de estar en un lugar extraño, lleno de enemigos y sin casi armas; lograba que mi valentía se ocultara detrás de la frase "¡Debímos quedarnos idiota!"
Estaba tan concentrada en no cometer un error que sin querer tropecé de frente con el pecho de un enorme Banshed; un demonio de dos cabezas, con una altura descomunal, garras y colmillos filosos. Lo escuché gruñir y proferír sonidos guturales junto a palabras incomprensibles.
Destiny se posó al frente de mi. Y de sus labios surgieron palabras similares a las del Banshed, luego alzó una especie de placa en forma de estrella con tres anillos intercalados. La criatura retrocedío y la rubia me haló del brazo susrrando "Ten más cuidado Eve".
¡Nos comerán vivas!
Fue mala idea... muy mala ideaMe mordí el labio inferior sin déjar de caminar de forma acelerada hasta que la rubia se detuvo de improvisto. Habíamos salido de aquel lugar y la voz de Destiny, sonó animada al extender sus manos.
— ¡Bienvenida al Infernuz Grymor Eve!
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Cicatrices
Fantasy"Existen heridas que son difíciles de sanar" Evelin Rouge, en toda su vida criminal jamás imagino que algo tan bizarro pudíera sucederle a ella. Quien diria que un error en uno de sus trabajos le costaría más que unos cuantos miles. Abandonada por s...