Capítulo X

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Los Drygons y Jack.

Odiaba la puta oscuridad y la incertidumbre que arrojaba sobre las situaciones más peligrosas. Era asfixiante. Aunque si me dieran a escojer entre la oscuridad y la imbécil de Alira, preferiría morir en las sombras que aguantar a esa bestía.

" — Estas lista."

" — Realmente... No."

" — Qué cobarde."

" — Callate... Estúpida."

" — ¡Callate tú!"

" — Callense las dos o les cortaré la garganta."

Había transcurrido media hora desde que me tropecé con aquella roca que brillaba de manera extraña. Ahora estabamos en penumbras a un par de metros de una especie de bóveda rocosa llena de cuarzos esperando el momento indicado.

Específicamente cuando "Los Drygons" demonios de origen vampírico cambiaran su guardía.


— Evelin ve ahora. Ya están lejos, y no percibo a nadie fuera del recinto.

Murmuró Krizallid. Suspiré.

— Oh vamos, Eve no te pasará nada. Recuerda "Ignis no te dejará morir"

No podía ver bien a Destiny, pero imagine que deseaba darme fuerzas. Asentí.

Debía darme valor a mi misma. Quien sabe quizas hallaría alguna pieza valiosa no tenía nada que perder.

Me encaminé hacia la entrada y los cuarzos para mi sorpresa titilaron ante mi cercanía cerré los ojos, tomé aire y caminé a paso firme.

«Va a doler...

Joder ¿Por qué siempre debo ir de primera

Un paso, dos, tres. Y nada ¿Dondé esta el agonizante dolor? ¿Acaso no sería calcinada o desmenbrada?

Abrí los ojos y la sorpresa acompañada de los destellos tornasol más hermosos y mágicos llegaron a mí. Habia entrado y la iluminación del lugar era impresionante.

— ¡Estúpida, muevete!

La voz de Krizallid, me hizó aterrizar de mi estado se shock, lo ví molesto y sonreí con arrogancia.

«Hora de trabajar.

Y ¿Dondé comienzo a buscar?»

Mierda, el sitio estaba tapizado con cuarzos ¿cómo rayos encontraría el mío?. Busqué con la mirada y no veía nada, esperaba alguna instrucción en vano.

Estaba sola.

Tuvé que apresurarme al oír las voces aproximarse. Sonreí, las peliculas de tesoros me enseñaron muchas cosas, como  "Puertas secretas".
Decidí palpar con mis manos sobre las rocas y sorpresivamente encontré lo que tanto buscaba.Una entrada.

— Oh si... Y dicen que ver Indiana Jones es perder el tiempo... .

Me introdujé rápidamente, era un pasadizo sumido en oscuridad hasta que fui caminando y los cuarzos reaccionaron encendiendose a mi paso. Seguí el camino luminoso y polvoriento.

— Bien. Esto será pan comido.

Al salir del pasillo me topé con un espacio amplio sobre mí habia una cúpula formada de cuarzos que al contrario de los que ya había visto antes estos eran de un tono violeta oscuro, los muros eran de roca sólida llenas de musgo y telarañas, podía verse una pequeña fisura entre las rocas, de la cuál emanaba agua.  Ademas habían tres columnas cada una con un cuarzo de distinto color; negro, rojo y violeta.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora