Capítulo XIV

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A veces suelo cerrar los ojos, tomar aire e intentar hacer un reconteo de todo lo que había ocurrido a lo largo de mi existencia.

Desde lo ocurrído en el orfanato, pasando por mi amor enfermizo hacía un bastardo, y terminando con el drástico cambio de realidades con un demonio que solo piensa en asesinarme (una fluctuación de situaciones que aún no podía asimilar) y como la cereza del pastel ahora aparecía un sujeto con infulas de ángel guardían ¿Qué más podría suceder?

Cierto, ahora estaba teníendo una conversación con el intruso que pretendía usarme de apoyo para un "asalto suicida" a la casa Drygons en las mismisimas entrañas del inframundo.

Solté una carcajada llena de ironía.

— Mi amigo... Creo que buscas a la chica equivocada.

Aquel hombre frente a mí arrugó el entrecejo, no pudé evitar sonreir. Acepté escuchar su truncada explicación, ambos permanecíamos sentados uno frente al otro.

— No me he equivocado para nada señorita Rouge.

Su mirada se intensificó.

— Joder, dejá las putas formalismos siempre me han provocado náuseas.

Le espeté. Él bufó y luego de unos segundos continuó.

— Bien, necesito tu ayuda.

Suspiré hondo, ¿Acaso no he intentado matar a Jack, fracasando rotundamente? Joder, quisíera yo poder apañarmelas sola para desmenbrar a ese idiota.

— Blake ¿Cierto?

El aludido asintió.

— ¿Viste como casi me despedazan ahí abajo? Darling, deberías buscarte a alguien con más "habilidades"

Musité simulando las comillas con mis dedos. Él se irguió y esbozó una sonrisa a medio labio.

— Ninguna contaría con ese aditamento tan peculiar que tú tienes Rouge.

Fruncí el ceño y me cruce de brazos afilando mi vista hacía Blake alías "Irritación en el trasero".

—En primer lugar, me llamo Evelin segundo ¿Qué parte de "No puedo ayudarte" ¿no entiendes? y tercero ¿qué sabes de Ignis?

Blake soltó una risotada que inúndo la pequeña estancia. Debía admitirlo a simple vista llamaría la atención de cualquier chica. Sin embargo, mi mente en aquel instante estaba fragmentada en Vincent, Jack e Ignis.

— Bien Evelin. Si, si puedes ayudarme y sé más de lo que imaginas sobre la gema creada en las fauces del infierno con la sangre de cien ángeles, sé además de sus grandes alcances.

Alcé una ceja. De repente la curiosidad se incrustó en mi pecho. ¿Fue creada de aquella manera? Nunca tuvé curiosidad por los turbulentos orígenes de Ignis, pero si sabía aquello. Quizás podría saber otras cosas, cosas que podrían servirme.

— ¿Cómo sabes todo eso?

Sin darme cuenta, me había inclinado hacía él de sobre manera. Blake me dedicó un gesto serio.

— Solo te diré que podría ayudarte Evelin y enserio me gustaría hacerlo.

De repente, estaba muy cerca permitiendomé ver en sus ojos como se asomaba un atisbo de remordimiento como si pudiera ver más allá de mi, y eso me perturbaba.

Me alejé enseguida, aturdida por aquel instante. Luego de unos segundos retomé el hilo de mi pequeño interrogatorio.

— Okay, digamos que tocaste un punto importante. Ahora necesito que hables ya.

Blake sonrió de nuevo.

— Nada de eso, tratos son tratos. Ayudame y te diré todo lo que necesitas saber.

Bufé.

— ¡Ay! Por favor... Creí que eras mi ángel guardían.

Musité con sorna, sobre actúando una fíngida decepción.

— Sabes, eres una hermosa chica pero muy obstinada

Rodé los ojos.

— Y tú, un idiota que sino piensa decir algo de mi interés tendra cinco minutos para esfumarse.

Él enarcó una ceja.

— ¿Y qué si no lo hago? ¿Me atravesarás con tu paráguas?

Inquirió con diversión.

— Pudrete y largate. No tengo tiempo para estúpideces.

Me levanté enseguida, cansada y agotada, había tenido una semana del asco, lo menos que necesitaba era un tipo sabelo.todo.

Además en algún momento podría descubrir todo lo de Ignis por mi cuenta, así que si esté idiota pretendía persuadirme con eso estaba super-jodido.

Dispuesta a ir a la cocina, di un par de pasos ignorandoló.

— Esta bien y ¿Qué dirías si a parte  te ofrezco una cuantiosa cantidad de joyas y una muy jugosa suma de dinero?

Giré sobre mis talones, oh sí, el "señor irritación en el trasero" Había logrado captar toda mi atención. Maldita codicia que me atañe.

— ¿De cuanto hablamos?

Blake se mostró triunfante ante mi interés.

— Es una mini-fortuna incalculable que obtendré al deshacerme de los Drygons. Sirveme de apoyo y te daré todo lo que necesitas.

Lo sopesé unos instantes, ¿en realidad aquello me ayudaría? Digo, el tal Blake me estaba ofreciendo algo que tanto anhelaba. Destrozar a Jack y con un bono extra. Cosa que Vincent me ha negado de manera constante, sin embargo; aún no sabía si todo aquello era cierto.

A la final, opté por seguirle el juego ¿Qué podría perder?

—Jack es mío.

Musité en un agudo tono de voz, él asintio complacido.

— Y necesito que me digas ¿quién carajos eres realmente?

Blake se agarró el puente de la nariz y suspiró con total cansancio.

— Eres un demonio.

Negó.

— Un vampiro renegado o un cazador.

Volvió a negar con una media sonrisa.

— Una bestia.

Volvió a negar. A lo cuál comencé a reir ante mi siguiente opción.

— Un puto ángel ¿eres un puto ángel?

Solté una risotada y el se levanto, esbozandó una sonrisa y cruzandose de brazos.

— Pues es lo más cercano... creo.

Abrí los ojos con sorpresa y él se mostró arrogante.

— Digamos que trabajo para alguien muy importante, alguien que sabe muchas cosas y que tal vez pueda presentarte algún día.

De repente comenzó a alejarse y yo permanecí fija en el sitio.
De verdad ¿Blake podría ser un ángel?

— Ya nos veremos pronto Evelin.

Y así aquel extraño sujeto desaparecio tras la puerta principal de mi departamento.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora