capítulo 24

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-Necesito ayuda, necesito, un ambiente sano. Quiero paz y si no la hay...- hice una pausa- siento que si no hay paz, no puedo convivir. Mateo, Mateo- mi voz se empezó a silenciar y a quebrarse.
-Que pasa si no hay paz?
-No se doctora, siento- de mi mejilla podía sentir lágrimas- creo que Mateo está despertando a mis demonios, y si ellos salen no puedo controlarlos.

Narra Cielo

-Basta, no me hagas- carcajeó
-Y si no que?- me siguió pegando con la almohada
-No se algo te voy a hacer- use mi mano de escudo

Agustín se había despertado hace unos minutos, la verdad que me dolía tanto tener que decirle lo que me dijo su representante y arruinar este ambiente de risas.

-Agus- paro los golpes
-Podemos hablar- digo un poco nerviosa
-Si, que pasa?
-Tu representante me habló
-Sobre?
-El caso de Sol- agarre sus manos pero el me miraba con una cara de desconfiado
-Se arregló?!
-No, tenés que ir a declarar, para que la justicia te crea
-YO NO TENGO QUE DECLARAR NADA- pego una piña en la cama
-Espera Agustín, calmate- señalé la cama para que se vuelva a sentar
-POR QUÉ NO PUEDEN CREERME, YO NO HICE NADA
-Es sólo por un día, nada más- agarre sus mejillas- la mamá de Sol te metió en el caso
-No voy a ir- susurró al borde del llanto
-Agustín ten...
-NO VOY A IR Y PUNTO- en ese momento pude ver cómo se encerraba en el baño para acto seguido cerrar la puerta con todas sus fuerzas.

Narra Agustín

No podía más con todo esto, el que nadie se diera cuenta de que yo no tenía la culpa de nada. El necesitar a Sol, el tenerle tantas preguntas que hacerle. El no poder dormir, no poder salir, todo me duele.

En ese momento la rabia y el llanto de juntaron dejándome caer, pero en esta batalla, la rabia ganó y sin pensarlo empeze a tirar la mayoría de los objetos del baño. Pero al romper un espejo, pedazos de vidrios cayeron, logrando un corte en mi mano.
En menos de lo que me pude darme cuenta, ya estaba tirado en el suelo.

-Agustín, por favor- escuché esa armoniosa voz al otro lado de la puerta- Sali, hablemos.
-Me duele, como te dije
-Podemos remediarlo
-No, no podés- empecé a llorar
-Claro que puedo- su voz en ningún momento cambio, se veía firme, tratando  de levantarme- Yo estoy con vos.

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Que tengan un lindo comienzo de semana!. Y si puedo mañana la sigo. Bai

Entra en mi vida |Agustín Casanova|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora