Capítulo 8

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LUKE

Ya son las 11 de la mañana y todavía no se ha despertado Ágata, pero no me importa, se la ve tan bien dormida, tan tranquila, e incluso a veces le sale una sonrisa, y en esos momentos me la pega y parezco un idiota sonriendo a Ágata.

Me sobresalto porque hace ruiditos y se mueve mirando hacia mí, yo me doy la vuelta y hago como si estuviera mirando por la ventana, aunque ya creo que es muy tarde, me ha visto mirándola.

- Buenos días mi acosador favorito - me dice y automáticamente sonrío, cualquier humana normal y corriente le hubiera dado un patatús cuando le hubiese contado que soy un ángel, pero ella lo hacía tan natural que era como si lo supiera de toda la vida, pero me inquieta que cuando estoy con toda la familia a veces su madre se queda mirándome, o eso creo yo, pero si me puede ver Ágata, a lo mejor me puede ver la madre, y a lo mejor ella tiene la respuesta. Es algo de lo que tengo que hablar con Ágata.

- Buenos días bella durmiente - le digo dándome la vuelta.

- ¿Bella durmiente? - me pregunta asustada. - ¿Qué hora es?

Miro el reloj que hay encima de la mesa y le devuelvo la mirada.

- Las doce menos cuarto - nada más que lo digo salta de la cama y sale corriendo al cuarto de baño. - ¿Qué pasa? - le pregunto acercándome a donde está ella.

- Que había quedado con Scarlett a las 11 y media, ¡me va a matar!

- Tranquila que los ángeles guardianes estamos para protegeros - le digo poniendo una pose amenazadora.

La escucho reírse desde el baño aunque no ha visto mi pose, me siento en la cama y espero a que termine de arreglarse.

En total tarda 10 minutos, nos dirigimos hacia la casa de Scarlett que gracias a Dios se encuentra a unos 2 minutos andando de la casa. Y cuando llegamos vemos el caos, muebles por un lado, refrescos y alcohol por otro, y en medio de todo ese lío Scarlett, con la escoba en una mano y un jarrón en la otra.

- ¡Hola Ágata! - le grita con los auriculares puestos. - tendrías que haber estado aquí hace media hora.

- Es que a mi madre no se le ocurre otra cosa que ponerme a limpiar mi cuarto esta mañana, lo he hecho lo más rápido que he podido - miente Ágata, cuando termina la frase y ve que Scarlett no le está mirando se gira hacia mí y me guiña un ojo.

Me río sin disimular ya que Scarlett no me puede ver ni oír. Después de estar una hora limpiando la casa a fondo y colocando las cosas para hacer una pista de baile en el centro del salón le llega una llamada a Ágata.

- ¿Sí? - contesta al móvil. - Si, quedamos a las siete en mi casa, pero yo puedo ir perfectamente andando...sí...bueno vale me recoges - y cuelga antes de decir adiós.

- Tía, ¿te vas a liar con Scott? Está bastante bueno, y se ve que le molas - dice Scarlett acercándose a Ágata.

En el momento que escucho el nombre de ese gilipollas aprieto los puños sutilmente para que no me vea Ágata, pero creo que se da cuenta porque me mira las manos y acto seguido se gira hacia Scarlett.

- No sé tía, si surge algo sí, pero si no tampoco pasa nada, no me gusta tanto, pero es verdad que esta buenísimo.

Si no hubiera dicho la última frase no estaría tan enfadado, no con ella, si no con Scott, no sé como las tiene a todas encandiladas cuando él es tan tonto.

Cerca de las dos de la tarde nos vamos de la casa a comer con la madre de Ágata, sin Scarlett porque se va a quedar a colocar más cosas en su sitio, aunque para mí ya está todo perfecto, pero es tan perfeccionista qie a veces se pasa de pesada.

- Bueno, ¿vas a venir a la fiesta? - me pregunta Ágata cuando vamos andando.

- Si, es mi obligación acompañarte en todo momento.

- Pero, ¿no eres también el ángel guardián de mis padres? - me pregunta extrañada.

- Sí, pero antes de que los ángeles guardianes de tus padres se convirtieran en demonios yo era tu ángel guardián, así que tengo que estar todo el día contigo.

En realidad no tengo que estar siempre con ella, pero ya que puedo lo hago, así crece la confianza entre nosotros, pero solo pensar en verla besándose con Scott me entran ganas de matar a alguien.

Llegamos a su casa y comemos en silencio, después se va escaleras arriba para prepararse y de mientras me quedo abajo para estar un rato con la madre de Scarlett ya que tengo que estar con ella al menos media hora al día.

Después de estar una hora y media esperando a Scarlett baja por las escaleras con un vestido ajustado rojo, una cola de diablo y unos cuernos rojos en la cabeza, a demás de llevar un tridente en la mano derecha y su bolso en la mano izquierda, está despampanante y por poco me río al ver que ha escogido un demonio, todo lo contrario a lo que yo soy.

El sonido de un coche suena a través de la puerta.

- Bueno mamá, nos vamos - dice Ágata cuando estamos en la puerta.

- ¿nos? - pregunta la madre extrañada.

Ágata al darse cuenta de su equivocación recrifica rápidamente.

- Me voy, quería decir me, que tengo la cabeza hecha un lío.

Acto seguido salimos por la puerta y vemos el audi negro de Scott.

" Allá vamos " me digo a mí mismo al ser consciente de que esta noche va a ser la peor de todas.

Ángeles guardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora