Capítulo 1

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Abro los ojos y está todo oscuro, comienzo a andar hacia algún lugar en la oscuridad, hasta que me encuentro con una pared que al tacto es rugosa y en algunas partes un poco pegajosa, la sigo tocando en busca de algún interruptor pensando que estoy en mi cuarto. Al pasar un rato me canso de seguir buscando y me apoyo en la pared a la vez que me siento en el suelo sin saber que hacer.

Me da un escalofrío, al sentir el frío del suelo, y recorre desde mis piernas hasta mi espina dorsal. Suspiro y apoyo la cabeza en la pared cerrando los ojos, esperando que todo sea un sueño. Al abrir los ojos otra vez veo algo en el fondo de la habitación y voy hacia allí. No sé lo que pone hasta que estoy lo bastante cerca como para leerlo sin mis gafas.

on sagnet odeim, oy yotse ogitnoc

No sé que idioma es, los únicos que sé bien son el ingles y el italiano, pero no es ninguno de los dos. Aún así sigo mirando las palabras intentando adivinar lo que pone, siempre se me dieron bien los idiomas, pero presiento que este no se parece a ninguno de los que he estudiado. Me quedo muy quieta al notar una mano cálida en mi hombro, siento como si estuviese a salvo, en casa. Pero este pensamiento parece ridículo ya que estoy en una habitación a oscuras con alguien, tendría que estar asustada, pero sea quien sea me trasmite una gran confianza.

Giro la cabeza para ver quien es, y en lo primero que me fijo es en sus preciosos ojos, de un color celeste tan claro que en seguida me pierdo en ellos, me fijo poco a poco en sus rasgos y noto que es un chico, no más mayor que yo, con una cara angelical, y lo mejor de todo es que parece que brilla. Intento tocarle la cara, pero se aparta y me mira como si me estuviese pidiendo perdón por hacerlo, pero entonces, ¿por qué lo hace? Al mirarle la cara entera, me doy cuenta de que es el chico más guapo que he visto en mi vida, con un pelo rubio platino y unas facciones hermosas. Se queda mirándome fijamente como queriendo decir algo, una sonrisa cruza su rostro, y si en ese momento alguien me preguntara si creo en el amor a primera vista asentiría sin dudarlo.

Su sonrisa es perfecta, y se le hacen unos hoyuelos en las mejillas al sonreír que te entran ganas de besarle. Estaba pensando en cómo sería besarle, notar esos perfectos labios en contacto con los míos, pero se le borra la sonrisa y gira bruscamente la cabeza, se pone tenso un instante, me vuelve a mirar a los ojos advirtiéndome de que no me mueva y se va. Al ver que se va corriendo voy en su busca desesperádamente, ya que toda la tranquilidad que sentía en su presencia, se ha convertido en una serie de escalofríos en su ausencia. Me caigo de culo al chocarme con una pared, me vuelvo a levantar y busco la luz con desesperación, pero ya no hay nada.

Intento divisar a aquel niño, pero mis ojos no se acaban de adaptar a la oscuridad, no veo casi nada y decido seguir andando a ver que me encuentro. Me paro repentinamente al ver una silueta en medio de la habitación e intento correr hacia ella pensando que tal vez es aquel chico, pero mis pies no se mueven y me quedo estática. Escucho un grito desgarrador y pego mi cara a la pared que tengo al lado, presa del pánico, me quedo totalmente quieta. ¿Será el grito de aquel niño? Siento una opresión en el pecho tan solo con pensar en que le ha podido pasar algo. Pero, ¿qué le está haciendo daño? Noto que el corazón se me va a salir del pecho y que mis rodillas comienzan a temblar, poco a poco me deslizo hacia el suelo con miedo de que si sigo así me desplome. Si al menos hubiera algo que pudiera hacer para que el grito cesara.

De repente no se escucha nada, el grito ya ha desaparecido. Hay un silencio absoluto por segundos, hasta que oigo unos pasos que se acercan muy lentamente hacia mí, en un principio creo que es el niño, pero algo me dice que eso no es así. Me quedo paralizada de pies a cabeza sin saber que hacer, no puedo pensar en nada que no sean los pasos que se oyen cada vez más cerca. Cuando está a milímetros de mí finalmente se para. Un gélido aliento roza mi nuca y me estremezco. Pasan minutos y aún sigue ahí, sin hacer ni decir nada, solo sé que está ahí porque sigue respirando contra mi nuca. Siento que me voy a desmayar, cada vez respiro con más dificultad y mi corazón va a mil por hora. Cuando creo que me voy a caer inconsciente en el suelo se oye una espeluznante voz de hombre a mi espalda.

- Etev - Me quedo quieta. ¿Qué querrá decir? Se me corta la respiración al notar algo afilado clavarse en mi costado derecho. Creo que no llega a desgarrarme la piel, pero duele igual que si lo hiciera.

- ¡Etev! - repite, pero esta vez con un tono enfadado. De un momento a otro el suelo bajo mis pies desaparece y me caigo a un vacío interminable. Intento gritar fuertemente, pero no sale nada de mi boca, me duele la garganta como si la tuviera al rojo vivo. Dejo de intentar gritar cuando me doy cuenta de que no sirve para nada y cierro los ojos esperando el golpe contra el suelo. Un golpe que nunca llega.
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Bueno chicos, aquí está el capítulo que prometí. No os preocupéis por este capitulo que se que es un poco raro, que no será así siempre.

OS quiero a todos <3

Ángeles guardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora