Ágata
No podía creerme lo que estaba viendo, ¿desde cuándo mi madre era un ángel? Estaba flipando.
- Pero, ¿Cómo e...eres un...angel? - le dije tartamudeando un poco.
- Después hablamos, ahora lo primordial es curar a Luke.
- ¿Cómo conoces a Luke? - me vuelvo para él y se me escapan unas lágrimas, está tirado en el suelo con los ojos medio cerrados y de su cuello brota un fino río de sangre. - ¿Puedes curarle? - le pregunté a mi madre con esperanzas.
- Sí, pero necesito que te alejes un poco, esto puede hacerte daño.
Tragué fuertemente y me alejé unos pasos de ellos, aunque lo que de verdad quería era salir corriendo y abrazar a Luke. Estaba muy nerviosa, nunca había visto algo así y tampoco había llegado a pensar si los ángeles son inmortales.
- Cierra los ojos nena, esto te puede aturdir - saca de su cuello un collar con una perla en el centro.
La pone en el cuello de Luke y empieza a salir luz del colgante, me quedo observandola casi hipnotizada por aquella luz, era una luz que nunca antes había visto, no era como la luz del Sol, tampoco era como la luz de las lámparas, era una luz tan blanca y tan pura...
De repente comienza a aumentar su intensidad hasta que llega a tal punto que me tengo que ir un poco hacia atrás y tengo que taparme los ojos porque sé que si sigo mirando a la luz me quedaré ciega. Cuando creo que ya ha acabado porque la luz se desvanece voy hacia Luke y al ver que no abre los ojos me pongo nerviosa.
- Mamá, ¿por qué no se despierta? - le pregunto sin levantar mucho la voz.
- No sé hija, normalmente cuando lo hacía antes se despertaban al momento, pero como Luke ha estado a punto de morir a lo mejor tiene que recuperarse antes de despertar.
- Vamos a llevarlo a casa y allí lo cuidamos - lo cogemos entre las dos y lo metemos en la casa, que está justo al lado.
- ¿Lo tumbamos en el sofá o lo subimos a mi cama? - le pregunto cuando pasamos el umbral de la puerta.
- En tu habitación estará más cómodo, y además papá no se creerá que estamos loca cuando le hablemos a la "nada" - me dice.
En un minuto conseguimos subirlo a la habitación y dejarlo en la cama. Me siento a su lado y le observo detenidamente la cara, su rubio es tan rubio que creo que ningún tinte podría dejártelo así, su nariz no es fina, pero tampoco es grande, y sus labios...madre mía sus labios, son tan apetecibles, ahora mismo podría agacharme y besarlos, y nunca lo sabría.
Me agacho poco a poco y pego mis labios a los suyos, no los dejo ahí mucho tiempo, pero los pocos segundos que tengo pegados mis labios con los suyos hacen que el corazón me late más fuerte. En parte por la adrenalina de que me pille y en parte porque me doy cuenta de lo mucho que me gusta.
- Ágata, ¿bajas a cenar? - me grita mi madre desde abajo.
Debato conmigo misma entre si bajar a cenar o quedarme con Luke, pero el sonido que hace mi estómago me resuelve todas las dudas que tenía.
- No te preocupes que vuelvo pronto - le digo antes de irme por la puerta.
Bajo las escaleras corriendo emocionada por el beso. Cuando llego al comedor mi padre está sentado y mi madre poniendo la comida.
- ¿Qué tal el día papá? - le pregunto a mi padre dándole un abrazo y un beso en la mejilla.
- Bueno, un poco cansado, pero bien - me dice sonriendo. - ¿Y tú como has echado el día? - me pregunta cuando me estoy aentando.
Miro a mi madre y nos sonreimos.
- Bien, un día aburido - le digo, y a mi madre se le escapa una risita.
Comemos mientras mi madre habla de que se ha encontrado a una amiga suya en su trabajo que hacía 3 años que no la veía.
Como rápido y subo a mi habitación, cuando abro la puerta espero encontrarme a Luke sentado en mi silla como siempre, pero mis ilusiones se desvanecen al ver que sigue en la cama. Me pongo el pijama y me lavo los dientes, cuando llego a mi cama me siento en ella y me cepillo el pelo muy despacio, quedándome muy tranquila antes de meterme en la cama con Luke. Me apoyo en su pecho y pongo una mano encima de su corazón, el cual late con fuerza, eso hace que me tranquilice un poco más. Cierro los ojos rezando por que mañana cuando despierte él esté ya despierto y esté esperando con una sonrisa sentado en la silla y diciéndome ya era hora bella durmiente.
Me viene a la cabeza el beso de antes y sin pensármelo dos veces le doy otro pequeño beso en los labios y me vuelvo a acurrucar a su lado.
Me tranquilizo hasta tal punto que la oscuridad me abraza hasta que ya no existe nada más y me sumerjo en un sueño profundo.
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Ángeles guardianes
Teen FictionLos ángeles son servidores y mensajeros de Dios, poseen conocimientos más amplios y su poder es muy superior a los hombres. Su apariencia puede ser como un relámpago, y sus vestiduras blancas como la nieve. Son hermosos, su piel es de un color como...