Capítulo III

53 18 12
                                    

── ¿Dime? Preguntó Zoe, ya en la sala concentrada en su cabello.

¿Es en serio? Pensó el, no podía creer que la misma loca que lo golpeo hace días era conocida de May. Una perversa sonrisa advirtió con salir pero el, la reprimió. Maldijo mil veces por dentro jamás pensó volver a verla, la miro fijamente. Ella aún no se había percatado de su presencia. Esta loca o era bastante torpe, pensó al verla en esas fachas.

── Tenemos visitas. Dijo May aclarándose la garganta

Rápidamente Zoe dejo la toalla a un lado y recorrió el lugar con la vista en menos de cinco segundos. Estaba Lucio, Regina, May, Joe y por ultimo Alexandre. Lo miro boquiabierta, no podía creer que él estuviera allí. Estaba sin entender absolutamente nada. Ella estaba echa un asco se sentía ridícula y algo humillada. Era la segunda vez que se cruzaba en su camino y tenía que ser en esas condiciones. Sentía que el corazón le estallaría y que sus pies estaban soldados al suelo, no podía moverse. Y si tenía alguna pequeña esperanza, hoy habría muerto por completo.

Alexandre la miro desde la punta de los pies hasta la punta del pelo. Él sabía el efecto que hacia esto en las mujeres, pero nunca le dio importancia, era hombre de una sola mujer. Pero Zoe no era otra chica cualquiera, lo había golpeado y lo contrario a ella. Alexandre era bastante resentido. No dejaba de mirarla, quería intimidarla ante su presencia y lo había logrado.

── Ella es Zoe. Discúlpenla es que estuvo todo el día en el jardín. Comentó May rompiendo el tenso clima entre ellos.

── Un placer cariño. Se acercó Joe extendiéndole la mano, Zoe limpio la suya con el Jean y la estrecho.

── Un placer. Dijo Alexandre sin levantarse del sofá.

── Zoe te queremos invitar a ser parte de nuestro equipo de voluntarios, para llevar a los niños de la casa hogar a un campamento. Le preguntó Joe con cariño al soltar su mano.

Que diga que no. Que diga que no. Suplicaba Alexandre en su mente no quería pasar más tiempo junto a esa mujer.

── ¡Claro! Si quiero, eso sería maravilloso. Cuente conmigo para todo lo que se necesite. Respondió Zoe este era su oportunidad de hacer feliz a alguien.

── Perfecto. Entonces no se diga más Regina, Alexandre y tú nos acompañaran. Mañana nos reuniremos con los niños para que los conozcan y...

── Señor Joe. Yo también quisiera ser voluntario. Lo interrumpió Lucio.

── Excelente, mucho mejor dos chicos y dos chicas. Esto va hacer maravilloso.

Zoe estaba feliz, había olvidado lo asquerosa que estaba por un momento. Miro de reojo a Alexandre y él estaba refugiado en su celular. Actuaba como si realmente no le importara participar.

Pensaba que era la chica más torpe que había conocido en toda su vida y jamás se fijaría en alguien como ella. Imaginaba la típica chica de grandes ciudades, solo pensando en fiesta amaneciendo con diferentes hombres. No soportaría trabajar con ella. Pero debía de hacerlo por los niños. Se puso de pie, se despidió de todos excepto de Zoe y se marchó. Esto la hizo sentir inferior, siempre buscaba agradarle a todos.

Zoe se despidió de los presentes y fue a ducharse.

«Es un imbécil» Pensó mientras el agua caía sobre su cabello, estaba exhausta. No quería pensar en él. Pero era inevitable, no podía sacar su imagen de la mente. Era primera vez que un hombre la hacía temblar, tenía que olvidarlo. ¿Pero cómo? ahora lo vería seguidamente. Se arrepintió de aceptar la propuesta de Joe. No debió, tenía que cuidar de su corazón, no quería enamorarse de Alexandre. El jamás le prestaría atención a demás era tan diferente a ella. Termino de ducharse y se quedó dormida al instante.

ELLA es ZOEWhere stories live. Discover now