Capitulo VIII Esto Es Solo Un juego

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Zoe volteo rápidamente impidiéndole el paso con una mano ── No quiero que me sigas- Le advirtió ── Puedo arreglármelas sola – Mintió, la verdad es que no sabía a donde debía de ir, y los zapatos de Regina no la ayudarían a llegar muy lejos.

── Le prometí a tu...

── Me importa un demonio, lo que prometiste –Lo interrumpió enseguida estaba furiosa con ella misma y más aun con Regina, por comprometerla de tal manera. ── Solo me basta con que me des el nombre del lugar, solo eso. Lo desafío mirándolo a los ojos con la frente arrugada.

Alexandre sonrió al mismo tiempo que negaba con la cabeza. Esto la enfureció mucho mas ── ¿Ahora te causo risa? Preguntó incrédula cruzando los brazos

── Hasta molesta, te ves tan dulce. Le susurró con picardía acercándose a ella.

Fue como chocar contra una enorme pared, su enojo había desaparecido por completo, abrió la boca para decir algo pero no tenía nada que decir, se sentía confundida y agobiada, sabía que él hacia esto para jugar con ella, lo mejor era alejarse definitivamente. Le dio la espalda y siguió caminando.

Alexandre se sintió como un tonto ¿Ahora que había hecho mal? Verla así tan enojada, realmente le había parecido tan dulce y no vio nada malo en decirlo. Respiró hondo y miró al cielo con las manos al aire, pidiendo un poco de paciencia.

── Prometo llevarte con Regina y no volver a molestarte. Dijo honestamente, ya estando a su lado. Zoe no tuvo el valor para responder, simplemente estaba cansada de su juego.

Era una hermosa y despejada noche, Una resplandeciente luna llena y un cielo estrellado los acompañaban. Uno que otro auto transitaba por la avenida y bajo las largas farolas solo ellos caminaban.

── ¿Fred y tu van muy en serio? Preguntó arrepintiéndose enseguida, maldiciéndose por dentro una y otra vez.

Zoe pensó en mentirle y afirmar sus sospechas. Pero ella no era ese tipo de mujeres ── No estoy saliendo con Fred. Se limitó a contestar.

Alexandre sintió un gran alivio al escucharlo salir de su boca. Introdujo ambas manos en los bolsillos de su chaqueta mientras la observaba al caminar.── ¿Sabes? no mentía, hace un momento.

Ella clavó sus ojos en los de él nuevamente, preparándose mentalmente para escuchar lo que saliera de esos labios seductores ── Realmente te ves muy dulce al molestarte...

── ¿Por qué me confundes? Preguntó lamentándose al instante. Respiro hondo »Yo y mi bocota« se dijo

── ¿Así que te confundo? Su tono fue vacilante. Pero nada sorpresivo para él. Estaba logrando el objetivo de esta noche.

── No, no es lo que estás pensando... - Fue lo único que se le ocurrió decir.

── ¿Y según tú, que es lo que estoy pensando? –

Zoe quedo en un silencio total sin dejar de mirarlo. Esta era la parte que debía de expresarle todos sus sentimientos. Pero no, ella era una cobarde, no eras capaz de enfrentarlo.

Se detuvo para pensar en ello, unos segundos antes de contestar ── Es obvio ¿No? En tus tontos juegos y en tu personalidad tan bipolar ¿Qué más podría ser? ─ Fue las primeras tonterías que se le ocurrió decir. Siguió el camino. Alexandre se quedó atrás sonriendo a su espalda malicioso, el conocía perfectamente la respuesta verdadera a su pregunta.

Zoe se detuvo de espalda al camino y le preguntó ── ¿Puedes prestarme tu teléfono? Necesito hacer una llamada...

Se sentía acorralada y esa era la única salida. Alexandre le acercó el teléfono, ella lo tomó y siguió caminando esta vez más rápido que el, no quería que el escuchara su conversación.

ELLA es ZOEWhere stories live. Discover now