Capitulo V. Un idiota muy guapo

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── En la secundaria era.... Ya sabes el chico malo y mi victima favorita era Alexandre Collins. Lo acepto fui muy cruel y créeme no me siento orgulloso de eso. Pero ya no puedo devolver el tiempo, con los años nuestras diferencias se fueron agrandando.

── ¿Y alguna vez le ofreciste una disculpa?

── Desde luego, intente hacerlo. Pero ya lo has visto por ti misma, es un animal no se puede dialogar con él. Luego mi hermana se enamoró de él y claro está, yo me opuse rotundamente como el resto de la familia.

── ¿Y por qué lo hiciste? ¿Querías arreglar las cosas, No? Era tu oportunidad. Zoe intentaba buscar una explicación sensata de porque dos personas adultas actuaba como dos adolescente inmaduros.

── Las cosas no son tan sencillas como parecen...

── Claro que sí lo son. Todo tiene solución. Son como niños, ninguno de los dos puede controlar su temperamento.

── Sé que tienes algo de razón. Pero no todos tenemos esa gran capacidad de olvidar y perdonar de ser asi, no existieran guerras ni rencores ni mucho menos odio. Respondió concentrado en el volante. Apartó su vista del camino y la miró por un segundo ── Cambiando drásticamente de tema ¿Cuándo aceptaras una cena?

── Eres bastante insistente. Respondió ella con ojos divertidos.

── Perseverante, es la palabra adecuada. Contestó el

── Lo he notado. Pero yo soy una mujer firme en cuanto a sus decisiones y no acepto una invitación a cenar tan fácil. Soy muy estricta con la comida. Comentó fingiendo orgullo.

── No te preocupes, te llevare al mejor restaurante de la ciudad.

── Mal. Mal. Comenzamos mal ¡Me encanta! Los lugares sencillos. Soy muy básica una hamburguesa, una pizza.

── Nunca dije que fuera algo lujoso. Además conozco a un gran cocinero, prepara las mejores hamburguesas.

── Suena interesante. Comentó acariciandose la barbilla con gesto pensativo.

── ¡Lo es! Afirmó fred mientras estacionaba el auto frente a la casa de May

Zoe lo pensó por unos segundos ── Casi, casi – Respondió al fin mirando a Fred con una media sonrisa ── Gracias por el empujón. Añadió

No había entrado a casa, cuando ya Regina estaba encima asfixiándola con un fuerte abrazo. Se apartó de ella y la tomó por los hombros, le echo un rápido vistazo desde los pies hasta la punta del pelo asegurándose de que no estuviera lastimada ── ¡Dios! ¿Estás bien? ¿Qué ocurrió? Te escuche decir accidente, Dios casi me matas de un infarto.

── Dije incidente. Estoy bien tranquila ¿Y la abuela? Le respondió con una leve sonrisa.

── Ya está descansando. Tuve que mentirle. Decirle que estaba con el señor Joe. Contestó Regina de camino a la cocina. Se detuvo un momento y giro para mirarla  nuevamente pero esta vez detenidamente, desde los pies hasta la punta del pelo ── ¿Qué llevas puesto? Preguntó ansiosa por escuchar su respuesta.

── Es una larga historia. Respondió con voz cansada ── ¿Guardaste algo para cenar? Abrió el frigorífico y no había nada preparado, tomó una lechuga y unas lonjas de queso y jamón. Buscó en la lacena una lata de aceituna y sobre la mesa estaba el pan de sándwich.

── ¿Qué vas hacer con eso? Te había guardado algo de comer. pero Lucio come por cuatro.

── No te preocupes, me preparare algo.

── De ninguna manera. Tu toma asiento yo lo hare, mientras me cuentas esa larga historia ¿Te parece? Propusó Regina casi obligándola, le quito los víveres de las manos y la acompañó a tomar asiento al otro lado de la mesa de madera.

ELLA es ZOEWhere stories live. Discover now