── Pensé que...
── Si me gustas, si es lo que estas dudando. Lo interrumpió enseguida Zoe, sin rodeos.
Alexandre suspiró con alivio, mostrando una sonrisa triunfadora. La tenía en sus manos, pagaría lo que fuera por que Fred estuviera allí presenciando su gran momento.
── Entonces... ¿Qué ocurre? Fingió interés. Pensó que sería muy fácil llevarla a su cama
Zoe respiró hondo y soltó el aire lentamente ── Esto, te sonara muy tonto. Pero apenas nos conocemos – Hizo una pausa, amontonando las palabras en su garganta. ── Tengo miedo. Finalizó con la voz temblorosa, pensó que jamás lo diría. Pero era la verdad, estaba aterrada. Todo esto era nuevo para ella.
── ¡Hey! ¡Hey! – Acarició su mejilla y ella cerró los ojos automáticamente para sentir su caricia ── No me parece tonto, todo lo contrario. Me agrada escucharlo. Y ya habrá tiempo suficiente para conocernos – Dijo rodeando su espalda y cintura, atrayéndola posesivamente contra su cuerpo.
No se resistió esta vez. Se abrazó a su cuello muy confiada y le dio un delicado beso en los labios tan dulce como la miel. Alexandre correspondió con uno más intenso y apasionado. Zoe lo acarició de nuevo con mucha más fuerza. El necesitaba seguir probando de ella. Era deliciosa, su piel, olor y sabor. Quería más y más, no descansaría hasta hacerla suya y deshacerse de ella cuando quisiera.
Zoe ignoraba sus verdaderas intenciones, ella era feliz entre sus brazos, se sentía querida y protegida, se estaba enamorando rápidamente de él. Colocó aún lado sus pensamientos y se dejó llevar por todos esos sentimiento que florecían hacia él. Su corazón latía con tanta fuerza que temió que se detuviera en cualquier momento. No importaba la gente alrededor, en su mundo solo había lugar para ellos dos, el resto no existía. Sus cuerpos se enlazaban sin mucho esfuerzo, hasta que el sonido del teléfono los interrumpió destruyendo ese ambiente cargado de emociones desbordantes. Zoe se apartó un poco dándole lugar para contestar la llamada.
Alexandre maldijo mil veces en su interior, no quería separarse de esos labios. Buscó rápidamente entre los bolsillo del jean su teléfono. Era Lana, levantó la mirada hacia Zoe, haciéndole un gesto de que contestaría la llamada para luego darle la espalda.
── ¿Lana, que ocurre? ¿Brad está allí, cierto? Preguntó sin más preámbulo
──Esta aquí. Esta como loco golpeando la puerta. Creo que bebió más de lo acostumbrado. Si no le abro se va a matar, lo ha dicho. Va a suicidarse. Se escuchaba desesperada.
Alexandre sintió como el estómago se le revolvía y un nudo se formaba en su garganta, él más que nadie conocía a Brad pero desde que entro en el ejército se había convertido en una persona depresiva e inestable ── No, tranquila salgo enseguida para alla, no vayas abrirle la puerta por nada del mundo ── Está bien, date prisa. Por favor. Suplicó entre lágrimas.
Colgó la llamada entumecido, se pasó ambas manos por la cara. Giró hacia Zoe que aún estaba en el mismo sitio, esperando por él.
── Debo de irme...
── ¿Todo bien? Preguntó preocupada al mismo tiempo que se acercaba para acariciarle la mejilla y mirarlo de una manera tan dulce y comprensiva.
── Surgió un problema con un amigo y debo de ir con él. Se delimitó a contestar, perdiéndose en su mirada.
── ¿Necesitas mi ayuda?
Esa pregunta lo tomó por sorpresa, como es que una completa desconocida, podía hacerlo sentir tan especial. Besó su frente y agregó ── Todo está bien. Esta vez le dio un rápido beso en los labios y se marchó, no quería involucrarla en sus problemas.
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ELLA es ZOE
RomanceZoe, una chica divertida, dulce y apasionada. El, un hombre solitario y decepcionado del amor. Sus vidas se cruzaran en un viaje inesperado. Para el solo será un simple juego. Pero para ella, será su mundo entero. (Borrador) Editando y reescribiend...