Capítulo 1: Bienvenidos a mi pequeña pesadilla

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Llevaba por lo menos tres horas tumbado en la cama boca abajo sin mover ni un dedo. No estaba cansado, me sentía tremendamente aburrido. Hundía mi cabeza en la almohada, sintiendo como de un momento a otro podría quedarme completamente dormido sin darme cuenta y notando algo de saliva escurrirse por mi mejilla derecha hasta mi clavícula.

Gruñí al escuchar los tacones de mi madre repiquetear el suelo cada vez más cerca.

-Lou, cariño, he de ir a comprar algunas cosas. ¿Puedes arreglártelas solo? -La voz aguda de mamá resonó en la habitación después del leve sonido de la puerta al abrirse.

-Claro, no necesito ayuda, no soy un bebé. -No pretendía ni moverme del sitio, siendo sinceros.

-Uhm.. Sobre eso... -La escuché murmurar. Levanté la cabeza, limpiando con la manga del jersey los restos de saliva que se habían adherido a mi piel. Que asco.

-¿Qué? -Me mantuve tumbado, cruzando los brazos en mi pecho, atento a sus palabras.

-Yo... -Pareció pensarse un poco más las palabras antes de empezar- Ya sabes que no puedo estar a todas horas en casa y no me gusta dejarte solo. -Solté un suspiro pasando ambas manos por mi cara para despejarme.

-Tengo a Dori. -Le dije frunciendo el ceño. ¿A qué se debe esto?

-Ella es muy mayor, Boo.

-No me llames así. -Me quejé. Ese era mi apodo desde que tengo memoria y, uh, como odiaba a quién se le hubiese ocurrido la idea. Tan solo dejaba a mi hermana pequeña llamarme así.

-No puede ocuparse todo el tiempo de ti. Está ocupada con Lottie, bebé.

Dori es la niñera de Charlotte. Cuando mamá no está, ella se ocupa de mi hermana mientras yo trato de arreglármelas solo. La mujer es realmente anciana, su voz rasposa suele recordármelo cuando le pido ayuda para encontrar mi ropa o cuando no recuerdo dónde he dejado mis cosas.

-He contratado a un niñero especial para ti. -¿Está de broma?

-Pero... -¡Tengo veinte años, por favor!

-Nada de peros, Lou. Lo necesitas. A demás, por lo que me dijo, es más o menos de tu edad, podríais llevaros bien. -Oh no, esto no suena como una broma.

-¿Y te fías de cualquiera? -Le dije rechinando mis dientes. ¡Sé cuidarme solo! ¿Por quién me toma?

-La verdad es que no hubo muchas respuestas. -Murmuró.

-Por algo será. -Levanté ambas manos, moviéndolas exageradamente.

-Pero el chico parece majo. Necesita el dinero para algo realmente importante.

-¿Qué cosa? -La hubiese matado con la mirada si pudiese.

-No quiso decirme. -Abrí de manera extrema los ojos.

-Por Dios. -Bufé ante la pasividad de mi madre.- Esa "cosa-super-importante" puede ser comprar droga. -Hice comillas con los dedos.

-¡Louis Tomlinson! -Me recriminó. Noté su firme mano en mi hombro, apretando suavemente, y pude escuchar un suspiro salir de sus labios. -Hazlo por mí. No quiero que estés solo tanto rato. ¿Y si te pasa algo, Boo? ¿Qué haría si te pasase algo? -Me preguntó con la voz entrecortada. Siempre se imaginaba lo peor.

-Mamá... -Suspiré al sentir sus brazos alrededor de mi torso. La abracé. -No me pasará nada, tú has hecho de todo para que esto se me haga más fácil. -Recordé cuando había cambiado mi habitación de planta para que no tuviese que bajar las escaleras y como, con sus ahorros, arregló el baño de la planta baja solo para mí.

You look blurry [Larry Stylinson AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora