Vorágine

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Escribí
lo que nunca quise terminar.
Escribí
las veces que me quebraba
(despacio)
y moría de risa
(de vez en cuando).

Escribí
(creo que tal vez no todo)
lo que nunca pude decirte.
Escribí las mil veces
en cual el insomnio me comía el alma,
y pensé estar debajo de las sábanas,
o tal vez tocando el piano,
dejando libre mi ser
a los bemoles complicados.

Libre de estos versos vorágines
que se aferran a mí,
acercándose como pizzicato,
decididos, cortantes,
capaces de estrangularte.
O como esas redondas llenas de suspenso,
o esas corcheas impávidas,
que no te dejan asimilar bien.
Yo quiero ser una blanca,
quiero ser suave,
y olvidada delicadamente,
a mi ritmo, con mi voz,
no me decido.

Quiero ser una negra,
aspirante a borboleta, moderna,
ilimitada a ser lo que quiera.

Quiero ser una sonata completa.
O una simple partitura
de siete notas incompletas,
compuesta por alguien que
(no necesariamente sepa),
crea en los sagaces impulsos
que puede conllevar una melodía
con pulso en las venas.

Pedacitos de tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora