-- Hoy tendremos una fiesta-- Dice Damián.
-- Tú tendrás una fiesta, no yo-- Digo, me cruzo de brazos--. Y tu amiguito ha hecho que mi mejor amigo se largue de aquí-- Digo mirando mal a Nathan.
-- Él es un idiota-- Se excusa Nathan.
-- No, tú eres un idiota-- Digo.
Él sólo me mira seriamente, yo lo miro directamente a los ojos, Nathan suspira pesadamente y camina en dirección a la cocina con Mathias siguiéndolo por detrás.
-- ¿Segura que no es de él que siempre me hablas?-- Miro a mi hermano y niego-- Entonces puedo dejar que él te cuide.
-- Sé cuidarme sola-- Digo furiosa.
-- No, de hecho ni yo aún no sé cuidarme de la clase de gente que vendrá hoy-- Dice, sus palabras no parecen forzadas, por lo que lo miro frunciendo el ceño. Él me mira atentamente, hace una mueca por la cara de miedo que puse y se acerca a mí para darme un gran abrazo. Inhalo su olor, hace bastante que no me abraza.
Una lágrima cae de mis ojos, cada vez que mi hermano me abraza siento querer liberar todo lo que guardo. Antes de que Damián se de cuenta me limpio el ojo.
-- No te apartes de Nathan, él te sabrá proteger-- Me dice. Asiento mirando su pecho y con el rostro triste-- Ya cambia esa cara Ashley, es sólo Nathan Brown.
-- Ese es el problema-- Digo para mí misma.
(...)
-- ¡Jade!-- Exclamo feliz.
Ella me saluda con una mano tímidamente mientras baja un poco más el vestido corto que su madre ha hecho que se ponga.
-- Odio a mi madre-- Dice.
Río fuertemente.
Subimos a mi habitación. La fiesta aún no ha empezado y ya son las diez de la noche, según mi hermano recién a las doce comenzarán a venir la gente. Jade se quedará hasta las dos de la madrugada, luego su padre pasará a buscarla.
-- ¿Dónde está tu hermano?-- Pregunta mi mejor amiga.
-- Se fue con los chicos, comprarán bebidas-- Digo mirándola.
Ella alza y baja las cejas.
-- No me tientes, recuerda que Mathias también está-- Rápidamente deja de burlarse de mí y se pone nerviosa.
-- Me había olvidado, ¿Estoy linda así?-- Pregunta levantándose de la cama para mirarse en el gran espejo que tengo en mi habitación.
-- Sin mentirte, estás hermosa, eres hermosa.
Y es verdad, mi amiga es la chica más hermosa que conozco, en comparación a mí, me gana por 100.
-- Aww, tú eres hermosa, no lo olvides-- Dice.
-- Eso lo dices sólo porque debes decirlo-- Reímos.
Ella me mira con el ceño fruncido.
-- ¿Qué pasa?--Pregunto.
-- Creo que ya llegaron-- Nos acercamos a la ventana y si, los chicos se encuentran bajando del auto deportivo de Nathan.
-- Vaya-- Silba Jade-- Mathias está violable. Tendré que controlarme.
-- Deja de decir tonterías amiga, vamos a abrirles la puerta.
Caminamos bajando las escaleras, a ambas nos tiemblan las piernas.
Mi hermano antes de irse sólo me avisó desde mi habitación que lo haría, por lo que todavía no he visto a Nathan.
Abro la puerta cuando Damián abre el portón, sus amigos lo siguen desde atrás, aún sin darse cuenta que nosotras ya estamos en la puerta esperándolos.
