Narra Nathan.
Luego de acabar con esos pícaros asquerosos me puse a buscar a Ashley para asegurar que esté bien.
He recorrido toda la mansión y ningún rastro de ella, tal vez, un pícaro la haya llevado. Le informé eso a su hermano, y exigí a algunos de los guardias buscarla por todo el territorio y les dije que si no la encontraban yo mismo les cortaría la garganta con mis garras.
Al parecer ésta niña sí que me saca de quicio, y me parece gracioso que me guste estar a su lado siendo ella tan molesta a veces. ¿A quién le miento?, me fascina su forma de ser, cómo me mira, cómo se sonroja, cómo se quiere hacer la valiente... No saber dónde anda me causa miedo, pensar que no le di tanta seguridad.
-- Ashley -- Susurro-- ¿Dónde estás?
-- ¡Nathan!-- Mathias viene corriendo hasta mi.
-- ¿La encontraron?-- Él asiente-- ¿Dónde está?
Ahí es cuando Mathias comienza a reírse. ¿Qué le causa gracia?
Cuando mi amigo me mira y ve la cara de pocos amigos que puse, se tranquiliza.
-- Oye-- Dice respirando con dificultad--, esa chica nos hizo buscarla por tierra mar y aire cuando en realidad sólo se había quedado dormida.
Ríe.
¿Qué?
-- ¿Pero sí sabes dónde está?-- Pregunto.
-- En tu cuarto.
Abro los ojos como platos.
-- Mathias-- Hablo entre dientes-- ¿Tú la llevaste ahí?-- Asiente-- ¿Y por qué no la buscaste al principio en mi cuarto?
Veo como traga duro. Suspiro pesadamente.
--A veces no entiendo cómo puedes ser mi beta-- Murmuro.
-- Ja ja-- Se ríe sin ganas-- Tal vez porque soy fuerte, además ahora que me doy cuenta YO fui el que cuide de tu "Protegida" Señor Alfa.
Eso fue lo último que debía decir, ¿Cómo se atreve?
Lo agarro de la camisa y lo alzo del suelo.
-- Aprende a medir tus palabras Centurión, soy más fuerte que tú-- En eso él comienza a reír exasperadamente, frunzo el ceño y dejo que sus pies vuelvan a tocar el piso-- ¿De qué te ríes?
-- Ahora lo entiendo todo...-- Me mira sonriendo-- Ella es tu Mate.
Narra Ashley.
Tres hombres delante mío, eso fue lo que descubrí al abrir los ojos tras un sonido abrumador.
-- ¿Qué hacen?-- Pregunto al presenciar que todos me miran mas nadie dice ni "a".
-- ¿Qué haces tú aquí?-- Pregunta mi hermano acercándose a mi.
Doy un brinco en la suave cama de Nath... Oh no.
-- No es lo que crees hermanito, tranquilo-- Digo.
-- ¿Y qué es lo que se supone que él cree? -- Mathias se acerca también a la cama, dejando a Nathan atrás.
Que vergüenza, ¡Me ha visto dormir en su cama! Tal vez hasta he dicho su nombre en voz alta mientras dormía.
-- Ya sabes-- En eso Nathan se coloca en el medio de los zagales, mirándome con burla.
-- No lo sabemos, ¿Que te parece si nos iluminas?-- Dice éste.
Malditos sean.
Suspiro pesadamente y por tres segundos dejo a mis ojos cerrar, a la vez que pienso en una salida para esta situación tan fastidiosa.
¿Por qué los hombres deben ser tan engorrosos? Luego son ellos los que dicen que las mujeres somos cargantes. A demás son necios, no entienden las indirectas, cuando les pacta.
— Damián — Murmuro, éste se cruza de brazos y alza una de sus cejas, mirándome expectante — Es él, Nathan Brown, él es Nathan, Nathan.
Abre los ojos como platos mirando de reojo a su Nuevo amigo mientras Mathias y Nathan se miran entre sí, obteniendo una respuesta confusa para ellos, que para mi hermano basta y de seguro, sobra.
— Vamos— Dice de manera mandona.
Me comienzo a encaramar sobre el brazo de mi hermano para colgarme de su espalda, cuando unas manos se posan sobre mi cintura haciendo que mi trasero se siente sobre la cama en donde el cuerpo de Nathan descansa durante las noches, de nuevo.
— ¿Por qué se van ya?— Pregunta Nathan.
— Tengo que hablar con Ashley— Contesta mi hermano, fulminándome con la mirada.
— Adelante, nosotros los esperamos abajo — Termina.
Al decir todo aquello ambos chicos salen de la habitación.
— Era broma— Es lo primero que suelto al ver la cara de Damián.
— ¿Qué va a ser broma? Si te conozco perfectamente. Nos vamos a ir ya — Ordena.
— Por lo menos quedémonos unas horas, además nadie me ha explicado lo que aconteció — Me cruzo de brazos —, al menos merezco eso.
— Con lo que me acabas de contar no te mereces absolutamente nada, me habías mentido y yo te creí, cuéntame, ¿Por qué lo has hecho?
Suelto un suspiro cansado y pego el colchón a mi lado, Damián se sienta al lado mío.
¿Cómo hablar de éste tema con mi hermano? No le gustaría escuchar que su amigo me gusta. A mí no me gustaría que le guste mi amiga.
Dios, es tan complicada la situación.
Lo miro atentamente, él no aparta la mirada de mis ojos, ya no le puedo mentir.
— Había una vez un chico de último año que me gustaba, yo te había hablado de él, hace los dos años atrás te comencé a hablar de él, una vez te había dicho su apellido "Brown", pero lo olvidaste — Sonrío apenada —. Pero ya no me gusta, hay un chico nuevo, que en realidad ha llegado hoy, será mi compañero y me atrae intensamente. No tienes que dejar de juntarte con Nathan.
Narro yo xD.
Su hermano la mira con dulzura mientras ella le explica, sabe que no siente nada de lo que dijo, que cada vez que mira a Nathan su corazón se acelera y que no puede dejar de pensar que acaba de dormir en la cama de su amor imposible.
Pero quiere ver qué tan lejos llega y cómo de enamorada está.
— ¿Segura? — Le pregunta.
Ella no está segura, pero no quiere que nadie la odie por hacer que la amistad de estos tres se separe. Y piensa que no tiene ninguna posibilidad con Nathan Brown, no serviría de nada decir la verdad.
— Te lo juro.
Eso le rompió el corazón a alguien.