Prologo

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Runaterra, una región compuesta de múltiples ciudades estado, cada uno con sus propias reglas hace no mucho tiempo, la ciudad más malvada y despiadadas, Noxus lanzo un ataque contra la pacifica Ionia, ciudad de múltiples creencias místicas, llena de paz, la cual casi sede a la merced de esta ciudad, fue durante este conflicto que la historia de la mejor espadachina de Noxus culmino, Riven queriendo ser la mejor desde muy niña Entrenó con sudor y esfuerzo, peleando con armas más pesadas que ella, fue tanto su esfuerzo q acabo siendo la mejor general del estado, participando junto a su mejor amigo de la infancia, su salvador y si, su amor Talon, el mejor asesino de una ciudad de asesinos, ambos cumplieron muchas misiones importantes para la ciudad...pero esa noche, fue la última vez que se vieron.

-Mañana partes a la guerra Riven.

-Lo sé....estoy nerviosa –dice mientras acerca y le abraza por la espalda- voy a extrañarte.

- No más que yo.

Lentamente se acercaron y se dieron un suave y dulce beso, donde plasmaron todos sus sentimientos por el otro.

-Volveré al culminar la guerra.

-Eso espero, te tendré una grata sorpresa.

En su mente, Riven deseaba poder volver pronto, volver a estar junto a su novio y saber que sorpresa le tendría, pues a pesar del tiempo que llevaban juntos ninguno había querido dar el gran paso hasta ese momento, Talon deseaba tomarle de la mano, darle el anillo que tenía oculto en su bolsillo, pero no pudo, ella partiría al día siguiente, y que mejor celebración de victoria que una boda, pensaba el, mas ese día nunca llegaría.

Desde que Riven partió, Talon tenía un mal presentimiento y pasadas dos semanas salió a su búsqueda, con las sombras, como siempre ha hecho, nadie noto su salida, fue un largo viaje, lleno de peligros al no poder ser detectado, al llegar al país rastreo a su novia, su rastro de caos era increíble, a su novia siempre le gusto demostrar su fuerza no trabajo tanto para nada, durante su camino observo la condena de un joven samurái, acusado de traición, observo su escape y el cómo sello su ruina, vio a un joven destruido, había perdido su aldea, mas no podía ayudarles, eran ionianos por lo que los ignoro, avanzo algunas horas más hasta q encontró lo peor, un campo de batalla destrozado por reacciones químicas nocivas para cualquier ser vivo, ningún sobreviviente aparente, a lo lejos, pudo apreciar los restos de una espada rúnica, única en su tipo, era la espada de su amor, destrozada, el aun joven Talon pensó lo peor, nunca volvería a sonreír desde ese día, mas sin saberlo del otro lado de una extensa cortina de gas venenoso, le observaba la misma persona que creía muerta, con lo que quedaba de su espada, la chica quería ir con él, abrazarle pero no podía hacerlo, ya había decidido apartarse de esa ciudad, su ciudad natal la cual le abandono, todo sería diferente, sin hogar, amigos...sin él, debía ser fuerte, para que un día, se volvieran a ver, pues ella sabía que le iba a poder ver de nuevo.

------------------------Riven Pov--------------------------------------------------------------


¿Qué cuánto te amo? nunca lo había pensado. Esa frase rondaba la cabeza de Riven, desde el día en que se autoexilio de su ciudad natal. Su decepción al ver sus tropas caer le hiso darse cuenta de lo mala que era la ciudad que por años admiro y defendió. No se arrepentía de marcharse, más si de marcharse sin él. Talon, su amor, su compañero y su amigo, sin el ya nada sería lo mismo. Observo el dolor de Talon y su tristeza al pensar q estaba muerta, y se preparó mentalmente para su odio al verle nuevamente en un futuro. Ahora podía aceptarlo, lo amaba, tanto como para alejarse de él y así no tuviera que cargar con sus demonios. Ella debía redimirse y el no podía estar allí para ayudarle. Pasaron dos meses de aquella batalla, el mayor error de su historia como comandante, un error que le condeno al exilio, aunque fuera autoimpuesto, la batalla iba bien, hasta que una emboscada cambio todo, les superaron rápidamente en número y debieron huir para reagruparse, sin saber que llevaban al enemigo a una trampa, corrieron hasta un camino estrecho, se veía bien la salida, el ejército corría y se defendía de aquellos intrépidos ionianos que defendían su país, cuando llegaron los aparentes refuerzos noxianos, la alegría de Riven no duro cuando percibió la estela morada a sus espaldas, ambos ionianos y noxianos caían tras el otro, alzo su mirada y allí estaba ese sujeto llamado Singed, lanzaba bombas aparentemente toxicas sin importar el objetivo, una de estas casi cobra su vida, más la intrépida capitana logro escapar a un lugar seguro mientras veía como su tropa perecían frente a sus ojos. Todo parecía perdido más el humo nunca le alcanzo, era hora de tomar una decisión, con toda la fuerza que sus cansados brazos le permitieron tomo espada rúnica y la rompió en 4 pedazos, conservando solo una pequeña parte, la joven peliplata aun en estado de shock solo pudo ocultarse en una pequeña cueva y esperar que todos los soldados se marcharan, o perecieran. Pasaron las horas y cuando lo sintió seguro decidió salir de su escondite, aún quedaban residuos del humo más podía caminar hasta la salida, justo antes de salir de aquella grieta estrecha que fue una masacre se giró y le vio, su novio estaba allí, viendo los trozos de aquella espada rúnica que dejo atrás, pensó que era una ilusión hasta que le vio caer de rodillas y llorar sobre estos, la chica también soltó algunas lágrimas, pero su decisión estaba tomada, se volvería mas fuerte sola, y cuando estuviera lista, se reencontraría con su amor, no sabía cuándo ni bajo qué circunstancias, pero sabía que volverían a verse, y entonces estarían juntos por siempre.

La sombra y la ExiliadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora