02. estuve

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Jeewoon tomó un chocolate de las cajas que había en el comedor. A Taehyung no le importaba, odiaba ser egoísta, prefería darle a sus amigas chocolates, antes que contraer una indigestión.

―Reaccionaste casi instantáneamente, estás loca por ese chico.― Yura codeó levemente a Jeewoon con un deje de picardía y Taehyung hizo un puchero.

―Deberías estar loca por mí. Yo al menos si te hago caso.― Taehyung comió otro chocolate mirando a Jeewoon. Esperaba una reacción por su parte, pero como siempre, no la obtuvo.

―Supéralo Taehyung. Estás condenado a la zona de amigos por toda la vida.― Yura le saco la lengua y Taehyung la miró fulminante.

―Te recuerdo que tú también lo estás.― Taehyung rio y la siguiente en fulminarlo fue Jeewoon.

― ¿Se dan cuenta de que estamos súper jodidos?― Jeewoon miró a lo lejos y suspiró.― Por algo las personas piensan que somos el grupo de amigos más extraños.

Min Yoongi apareció en el campo de visión de Jeewoon y esta se empezó a sentir mal. Como los años pasados, Yoongi traía varios regalos en mano y a duras penas podía caminar con ellos.

Se obligó a no verlo más, y recostó su cabeza en la mesa. A pesar de que las ganas eran carcomedoras, continuó de esa manera.

Por su parte, Taehyung se puso de pie, Yura sabía que iba a hacer algo estúpido, y no se equivocó mucho, Taehyung fingió tropezar contra Yoongi y tiró los regalos que tenía en manos.

Se disculpó y lo ayudó, después de eso, volvió sonriente al lugar donde previamente se había sentado y dejó una cajita en el comedor donde se encontraban todos.

―De nada.― Taehyung hizo que la cajita de regalo chocara con el brazo de Jeewoon, llamando la atención de la muchacha.

Yura soltó un gritillo  y Jeewoon levantó su cabeza un poco para ver lo que había hecho el pequeño impacto.

― ¿Se lo has quitado?―Yura cubrió su boca, misma que ocultaba una sonrisa.

― ¡Kim Taehyung! ¡No tenías por qué hacer eso!― Jeewoon se acercó a él y le dio un golpe en la frente.― Me sentía mal, ahora me siento pésimo gracias a ti. Jodido idiota.

Y se cubrió el rostro. Había prácticamente insultado a Taehyung.

Taehyung se empezó a reír, no era cierto que se lo había quitado. Yoongi se lo había dado sin nada de por medio.

―No se lo he quitado, Jeewoon, él me lo dio.

Entonces se sintió pésimo. ¿Les regalaba a las personas los regalos que muchas chicas traían para él con mucho esfuerzo?

¿Qué sería de su peluche? ¿También lo había regalado?

Se paró rápidamente y de manera inconsciente. Sus piernas empezaron a moverse hacia la salida de la escuela cuando tomó sus cosas.

No respondió absolutamente nada a los llamados de sus dos amigos. Solo continuó caminando hacia la salida del lugar. Tan sumida estaba entre sus pensamientos, que no se dio cuenta de que estaba a punto de chocar con el chico de cabello rubio.

Y en efecto, no pudo evitar el roce, haciendo que nuevamente de cayeran los regalos que cargaba. Jeewoon cayó sentada, y se lastimó el tobillo. Las palmas de las manos se le rasparon al intentar frenar la caída y un quejido salió al ver cómo empezaba a notarse la sangre en sus rodillas.

Estaban de bajada, por eso mismo la magnitud de las heridas.

― ¡Diablos! ¿Estás bien?― Jeewoon abrió sus ojos más de lo común al escuchar la dulce voz de Min Yoongi más cerca de lo común. Volteo a verlo y él tenía levemente fruncida su frente.― Estas herida, mierda. ¡Lo lamento! Hoy no es mi día.

Yoongi tomó las manos de Jeewoon y las examinó. Dejó los regalos que tenía en sus manos a un lado y se quitó la mochila. Rápidamente la abrió y saco una cajita, misma que parecía ser banditas desinfectadas.

El chico sacó varias y empezó abriéndolas, limpio como pudo la sangre que había en las manos de Jeewoon y puso las banditas. Jeewoon no reaccionaba, tenía a Yoongi frente a ella, curando el desastre del cual ella había sido culpable.

Sonrió levemente, su corazón estaba a mil por hora.

Retuvo las ganas de que una sonrisa de oreja a oreja se mostrara en su rostro. Yoongi le había puesto banditas de estampado de kumamon.

Yoongi se dio cuenta de que Jeewoon estaba viendo más de lo normal las banditas y sus mejillas se encendieron en un color carmín.

―Me gusta Kumamon.― Él empezó a guardar sus cosas y le tendió la mano a Jeewoon cuando estuvo de pie.

―Muchas gracias.― La voz de la chica, apenas se escuchó. Incluso por un momento, pareció que había temblado un poco.

―Lo lamento de nuevo. No debe ser mi día.― El hizo una pequeña mueca y Jeewoon sintió morir poco a poco por dentro.― Ten un lindo 14 de febrero. Espero no habértelo arruinado.

Le regaló una última sonrisa y continuó su camino.

Ciertamente, Yoongi no lo había arruinado. Lo había mejorado en diferentes maneras. Las inseguridades que Jeewoon sintió en un principio desaparecieron, dejando de paso un mar de oportunidades.

White day» YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora