Es... Complicado

Capitulo 8

La fiesta no había terminado pero Victoria no tenía más ánimo de estar ahí y accedió a que Osvaldo la llevara a casa, en el camino se mantuvo ausente sólo podía pensar en Heriberto y en la locura que estaban haciendo. Lo quería irremediablemente y mientras bailó con el arquitecto, hizo un esfuerzo sobrehumano de no ir tras el y besarlo y decirle que lo perdonaba pero no podía ponerse en evidencia de esa manera además que le quería dar una lección. Aunque consideraba que a lo mejor no fue totalmente culpa de él. Soltó un largo suspiro, estaba agotada en todos los sentidos. ¿Hasta que punto iban a llegar? La pregunta revoloteaba su mente y no encontraba respuesta alguna. 

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Al llegar a su casa, invitó a Osvaldo a tomar café en modo de agradecimiento y él gustoso aceptó.

—¿Sabes qué es increíble?

—¿Qué?

—Lo mucho que me gustas —la miró fijamente.

Victoria lo miró sorprendida, lo había presentido antes pero definitivamente la tomó desprevenida.

—Yo... Osvaldo yo soy un poco mayor para ti —Arrepintiéndose al decir eso porque era la excusa más tonta para evadir el tema.

—Como puedes decir eso cuando yo soy yo el que te lleva unos cuantos años probablemente y cómo soy un caballero no preguntaré tu edad.

—Sonríe. Pues como siempre me comentabas que tus citas eran con mujeres de 30.

—Tu edad es una de las cosas que me gustan de ti y eso que no la sé.

Victoria sonríe halagada

—Osvaldo yo no estoy lista para querer intentar una relación y tampoco quiero.

—Entiendo pero yo estaré dispuesto a esperarte el tiempo necesario.

—No, no... continúa con tu vida como es. No esperes por mi, no sería justo.

—Suspiró resignado. Esta ha sido le mejor cita pre o post divorcio.

—Ríe. Espero hayas pasado un buen rato en la fiesta aunque fue corta nuestra estancia, mis hijos se pueden amanecer y no se cansan.

—Fue muy buena, lo disfrute y más con tu compañía. —Sonrió.  Victoria, cuéntame de Heriberto ¿por qué te separaste? No quiero sonar entrometido.

—Se removió incómoda en su asiento. El pasado se queda en el pasado... no me gusta revivir heridas y no quiero hablar de eso.

—Lo siento, no era mi intención incomodarte. ¿Lo amaste?

—Como nunca he amado en mi vida y mis hijos son lo mejor que me ha dado ese matrimonio.

—Indiscutiblemente, eres una asombrosa mamá y te he visto poco en tu papel. Me asombra la buena relación que tienen ambos. ¿Lo quieres?

Victoria sólo se encogió de hombros, no quería responder porque mentiría. Para pasar el momento incómodo ella le ofreció Croissant de chocolate y el aceptó.

—Mmmm... El mejor que he probado en mucho tiempo.

—Sonríe. Gracias, que bueno que te gustó al igual que el café.