Canción Celosa

23 3 0
                                    

Querido diario...

Al terminar la escuela, Sebastián tenía práctica de fútbol y yo tenía que irme a casa, así que me despedí de ese chico perfecto dándole la promesa de llamarlo después y me fui caminando a mi casa, cuando iba pasando por el parque y vi a Matías, nada raro a él le encantaba tocar la guitarra en varios lugares,entre sus favoritos estaba ese parque; pero, algo pasaba su canción era diferente, la expresión de su rostro no era como la que tenía siempre que cantaba.

-Hola Matías- saludé al chico cuando este dejó de tocar la guitarra-¿Canción nueva?

-Hola Aurora – dijo el chico mostrado una sonrisa forzada- Si, es una canción nueva.

- Bueno... – dije mientras me sentaba junto a Matías y este hizo un gesto algo extraño, me pareció que era incomodidad- ¿Te molesta que me siente aquí? -pregunté sin entender el porqué de la reacción del chico.

-No, claro que no, siéntate - respondió él bastante nervioso.

-¿Te pasa algo? Te noto extraño - dije mientras mi preocupación por Matías  crecía- ¿Seguro que estás bien?

-Sí, sí estoy bien - respondió mientras era más que obvio que mentía-Estoy perfectamente – continúo mintiendo.

-Matías – dije mientras lo miraba con incredulidad - podrás mentirle a quien tú quieras menos a mí, ahora dime ¿Qué te pasa?

-Está bien, te diré- dijo mientras dio un gran suspiro y bajo la mirada -¿Recuerdas lo que te dije sobre la chica a la que le escribí la canción?

-¡Por supuesto!- afirmé- ¡Como olvidarlo!

-Bueno es por esa chica- dijo Matías mientras su rostro lograba borrar mi sonrisa por completo- Es oficial y más doloroso de lo que creí – dijo mientras que yo me preguntaba ¿Qué era oficial?- Ella tiene novio – dijo respondiendo a mí pregunta como si pudiese leer mis pensamientos, pero no era necesario, me conocía muy bien.

-Mat... Matías- dije mientras empezaba a tartamudear,  no soportaba verlo así- Eres un gran muchacho, una persona maravillosa, y... -dije mientras me empezaba a ruborizar,en realidad... nunca me había dado cuenta de lo que pensaba de Matías, lo que estaba diciendo era más cierto de lo que yo creía- un chico más tierno de lo que pudiera imaginar y si esa chica no puede ver eso está ciega.

-Lo peor es... que aparentemente lo sabe – dijo Matías- y aun así no lo nota.

-Pues eso despeja toda duda...- dije yo tratando de animarlo- Es una despistada.

-No, créeme, no lo es – dijo Matías mostrando una sonrisa – Es linda,dulce, extrovertida, una gran amiga y...- dijo Matías mientras bajaba la cabeza-y me siento como un tonto por no haberle dicho nada.

-Matías – dije mientras ponía mi mano en su hombro- Devuélveme a mí  amigo, por favor – dije tratando de animar,realmente el verlo así era torturante- Devuélveme a ese chico divertido,egocéntrico y  engreído- dije mientras Matías empezaba a sonreír, su sonrisa era cada vez más grande y eso me llenaba de satisfacción.

-Lo sabía... - dijo Matías enderezaba su postura y su sonrisa egocéntrica volvía- No puedes vivir sin mí.

-¡Vaya! ¡No tardaste nada en volver!- dije mientras sonreía.

-Bueno, no soy un monstruo- dijo mientras el tono que usaba cuando bromeábamos regresaba- no puedo negarte el privilegio de hablar con ''El Gran Matías''- dijo provocando que los dos riéramos.

-Mucho mejor –dije mientras recuperaba el aliento.

Todo estuvo bien, hasta que sonó mi teléfono, era Sebastián ¡Se me había olvidado llamarlo! No lo pensé dos veces y respondí mi teléfono, Sebastián me dijo que nos viéramos en la Torre Eiffel, colgué la llamada y miré a Matías.

-Era Sebastián, quiere que nos veamos en la torre- dije un poco¿decepcionada? pero aún sin levantarme de la banca

- Tranquila, ve- dijo Matías – Nos vemos después.

De la nada, nuestras miradas se cruzaron, no me había dado cuenta antes;pero los ojos de Matías eran de hecho muy lindos, de pronto ese cosquilleo en mi estómago volvió,  los dos estábamos  callados, no obstante, creo que él estaba igual que yo, era simple saberlo sus ojos decían todo.

- Me tengo que ir – dije sin dejar de verlo a los ojos.

-Adiós- dijo él sin romper la conexión de nuestras miradas.

 No sé porque en ese momento ninguno de los dos quería quitar la vista de los ojos del otro, llegó un punto en el que llegaron muchos recuerdos a mi mente, todos eran recuerdos de Matías y yo juntos.

-Adiós Matías – dije mientras los dos nos levantábamos de la banca.

Sólo alcancé a dar unos pasos, cuando oí que él me llamó, inmediatamente me volví para saber que quería.

-Aurora...- dijo él.

-¿Sí?- pregunté con un cierto aire de emoción que no podía explicar.

-¿Tienes algún consejo, para ayudarme con... esa chica?- pregunto Matías,eso me molesto un poco, quería decirle que se olvidara de ella, con algún argumento de que ella no lo merecía o algo por el estilo; pero, cuando vi sus ojos supe que realmente me necesitaba, yo no podía ser tan egoísta.

- Si realmente te importa y sabes que a ella le importas, no te rindas-dije dándole el mejor consejo que me ocurrió-Dile lo que sientes, sé honesto con ella.

-Eso haré- dijo Matías viéndome a los ojos y sonriéndome.

Querido Diario...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora