6. Sexto Capítulo

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Estaba terminando de atar el último nudo para mi perfecta creación, cuando lo termine observe como mis sabanas camisas y vestidos ahora eran una cuerda que me daría la libertad.

Me puse uno de mis vestidos más liviano y mi enorme capa rojo sangre de terciopelo. Ya estaba casi lista solo me faltaba atar mi improvisada cuerda a la pata de la cama para poder sacarla por la ventana y bajar trepando, lo cual realicé con más entusiasmo del necesario. Pero hoy oficialmente era libre de la tutela de Abraham, lo cual decreta que escaparme no era ilegal y la justicia no me podría buscar, había repasado mi plan cien veces y no había encontrado ni un solo error.

Ya estaba abajo y estaba terminando de ponerle la montura a Magnus y las correas a Ashley y Kayla ya que no planeaba dejar a mis bebés en este lugar, me los llevaría conmigo.

-Serafina- esa voz me había torturado últimamente. No se que hacía despierto a estas horas de la mañana, pero ahí estaba.

-Aiden- respondí cortante y sin darme vuelta.

-Por favor, mírame- su tono de voz me sorprendió tanto que no pude evitar mirarlo de reojo, era un ruego, y por lo que conocía él no era de los que rogaba.

-¿Ahora quieres que te mire, Aiden?- lo sé estaba siendo muy fría y distante, pero el me lastimó y encima aún sigo confundida.

-Yo sé que estuve mal, y lo siento.

Ahora sí me di vuelta, y lo mire con toda la hostilidad que pude.

-¿Qué lo sientes? Mira no se a que viniste pero si vas a delatarme, hazlo de una vez, grita, llama a mi padre.

Pareció dolido por mis palabras, pero no entiendo por qué.

-Yo más que nadie quiero que escapes de este lugar, jamás te delataria. Pero yo... yo... quiero irme contigo.

Abrí muy grande los ojos, no me esperaba eso. No entiendo a este ser, es la única persona que no puedo predecir y que encima confunde mis propios sentimientos.

-Aiden...

Atrás de él vi como unas luces se prendían y de la casa salía Abraham que echaba chispas. Maldito Aiden ya estaría lejos si el no me hubiera entretenido, pero ahora que lo pienso si mi padre llega y se da cuenta que él no intentaba detenerme Aiden se llevará la peor parte, y yo no quería eso, es más no quería que nadie lo lastimara, por lo que rápidamente coloque mi brazo de una forma que pareciera que él me retenía ahí sobre mi voluntad. Y empecé con mi excelente actuación.

-AIDEN SUELTAME! DÉJAME ESCAPAR- grité lo suficientemente alto como para que mi padre escuchara. El morocho me miraba sin comprender hasta que mi padre llegó a nuestro lado y me tomo fuertemente de un brazo. Ahí su cara cambió drásticamente y me miró con reproche sabiendo que ahora yo me llevaría todo lo malo y él estaría a salvo.

-Bien hecho- fue todo lo que dijo mi padre para después empezar a arrastrarme de nuevo a la casa.

Antes de que perdiera de vista a Aiden le lancé una mirada de esto no termina acá y entre en la casa.

Por suerte nada malo me pasó, solo me volvió a encerrar en mi cuarto y listo.

Era la primera vez que defendía a alguien así, jamás había defendido a alguien sabiendo que me podría afectar a mí, pero de tan sólo imaginar que alguien le pudiera hacer daño se me revolvió el estómago. Me estaba doliendo tremendamente estar alejada de él, jamás había deseado tanto ver a alguien, a pesar de que estaba muy muy confundida la única conclusión que encontraba era que... me estaba empezando a encariñar de más con Aiden.

AIDEN

Era la primera vez que alguien me defendía. No se que me estaba haciendo Serafina, pero no podía dejar de pensar en ella, en su cabello rojo que brilla y resalta sobre la noche, en sus ojos celestes y profundos, en sus labios...

No sé porqué había sido tan idiota de salir corriendo ese día en el arroyo, pero me asusté, no puedo estar con ella, me da miedo sentir demasiado y después no poder dejarla ir, pero me temo que para eso ya era demasiado tarde porque ya no puedo dejarla ir, ella se ha metido debajo de mi piel de una forma inexplicable, ella es mi hogar y adonde valla ella yo también iré. Pero eso también significa que no puedo permitir que nada le pase y dejándola con es psicópata no era la mejor forma de protegerla. Lamentablemente no podía sacarla de acá solo necesitaba ayuda y la única ayuda que recibiría seria la de Jodie, lastima que ahora me debe odiar. Igual correría el riesgo de comunicarme con la castaña, todo sea por el bien de Serafina.

Menos mal que era de noche así podría estar en mis dominios, pero me costaría el doble ya que Jodie es una Lux. Me concentre al máximo y le pedí permiso al aire para comunicarme a través de él, menos mal que me lo concedió. Imaginé cada rasgo de Jodie y en mi mente formé las palabras que le diría.

"Jodie"

¿Quién? - me sorprendió lo rápido que me contestó considerando que era de noche.

"Soy Aiden"

"¿Aiden?"

"Sí"

"Me abandonaste y recién dos años después te comunicas" - se notaba en su voz que estaba muy dolida. Pero a mí me dolía más que a ella.

"Jodie perdona, se que fui un estúpido pero necesito que escuches"

"Te escucho"

"La encontré, pero está en peligro, el otro día un Tenebris la atacó y ahora encima está lidiando con Abraham" -dije apresuradamente.

"Las cosas por aquí no están mucho mejor, pero dime que es exactamente lo que necesitas"

"Necesito que vengas, voy a sacarla de aquí pero si por el camino hay una emboscada de Tenebris y es de día no voy a poder protegerla, te necesito"

"Escucha Aiden si de esto no dependiera el futuro Heira no iría"

"Lo se y te respeto"

"En dos días más o menos voy a estar llegando"

"Nos vemos"

Luego la conexión se cortó y quede totalmente desconcertado. Haber escuchado de nuevo su voz me había afectado más de lo que esperaba. Me recompuse y fui a la casita donde dormía para no llamar la atención.

Una vez allí me puse a recordar el primer día que vi a Serafina, recuerdo cuando la ataque y le exigi respuestas, su tranquilidad me sorprendió en ese momento, luego sus palabras y desde ahí en adelante absolutamente todo lo que hacía me sorprendía y emocionaba. Una pequeña sonrisita se formó en mis labios al recordar lo feliz que se puso cuando encontramos el arroyo, recuerdo la guerra de agua que tuvimos y como sus carcajadas me dejaron completamente embobado.

Cuando me presentó a los demás empleados, como su cara se iluminó al ver a Zaira, en algún momento entre recuerdo y recuerdo me quedé dormido hasta que los rayos del sol me volvieron a despertar.

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Hola mis pequeños lectores!!!

Si al final publiqué pronto pero dudo que hasta el fin de semana pueda volver a publicar, ya que tengo muchos exámenes y proyectos, deseenme suerte jajajja.

Díganme si les gusto que hiciera esa pequeña parte desde el punto de vista de Aiden. Se que algunas palabras o actos que el personaje realice no van a entender a que mierda se refiere, pero ya más adelante se van a enterar ;-)

No se olviden de comentar y dejar sus opiniones siempre me son de mucha ayuda!

Los quiere. Agos.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora