Habitación 999

Capítulo 13

9:00am

Narrador.

Josh estaba en la universidad, decidió perder la última clase para ir a ver a Emiliana, no había desayunado de la preocupación y se estaba empezando a sentir un poco débil. Decidió salir por un jugo de moras, sus amigos le hablaban y era como si estuviese sordo o algo por el estilo, el accidente de esa chica le había afectado demasiado, el sueño de anoche no le dejó conciliar el poder dormir, se sentía patético, pero por ir a ver a Emiliana haría lo posible.

Que hay, Joshua.

Oh, hola Drack –saluda a su amigo-

¿Qué pasa, hombre? te ves mal en ésta mañana tan hermosa –dice señalando el cielo-

Si es...es muy linda –Dice y luego da un sorbo de jugo-

¿Sucede algo, hermano?

No, no, tu tranquilo...yo estoy bien.

¿Estás seguro? parece que no has dormido en una semana. –Bromeó Drack-

Si bueno...a veces uno se levanta con el pie equivocado.

Sé que estás estudiando medicina...pero jamás te habías visto de esa manera por los estudios –sospechó Drack-

Bueno...para todo hay una primera vez –dijo josh mientras pagó la cuenta-

Debes cuidarte mas, hermano.

Gracias, hasta pronto, Drack.

Adiós, Joshua.

*Ya en el hospital*

Buenos días, vengo a ver a la señorita Ravencroft –dijo josh a la recepcionista—

Adelante –respondió automáticamente la recepcionista-

Josh fue directamente a la habitación 33-33-33 y encontró a la misma chica de ayer.

Hola...¿Joshua, cierto? –Dijo Caroline-

Si...Hola...¿cómo es que te llamas? –preguntó sin ganas-

Soy Caroline.

Hola Caroline.

¿Los que vienen a ver a la señorita Ravencroft? –Dijo la enfermera-

-Se levantan los dos muy sincronizados-

Adelante –les llamó la enfermera-

*Ya en el cuarto*

Hola campeona –Saludó a Emiliana-

¡Josh! –Se alegró Emiliana-

Hola...Emiliana –saludó Caroline-

¿Cómo están chicos? ¿Ya se conocen? que fea manera de conocer una persona –Bromeó Emiliana-

jajajaja tienes razón –dijo Emiliana- Mira...te traje chocolate –dice sacando la barra de ésta-

Ooh... gracias Caro...No debiste molestarte.

Ni lo menciones, no es ninguna molestia. –le entrega el chocolate-

Yo...lamento no presentarme con nada –dijo josh bajando la cabeza-

Josh, con que estés aquí es mucho más que suficiente para mí –Dijo mientras le soba el brazo-

Bueno...debo ir a trabajar, te quiero Emily...cuídate.

Tú igual. –dijo mientras Caroline salía del cuarto-

Josh...cierra la puerta.

¿Qué?

Haz lo que te digo por favor.

Está bien –se dirige a la puerta y la cierra-

Josh...no es el departamento.

¿De qué hablas?

Me siguieron hasta aquí...Josh están aquí.

¿De quién hablas?

Las niñas...

Emily...No te sucederá nada ¿sí? estás en un hospital.

No, no, no, Josh, no entiendes yo...están aquí...

Emily...

Las luces empezaron a titilar, las máquinas a hacer ruidos extraños y de pronto todo cesó.

¿Cuándo te darán de alta? –preguntó Josh-

No lo sé...tengo miedo...quiero irme de aquí.

Debe ser dentro de poco, te ves muy sana. ¿Con quién te quedas por las noches?

No lo sé...Apenas desperté hoy.

Hoy es viernes ¿quieres que le pregunte al doctor si hoy puedo quedarme aquí contigo?

No quiero ser una molestia Josh.

Emily no me molesta.

Está bien.

Saldré a buscar al doctor ¿sí?

Estaré bien, tú ve tranquilo.

Josh salió rápidamente a hablar con el doctor.

Hola, buenos días ¿usted es el doctor que atiende a Emiliana Ravencroft? –Preguntó Josh-

Soy yo –dijo estrechando la mano- Mi nombre es Franco Stone ¿es usted su novio?

Ah...yo...bueno...jajaja –dijo muy nervioso al doctor-

Bueno, le daremos de alta mañana, misteriosamente se encuentra bien y en los exámenes está todo perfecto, no hay daños cerebrales y sólo hay una pierna rota, a excepción de uno que otro tendón inflamado, por eso tendrá dolores por unos días, de resto está todo excelente gracias a Dios.

Si...Muchísimas gracias, doctor Stone...ah...quería preguntarle si puedo quedarme hoy a acompañar a Emiliana.

Por supuesto que sí, es mucho más seguro.

*de regreso al cuarto*

Josh, Josh. –dice Emiliana susurrando-

¿Qué? –Responde de la misma manera Josh-

M...Mira ... –dijo muy nerviosa Emiliana.

¡OH POR DIOS!...