Capítulo 1

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Rose POV.

Mi madre correteaba por la casa buscando las llaves con notable nerviosismo. Como todos los días.

—Rose, ¿Has visto las llaves? No las encuentro por ningún lado.

Mordiendo el borde de mi sandwich tostado a medio quemar señalé la mesa del televisor, donde siempre olvidaba las llaves.

—Gracias hija— Besó mi mejilla.—Hoy tu padre y yo llegaremos tarde.

Asentí restándole interés. Todos los días llegan tarde a casa de todos modos.
Llamó a mi padre y juntos abandonaron la casa dando un portazo. Pocas veces lograba saludar a mi padre en las mañanas.
Segundos después, mi hermano bajaba las escaleras tallando sus ojos. Realmente no entendía qué era lo atractivo en un muchacho así.
Hacía boxeo en una carísima academia que pagaba papá, restándole importancia a las pésimas notas que sacaba en clase.

—Buenos días, inutil.—Me saludó con voz ronca.

—Hola idiota.—Respondí sin despegar la vista de mi teléfono.

Mis amigas estaban eufóricas enviando mensajes. Hoy era viernes y habría una gran fiesta en casa de Melanie, a la que todo el instituto asistiría.

Melanie era una de mis amigas. Rubia, delgada, bonita y con dinero; objetivo de varios de los jugadores del equipo de fútbol de la escuela.
Sin embargo, sus intereses se centraban en Drake Adamson, un chico de ambientes peligrosos. El típico muchacho tatuado de quien todos temen.
Casualmente, era amigo de Noah Bennett.

Rodé mis ojos de sólo recordar su nombre.

Era hijo de amigos de mis padres, motivo por el cual tuve la desgracia de conocerlo en una reunión en mi casa.
Es el ser humano más irritante que haya pisado la tierra, y se encarga de demostrarlo cada vez que lo tengo cerca.
Al ser amigo de Drake se ve metido en esos ambientes de problemas, drogas y demás idioteces.

—¿Irás a la fiesta de Mel?—Le pregunté a mi hermano mientras dejaba los platos sucios en el lavabo.

—Tal vez. ¿Quién irá?

Sabía que lo preguntaba por Destiny.
Destiny era otra de mis amigas, y se gustan desde el primer día en que ella vino a casa. Ninguno de los dos había dado el primer paso, pero cada vez que se ven es como si yo dejase de existir.

—Destiny irá.—Le respondí a secas.

—No lo preguntaba por ella.—Sus ojos viajaron hacia el suelo.

Di un golpe amistoso en su hombro y tomé las llaves para salir de mi casa.

—Te veo en el instituto, Luke.

Cerré la puerta y me dispuse a caminar hacia la cárcel a la que solemos llamar escuela.
A medida que apuraba el paso comenzaba a ver más estudiantes, con sus rostros sonrientes por el simple hecho de que era viernes y se daría la fiesta en la casa de Mel. Mis amigas ya sabían qué se pondrían y tenían todo perfectamente planeado, a diferencia de mi que ni siquiera me había puesto a pensar en mí atuendo.

Llegué a la puerta del establecimiento, y al traspasarla, una cortina de humo se abalanzó sobre mi rostro.

—Buenos días, Brooks.—Noah Bennett sostenía un cigarrillo entre sus dedos y esbozaba una sonrisa condescendiente que me hubiera encantado romper a puñetazos.

—Vete al diablo, Noah.

Tomé su cigarrillo y lo tiré al suelo para luego pisarlo, escuchando voces de fondo que incitaban a la pelea.
Sin darle mucha importancia, seguí caminando. Se hacía tarde para mis clases.

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