Rose POV.
Las ojeras del fin de semana seguían tatuadas bajo mis ojos, advirtiendo que no había dormido para nada bien el día anterior.
Por lo menos no tenía resaca al igual que Sky; esa chica había bebido todo lo que pasase frente a ella durante la fiesta. Era gracioso verla con gafas oscuras dentro de la escuela, cubriendo con su cabello la mayor parte de su rostro.Mi celular vibró en la parte trasera de mi pantalón, y al tomarlo entre mis manos, vi en la pantalla un futuro bastante desalentador:
"Hoy tendremos una cena en casa con compañeros de la empresa, así que será mejor que te vistas presentable. Nada de ropa de tu hermano, Rose."
Mi madre acababa de arruinar mi mañana por completo, porque sabía perfectamente que ese mensaje significaba que Noah Bennett y su familia estarían en mi casa durante la cena.
Un suspiro se escapó de mis labios, consiguiendo las miradas confundidas de mis amigas.—¿Que sucede, Rosie?— Tomó mi mano Sky por encima de la mesa de la cafetería.
—Hoy hay reunión en mi casa. Con la familia Bennett y otras personas del trabajo de mamá.—Cerré los ojos con fuerza, para luego abrirlos y negar con la cabeza.—No estoy para soportar a ese imbécil. Simplemente no tengo ganas, y no puedo faltar. Mi madre se enfurecerá si me voy.
—¿Irte? ¿Estás hablando en serio?—Mel sonaba completamente indignada.—Ni siquiera se te ocurra, Rose. Vas a ir a esa jodida cena luciendo sexy como el infierno y le demostrarás a ese mal nacido de lo que se pierde por actuar como un idiota.
No pude hacer más que sonreír. Sabía que Melanie no permitiría que me esconda, y sé que tiene razón, pero no sé cómo lucir "sexy como el infierno". Tampoco tengo idea de si estoy segura de arriesgarme de esta forma.
Mía llegó caminando como si fuese Bambi, con una sonrisa en el rostro y las mejillas sonrojadas.
—Es hermoso.—Dijo, provocando que una carcajada saliera de mi garganta.
—No me digas que te gusta el profesor.—Dijo Evangeline arqueando una ceja.—Es como un anciano prematuro, Mía, lee libros para vivir.
Todas reímos ante el comentario de Lin.
—¡Oye! No tiene absolutamente nada de malo que lea.—Se defendió Mía.
Ví por el rabillo de mi ojo una mata de cabello rubio acercándose a nuestra mesa, seguida de otros dos esqueléticos cuerpos.
«Problemas»
Entonces, pude observar frente a mi cómo mi cerebro había acertado.
La novia de Niall había lanzado sobre Evangeline un vaso de refresco helado, con su típica sonrisa de perra dibujada en sus labios inyectados.
Todas miramos a Ashley y su séquito de subdesarrolladas con la peor cara que pudimos, y nos levantamos de nuestras sillas, preparadas para darles una paliza si era necesario.—¿¡Se puede saber qué diablos te pasa, zorra!?—Preguntó exasperada Evangeline.
Toda la cafetería parecía mirar nuestra mesa de pronto, y era algo que realmente me irritaba.
—¿A mi? Nada.—Su voz chillona comenzaba a irritarme.—Quisiera saber qué te sucede a ti.—Se cruzó de brazos.
—Déjate de rodeos, Ashley ¿De qué demonios me estás hablando?
—Te vi hablar con mi novio en la fiesta, perra. Y ya todos sabemos que se te caen las bragas por él.—Sonrió.—Así que te recomiendo que lo dejes en paz, porque esto fue sólo una advertencia. No querrás ver qué sigue.
Pude ver a Niall Blake entre el tumulto de gente observando el espectáculo.
Imbécil.—¿Disculpa? Tu novio vino a hablarme a mi, corazón, así que deberías informarte mejor.—Lin se levantó, sacudiendo las mangas de su blusa mojada.— Y creo que deberías fijarte a quién amenazas, porque si mal no recuerdo te rompí el tabique el año anterior, zorra.
La rubia tragó saliva con nerviosismo, pero rodó los ojos intentando fingir que no le interesaban las palabras de Lin.
Tomó a su grupo de perras y se largaron por la puerta de la cafetería.—Wow—Exclamé.— Joder Lin, te amo.—Todas mis amigas rieron, y acompañamos a Evangeline a cambiarse al baño.
No podía creer el autocontrol que había tenido mi amiga para no soltarle un puñetazo en la cara a Ashley.
Pero creo que la forma en la que ridiculizó a la rubia fue mejor que cualquier paliza.Las horas de clase pasaron rápidamente luego del incidente en la cafetería, y ya era hora de ir a casa.
Estaba realmente cansada, y tenía toneladas de tarea que hacer aún.Estaba a punto de cruzar la puerta del establecimiento, cuando una voz conocida se escuchó a lo lejos.
—¡Nos vemos en la cena, Brooks!—Escuché decir a Noah.
Rodé los ojos y seguí caminando. No lo soportaba, y él lo sabía; era realmente extraño como parecía encantarle ser odiado por mi, y se esmeraba en que el sentimiento de repulsión creciera cada día.
Tenía talento, debo admitirlo.En el camino a casa logré notar que había un cúmulo de nubes oscuras en el cielo, y el frío comenzaba a aumentar.
Al parecer, llovería en la noche.Llegué a casa y subí directamente a mi habitación, dejando tirado el bolso y la chaqueta a un lado de la cama. Até mi cabello en un moño y caí rendida sobre el suave y mullido colchón, cerrando mis ojos sin darme cuenta.
Escuchaba de fondo el ruido de los pájaros piando, y me prometía a mi misma que en el siguiente minuto me levantaría de la cama. Pero sabía que no resistiría; mis ojos se llenaban de lágrimas de sueño, nublándome la vista, y los bostezos venían cada vez más fuertes.
Terminé por rendirme ante los brazos del sueño, siendo acunada por la leve luz del sol comenzando a esconderse entre las nubes.(...)
De pronto, un sonido incesante rompió con mi sueño profundo. Era suave, pero a la vez me causaba terror.
En medio de la oscuridad de mi habitación, se escuchaba una respiración que no era la mía, y sentía detrás de mi cómo el colchón se hundía.Tomé mi celular, que estaba a mi lado en la mesa de noche y encendí la linterna.
Lentamente me di vuelta, y al alumbrar lo que tenía frente a mi, un grito se escapó de mi garganta.—Hola Brooks.
Para ese momento me encontraba fuera de la cama, alumbrando el rostro del imbécil de Bennett.
—¿Qué mierda haces en mi habitación, Noah?—Estaba a punto de aniquilarlo, y no estaba jugando.
—Es que...—Se levantó.—Tu madre me pidió que te despertase. Tu hermano no está y tus padres están ocupados abajo.—Vi su sonrisa camuflada entre las penumbras.—Te vi tan tranquila que no quise despertarte.
Su voz se escuchaba cada vez más cerca, y comenzaba a aterrarme.
No podía retroceder más, me encontraba contra el armario, y la llave de la luz se encontraba a unos cuantos pasos de mi. No la alcanzaría.—¿Qué sucede, Rosie? ¿A caso te doy miedo?
Estaba a tan sólo un metro de distancia, y la situación se me estaba yendo de las manos.
Intenté correr hacia la llave de luz, pero Noah corrió hacia mi y me sostuvo contra el armario, reteniendo mis muñecas por encima de mi cabeza.—No te tengo miedo, imbécil.—Solté con el odio impregnado en mis palabras.
—Lo sé —Su aliento caliente chocaba con mis labios. Santa mierda.—Es por eso que amo fastidiarte. Nunca sé cómo vas a reaccionar.—Susurró.
Mi barbilla temblaba, y sabía que lo había notado por la risa casi silenciosa que soltó.
—Me deseas, Brooks.—Su tono condescendiente me sacaba de las casillas.—Me deseas tanto como yo te deseo a ti.—Susurró contra mis labios.
Y fue en ese momento donde toda mi vida se fue al diablo.
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Capítulo escrito por Rose (@LittleBlackShadow06)
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Six Loves
RomanceBello y peligroso, como la flama del fuego. Verla danzar es hipnotizante, pero, ¿Qué sucede cuando se convierte en un incendio? A veces hay que decidir entre lo atractivo y lo prudente, y es algo que puede llegar a ser dificultoso para seis amigas q...