Capítulo 9

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Rose POV.

Mis manos sudaban sin que yo pudiese controlarlo, mientras rascaba con fuerza mis muñecas respondiendo a un impulso nervioso.
Mis ojos viajaban por el suelo mientras caminaba, observando detalladamente cada paso que daba, y las voces de mis amigas se habían convertido en una simple música de fondo; porque quienes sonaban más fuerte ahora eran mis propios pensamientos. Esos que disfrutaban atormentándome y me recalcaban que había cometido un grave error.
Así caminaba por el pasillo, como si mis piernas tuviesen vida propia y llevaran un torso muerto sobre ellas.
Intentaba entrar en la conversación que mantenían mis amigas en el trayecto a la cafetería, pero sus palabras no tenían sentido a mis oídos. Nada tenía sentido.

Segundos después me ví obligada a salir de mi trance, ya que me encontraba frente a la puerta de la cafetería.
Caminé detrás de mis amigas y al sentarme en la mesa junto a ellas, tomé mi teléfono para pasar desapercibida, intentando evitar que hicieran preguntas acerca de mi estado.

Pero, como siempre, la suerte no está de mi lado.

—¿Qué tienes Rosie?—Preguntó Destiny.

La miré a los ojos y fingí una mueca de cansancio. No estaba preparada para hablar aún.

—No es nada. Solamente me faltan varias horas de sueño.—Simulé un bostezo, y al parecer había logrado convencerlas.
A todas excepto a Melanie, que observaba mis ojos esperando que dijese algo. Ella sabía que había algo mal en mi, pero sin embargo no alarmó a las demás y fingió no notarlo, cosa que agradecí con una leve sonrisa dirigida a ella.

Lo último que pude escuchar fue algo sobre el vecino de Sky, justo antes de que mi cerebro se desconectase.
Al finalizar el descanso, tomamos nuestras cosas y todos los alumnos se dirigieron hacia sus aulas como si de una estampida se tratase.
Me senté en mi lugar habitual junto a Destiny y comencé a garabatear algunos bocetos sobre una hoja del libro de historia, perdiéndome completamente en mis pensamientos; cuando de pronto, siento a mi teléfono vibrar dentro de mi bolsillo derecho.
Algo extrañada, lo tomo para leer lo que figuraba en la pantalla.

"Tenemos que hablar, Brooks. No espero que estés de acuerdo, sólamente es un aviso. Necesito aclarar lo que pasó la otra noche."

Bloqueé el celular con el corazón acelerado. No quería volver a ver a Noah.
La vergüenza me carcomía; no estaba preparada para volver a perder mi dignidad con la misma persona por segunda vez.
Me levanté de mi asiento, y sin permiso alguno, salí del salón para comenzar a correr en dirección al baño, con las miradas de mis amigas clavadas en cada uno de mis movimientos.
Gracias al cielo, el lugar se encontraba completamente vacío, así que no perdí tiempo y entré en una caseta para soltar el manojo de nervios que hacían que mi estómago se revolviese.
Era increíble a qué punto podía llevarme el estrés que me causaba este muchacho.

Abrí la puerta de la caseta y dejé correr el agua del lavabo para poder enjuagar el repugnante sabor de mi boca.
Obsevándome en el espejo acomodé mi cabello alborotado, y antes de salir del baño, eché una última mirada llena de desprecio a mi reflejo.
Me sentía una completa imbécil, y las ganas de golpearme no escaseaban.

Lo que restó de las horas en el instituto me la pasé detrás de las gradas del campus, lugar donde los estudiantes usualmente fornicaban creyendo que nadie los veía.
Probablemente obtendría un castigo de dos mil años por esto, pero no me apetecía cruzarme a Bennett. No hoy.

Al escuchar el timbre que indicaba que las clases habían finalizado, crucé el campus para salir por el estacionamiento. No me sentía cómoda viendo a mis amigas luego de lo sucedido hace unas horas.
Lo que no sabía era que ir al estacionamiento sería lo peor que pude haber hecho.

Six LovesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora