Narra Gabrielle:
—¿Qué opinas del mundo Jov?—le pregunte.
Estábamos ambos todavía en el balcón, la noche había caído en todo el sentido de la oración y las estrellas habían salido.
Lo pensó por unos segundos antes de responder.
—Creo que este mundo está mal, sorprendentemente soy muy supersticioso y creo que todo pasa por alguna razón, que por algún motivo conocimos a las personas que conocemos y que por otro algunas cosas no sucedieron, y creo que a pesar de toda esta mierda y las desgracias que ocurren y a pesar de que mantenga firme mi idea acerca de cuán mal esté el mundo, sigo creyendo que es caóticamente hermoso y que todo sigue alineandose a la perfección a pesar de tanto—dijo, como sí aquello lo hubiese sacado desde su más recóndito pensamiento, como si hubiese estado esperando a que se lo preguntarán. —¿Tu qué opinas?
—Estoy de acuerdo contigo y creo profundamente en las casualidades, pero soy demasiado realista para darle una oportunidad a todo eso, creo en ello, pero se que algo así jamás me sucedería—me encogí de hombros.
—Nunca sabes Gabrielle, la vida suele acostumbrar a sorprendernos a todos—me dijo mientras observaba las estrellas.
—Si tu lo dices —volví a encoger los hombros.
—¿Por qué tu familia se mudó desde Virginia? —pregunto cambiando de tema.
—Digamos que eso es una historia un tanto complicada —conteste.
—¿No me dirás? —me pregunto algo indignado.
—Tranquilo, pronto lo sabrás, lo prometo, sólo dame tiempo— le respondí. —¿Y tu? ¿Por qué te mudaste desde Los Ángeles hasta aquí?—pregunte.
—Mi padre decidió expandir su empresa, tiene muchas acciones en la bolsa de valores de Chicago y hacía muchos viajes aquí, casi dos veces por semana, por eso fue preferimos mudarnos, así no tenía que pasar por aquellos viajes lejos de casa —me dijo.
—¿Extrañas a tus amigos allá? —decidí preguntarle.
—Están tan pendientes de mi que siquiera me dan tiempo de extrañarlos —ambos reímos— Pero si, los extraño, hemos estado juntos desde que tengo uso de razón, siempre hemos sido cuatro; André, Javadd, Eva y yo, Meredith es sólo...Meredith, así que no puedo decir mucho, pero vaya que extraño nuestras salidas, lo que me alegra es el que puedan venir a visitarme tan a menudo y...¿sabes? A veces la vida te aleja de algo para darte algo mejor y pues, empiezo a creer que ese algo...— se detuvo — No te vayas a sonrojar —me advirtió — Empiezo a creer que eres tú.
Lo mire perpleja, ¿de veras me había dicho eso?
—Jude —lo llamé para molestarlo, sabía que no le gustaba que le llamará así, pero yo lo disfrutaba— ¿Acaso intentas coquetearme? —le pregunte divertida.
—¿Qué no es obvio Gabrielle? —me pregunto con soberbia. — Es lo que he estado haciendo toda la noche.
Revolví los ojos mientras reía.
—¿No tienes sueño? —pregunte porque no sabía que más responderle.
—Un poco — se encogió de hombros — ¿Qué hay de ti?
—Ahora que lo pienso, si, además debo despertar temprano —conteste.
—Pues vamos —se levantó de su asiento.
—¿Vamos? —pregunte confundida.
—Si, ¿Creías que volvería a casa a estas horas? —pregunto con más soberbia. Ese tono suyo se le estaba haciendo costumbre. — A menos que no lo desees así y pues respeto y me voy.
ESTÁS LEYENDO
Gabrielle & Jov.
RomanceGabrielle & Jov; Completamente diferentes, él prefería los bares en la noche y amanecer con resaca, ella prefería el café en las mañanas y alguno que otro libro a su lado. Pero se complementaban. Esta es la historia de dos almas completamente difer...