Capítulo 17: Un Giro Radical

22 3 0
                                    

Christopher

Michael me empuja y caigo al suelo. Las siguientes palabras que salen de su boca me dejan aturdido. ¿Michael cree que es el padre de Morgan? Dios, ese tipo aturdió a Michael. Necesito hacerlo entender, pero será muy dificil.

-Michael, vámonos -escucho que dice Mara.

-Yo no me llamo Michael. Me llamo Aldo.

Oh por Dios, Michael está demasiado confundido.

-Michael -digo levantándome-. Sé que sabes que no eres este tipo que Morgan hizo que pienses, así que por favor, cierra los ojos y piensa en quien eres verdaderamente.

Michael cierra los ojos, pero los abre inmediatamente y me da un puñetazo en mi nariz que hace que me rompa el tabique.

-¡No toquen a mi hijo! -Grita golpéandome en la mejilla y tirándome al suelo.

-¡No! -Grita Mara pero Michael la empuja y ésta cae golpéandose la cabeza.

Quiero levantarme pero Michael no me lo permite. Me agarra de la camisa y me golpea otra vez en la mejilla, y me empuja dejandome acostado en el suelo. Quiero levantarme pero no puedo, mi nariz está sangrando mucho y creo que me he roto algunos dientes. Miro al costado y veo que Mara está acostada, al parecer se desmayó, Lucila está contra la pared gritando y Morgan la sostiene introduciendo el pulgar en su herida y haciéndola sangrar.

Michael me golpea, una, dos, tres veces más y yo ya no siento nada. Estoy perdiendo el sentido, oigo que Lucila grita, pero esos gritos son lejanos, la vista se me nubla y el sonido del mundo se me apaga, y me desmayo.

Me despierto en la camilla del hospital secreto. Estoy manchado de sangre y la cabeza me duele un montón, la luz me impide poder ver bien, así que entrecierro los ojos. Tengo una cadena en mi tobillo y mano derecha. Veo que me sacaron la ropa de cura y fue sustituida por una bata de médico. Me toco los bolsillos para ver si aún tengo las llaves, pero no están allí. Deben estar en la ropa de cura.

-¡Maldición! -Grito fuerte.

De repente, la puerta se abre y veo que Michael entra a la habitación. Tiene unas tremendas ojeras y su cara parece más viejo de lo común. Está totalmente destruido.

-Buenos días dormilón -dice con voz ronca-, hora de desayunar.

-¿Dónde está mi novia y mi amiga? -Digo de manera amenazadora.

-Yo hago las preguntas aquí campeón -dice Michael sutilmente.

-Michael, por favor suéltame -le suplico.

-No conozco a Michael. Ahora por favor, necesito que me respondas algunas preguntas y luego podrás cenar -parece muy tranquilo.

-Está bien -cedo.

-Bien, primera pregunta, ¿quién eres y qué hacen aquí?

Me pongo a pensar la respuesta. ¿Debo decirle la verdad? No, claro que no, no me creera y será peor.

-Me llamo Christopher. Las dos chicas, un amigo y yo viajábamos a Richwood, pero nuestro coche se averió y salimos a buscar ayuda, entonces nuestro amigo... -debo mentir-, él desapareció y empezamos a buscarlo.

-¿Y cómo llegaron a mi casa?

-Estem... -debo pensar en algo para convencerlo-. Yo... -parece estúpido esta situación-, pensamos que quizás había caido en el pozo de agua de afuera así que entramos al patio, y su..., su hijo nos vio y nos atacó... él pensaba que le queríamos robar.

Michael asintió y puso la cara de orgullo que pone un padre cuando le dicen que su hijo destava en algo.

-Ustedes irrumpieron en mi casa, y deben pagar por ello -miró con cara de frialdad y sonrisa maliciosa a mi brazo-, pero por ahora, debes desayunar por que no querrás estar débil para tu castigo.

El Hombre De La Cabaña  [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora