Capitulo 19 - Rescate

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                  Pablo había recorrido todas las áreas posibles en la región de las montañas que eran accesibles a los vehículos y no había encontrado nada. La mayoría de los equipos ya había vuelto al punto de partida sin ninguna noticia. Cada hora que pasaba perdía la esperanza de encontrar viva a su hermana.


                    Sólo dos equipos aún no habían regresado. Jorge también todavía no estaba allí. Podría haber vuelto a su cabaña, pensó. Era demasiado egoísta para pensar en nadie sino en él mismo. Pablo colocó todas sus esperanzas en los dos equipos que todavía estaban buscando su hermana. Oró para que uno de ellos la encontrara. Silvia no iba a sobrevivir otra noche en el bosque.


                                                                        ***************************


                    Ya estaba oscureciendo y no había señal de Silvia y ni del avión. Jorge había viajado casi mitad del área descrita en el mapa y ya estaba empezando a desesperar, tal vez ya la habían encontrado, pensó. Pero algo en su corazón no quería creer. Sentía una angustia enorme. Aunque le dijo a Pablo que no se sentía culpable de lo sucedido, él se sentía terrible.


                     Silvia fue la única persona que había cuidado de él en mucho tiempo. Ella había entrado en su vida sin permiso y algo en él había cambiado tanto como no quería admitir. Y ahora, por su culpa, ella se perdió en algún lugar en ese bosque, tal vez estuviera herida o incluso muerta. Él intentaba todo el tiempo alejar ese pensamiento pero sabía que era una posibilidad, y esto le hizo aún más angustiado.


                      Pensó en ir hacia el punto de partida, pero había decidido terminar cubriendo el área determinado en el mapa. Era una área pequeña y no tardaría más de una hora para desplazarse a través de ella. Cuando entró en el bosque, notó que algunos árboles tenían algunas ramas rotas cerca de su parte superior, y había un claro que no debería existir según el mapa.


                     Su corazón se llenó de esperanza. Desmontó de su caballo y decidió ir allí. La zona era de difícil acceso porque la tierra era un poco empinada y el suelo estaba húmedo debido a la lluvia de los últimos días. Caminó unos cuantos metros más cuando, al llegar al claro abierto el vio el avión de Silvia. Su corazón comenzó a latir más rápido. No podía creerlo. Él había encontrado.


-Silvia! ¡Silvia! ¿Estás ahí? -Él gritó, pero no había recibido ninguna respuesta.


                    Corrió hacia el avión. La puerta estaba abierta y al subir en la cabina para su sorpresa no había nadie allí. ¿Donde estaría Silvia? Había un poco de sangre en la silla del piloto y una caja de primeros auxilios abierta al lado del asiento. Ella estaba herida. Tal vez había bajado del avión para obtener ayuda, él pensó. Decidió llamarla otra vez.


-Silvia! ¡Silvia! Soy yo, Jorge. Si estás alrededor dame una muestra! -Él estaba empezando a desesperarse.


                    Cuando mirando el suelo se dio cuenta que había algunos casi imperceptibles huellas sobre el terreno fangoso que seguió hacia el norte. Las pistas debían ser de Silvia. Decidió seguir las huellas hasta que llegó a cierto punto y no encontró más nada. En esa zona había muchas hojas en el suelo y la tierra seca que resultaba imposible dejar pistas.

Entre las MontañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora