Epígrafe

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Nuestro destino está sellado con la tragedia y aún así, me aferro a tu presencia etérea...

Mi corazón late al ritmo del tuyo y en medio de la tormenta sólo distingo el bien que contigo disfruto...

Tus ojos otorgan el resplandor que obliga a mi oscuridad a desvanecerse, y mi amor por ti seguirá, aunque mi vida arriesgue...

Dian G.


Bienvenidas (os) a mi mente, a mis pensamientos y a mis inventos. Espero no os no contagiar con mi locura.

Sin más se despide la escritora.

Hermosa Destrucción©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora