"-Vete a la mierda, Jae-ha"

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- ¡Vamos malditos idiotas! - vociferó Jae-ha- Necesito a cuatro muchachos para un trabajo, todos los demás podrán irse de vacaciones a la Zona Roja, así que hagamos esto rápido muchachos...

- Jae-ha me darás tres monedas de oro más este mes. - habló el muchacho con la vista de águila de la tripulación.

Su capitán soltó una carcajada y asintió mientras Hak se ponía a su derecha, seguido por el rubio, llamado Shin.

- ¡Venga lobos de mar!

Los dos hermanos de aquel barco levantaron la mano. El mayor, de pelo negro y corto, ojos azul oscuro y de piel morena gruño mientras su hermano pequeño, menos moreno que él y con su pelo largo y de color azabache atado con una cinta se reía mientras lo seguía y se colocaba al lado de Shin.

- Kuro, Shiro, cuento con vosotros

- ¡Si mi capitán! - exclamó el pequeño 

- Vete a la mierda, Jae-ha.- bufó Kuro

-¿Alguien más? - preguntó ignorando a Kuro y mirando a su tripulación. Nadie abrió la boca - Sois unos...

- Perdona capitán, pero; el único idiota aquí eres tú. 

Un chico de pelo caoba, corto y despeinado hizo su aparición, era casi de altura de la mano derecha del capitán, siendo más alto que Jae-ha por unos poco centímetros. Sus ojos miraron a su capitán sin emoción alguna y se acercó para ponerse al lado de Kuro, a quién saludo y sonrio de manera arrogante.

El joven de ojos violáceos suspiró negando con la cabeza para después volver la vista a sus camaradas

- Está bien, pueden irse ya.

Ante aquellas palabras, no faltó tiempo para que todos abandonaran el barco hablando de maravillosas mujeres, de caros vinos y de magnífica comida.

Miró a su pequeño grupo de tripulantes y sonrió

- Todos sabéis que no me gusta estar en Awa...- empezó- aquí viví toda mi adolescencia y aún me acuerdo de aquellos ojos claros que me miraban brillantes esperando a que yo agarrar su mano, acercara mi cara a la suya y...

- ¿Cuál es el trabajo?- cortó Kuro

El chico de pelo verdoso lo miró rascándose la nuca.

- ¿No podías esperar a que acabara la historia, verdad?

- Ya nos la sabemos - contestó Shin- te enamoras de una mujer fuera de la Zona Roja y nunca más la volviste a ver.

- Y ahora estás medio loco - continuó el chico de pelo castaño- efectos secundarios de que alguien como tú pudiera estar enamorado- dijo y le sacó la lengua

- ¡Cómo te atreves, maldito canalla! - este se rió- Arven, yo que te crié y te traje a mi barco y...

- Si, si, señor. - soltó riéndose

- Bueno, capitán, ¿va ha decirnos el trabajo? -preguntó Shiro

El capitán sonrió

- claro, tenemos que rescatar a dos lindas jovencitas

- ¿Qué somos? ¿Niñeras?- pregunto el joven moreno

Hak se rió acercándose a Kuro

- Eso mismo dije yo

Kuro y Arven sonrieron junto al ojizarco.

- Escuchen muchachos. Nos han dado una suma importante de dinero para rescatarlas...

- ¿Rescatarlas? ¿Acaso están en peligro? - preguntó Shin

- Van a venderlas como esclavas y el rey Soo-won va a comprarlas.

- Ese idiota... 

- Sus padres son unos idiotas que lo único que hacen es apostar - continuó Hak- y lo mejor que se les ocurrió fue apostar a sus hijas...

- No estoy seguro de querer salvarlas para que vuelvan con sus padres...- dijo Kuro-  en el palacio podrán hacer lo que quieran, aunque sean sirvientas...

Jae-ha lo miró riéndose nerviosamente

- Pues la verdad es que... los que nos pidieron que los rescatáramos no son sus padres...

- No me sorprende- dijeron Arven y Kuro a la vez

- Son unos amigos suyos, se llaman Zeno y Yoon, supongo que querrán ayudarlas, pero si yo fuera ellos me las llevaría fuera del reino. Soo-won puede parecer inocente y tranquilo, pero... las cosas no siempre son lo que aparentan...

Shiro se estiró rompiendo aquel silencio incómodo

- resumiendo, llevar a esas dos chicas con sus amigos.

Jae-ha asintió

- ¡Hagamos esto rápido muchachos!- exclamó el capitán

Hak, el pirata «Akatsuki no Yona»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora