"-¡No intimes con las señoritas!"

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- Levántate, Yona -susurra Lili

La joven pelirroja suelta unbufido y se recoloca en el futón

- cinco minutos más...

- ¡No podemos!

- ¿por qué?

El sonido sordo de la tela que hacía de puerta en aquella tienda de campaña improvisada las interrumpió.

Las dos jóvenes miraron hacia allí.

- Ya os habéis despertado...

Lili solo puedo fruncir el ceño mientras lo escudriñaba con la mirada y Yona se terminaba de despertar.

La pelirroja lo miró detenidamente.

Era alto, muy alto. Portaba una túnica de distintos tonos de azul, sus manos eran grandes y agarraban un arma que nunca había visto.

- ¿No pesa demasiado? - preguntó la pelirroja refiriéndose al arma.

El joven se sorprendió de que esas fueran sus primeras palabras... Nunca usaba su lanza cuando estaba en el barco. Hacía tiempo que no la usaba y guarda miles de recuerdos, recuerdos que hacían que su mente viajara al pasado a un pasado feliz.

Se volvió a serenar enseguida.

- No - contestó- podéis salir a comer.

Ambas acataron la orden y salieron tras de él.

- Qué maleducado - sussurró Lili- no dejarnos pasar a nosotras primero

- no estamos de vacaciones Lili,- habló Yona- estuvimos a punto de ser esclavas del rey y ahora estamos aquí, con ellos.

En cuanto salieron todos los presentes las miraron.

- ¿Durmieron bien, señoritas?- preguntó un rubio sonriente cerca de ellas.-Era de mediana estatura, no parecía ser muy fuerte pero sí ágil. Ellas asintieron mientras él las guiaba a la fogata para que comieran algo. - Pronto volverán a casa, quedan dos o tres días de camino...- 

Yona intentaba guardar la compostura y hacer de esa experiencia tan extraña para todo en algo menos raro, pero la cara sonrojada de su amiga no la ayudaba nada.

Un chico de tez morena les tendió el desayuno, un pez asado.

- gracias - susurró la pelirroja dándole un codazo a la azabache para que también agradeciera.

- No es nada- contestó con una sonrisa ladina- Soy Arven.

- ¡Arven! ¡No intimes con las señoritas! - se escuchó gritar

De repente, un joven de ojos violáceos y melena verde apareció, ya lo conocían, era el capitán Jae-ha. Llevaba ropas del mperio Kai o eso había asumido la ojizarco. Él era el hombre que había sido contratado para salvarlas.

Hak se apoyó en un árbol algo lejos del grupo, Shin estaba sentado a su lado, mientras veían juntos cómo Jae-ha reñía a Arven, que parecía querer empezar una pelea con su capitán, los dos hermanos de la tripulación aparecieron con carne para la comida en ese mismo momento.

-¿Realmente conocéis a Zeno y a Yoon? - formuló Lili

- No somos amigos - contestó Jae-ha a la joven de pelo largo.- nos contrataron para llevarlas sanas y salvas a casa, es más una relación de cliente y servidor. - se rió- Nuestra misión es que no acaben a manos del rey mientras estén a nuestro cuidado.

Aquella palabra referida al monarca del reino causó dos emociones distintas en ese instante.

Miedo, temor.

La pelirroja solo podía sentir pavor y cómo se le helaba la sangre al escuchar algo referido al rey era... era algo indescriptible para ella y, aunque realmente que ella hubiera ido a parar a las manos del rey era culpa de su padre y de los juegos no podía evitar sentir asco de un hombre que aceptaba esa clase de pagos por deudas.


Hak, el pirata «Akatsuki no Yona»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora