Capitulo 13

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Cuatro meses, una semana, un día...

Veo la hora en mi reloj, la verdad un poco preocupado porque Henry no ha llegado aún del trabajo. Retiro la cortina de la ventana de la sala para poder ver hacia el exterior. Nada. Aun no se ve cerca.

Camino de un lado a otro apretando mis manos, me detengo frente al espejo colgado en una de las paredes. Me gusta como se ve mi cabello hoy. Sonrío mientras paso mis dedos acomodándolo un poco.

Reviso mi ropa, unos pantalones color caqui, con elástico en la cintura. Debo admitir que aunque no me gustan mucho, son realmente cómodos...

— ¡Oh! Creí que saldrías con "La Perejila"- me giro para ver a Kyu quien acaba de entrar a la casa

— Deja de llamarlos así- frunzo el ceño

— Lo siento, me es difícil retener nombre- entrecierro los ojos

Por alguna razón, siento que no está siendo sincero conmigo sobre ese asunto. Niego con la cabeza decidiendo que lo mejor es dejarlo pasar.

— Como sea...- suspiro— yo estoy esperando a Henry- Kyu arquea una ceja

— ¿Aún no llega? ¿Será que finalmente no está inte...?

— ¡Lo siento!- un Henry sumamente agitado interrumpe a Kyuhyun al abrir la puerta de la casa bruscamente— Habia demasiado tráfico- respira rápido varias veces— ¿Estás listo amor?- extiende su mano hacia mí. Sonrío

— Sí, lo estoy...- tomo mi chaqueta y camino hasta la puerta— Nos vemos luego Kyuhyun- me despido sin realmente voltear a verlo.

Estoy aliviado de que Henry llegara, por un momento pensé que aún seguía molesto conmigo y que en la mañana había accedido a esta cita solo porque quería que dejara de insistirle.

Cuatro meses, una semana, un día, una hora...

Henry toma mi mano, como siempre lo hace, con suavidad y dulzura. Lentamente la levanta hasta llevarla a sus labios. Muerdo mi labio inferior al ver como entrelaza nuestros dedos y besa con dulzura mi mano.

— ¿Te gusta el lugar?- me pregunta mientras caminamos por un sendero en medio de hermosos cerezos

— Me encanta Henry...

— Traje las bolitas de arroz que tanto te gustan, y el aderezo de especias para acompañarlas

¡Dios! Eso suena realmente delicioso. Humedezco mis labios solo de pensar en las bolitas de arroz, mi boca comienza a hacerse agua, de pronto mi estómago gruñe bastante alto haciéndome sonrojar apenado. Henry voltea a verme con una sonrisa en sus labios.

— Lo siento...- murmuro

— Es música para mis oídos amor, sabes que me encanta alimentarte, el bebé necesita los nutrientes- muerdo mi labio

— Sí, pero yo exagero... estoy comiendo demasiado- hago un puchero

— No amor, no te pongas triste, tú sigues viéndote lindo...- Henry acaricia mis mejillas

Sí. Henry le hace bien a mi ego, siempre tiene palabras lindas que decirme. Suspiro hondo. Extraño estos momentos con él, ahora las cosas están tan locas que apenas si tenemos tiempo para estar solos. Siempre hay alguien a nuestro alrededor y es difícil que él se ponga romántico.

De nuevo suspiro.

Henry vuelve a tomar mi mano y me lleva hasta una banca bajo uno de los cerezos. Extiende una manta y me hace sentarme encima. Deja la mochila que trae en sus hombros a un lado y comienza a sacar tupers, cubiertos y termos. Los coloca uno a uno en la banca, preparando todo para una increíble cena romántica.

9 MesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora