Capítulo 1. La ventana de dios

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Anoche soñe con el día en que la conocí. Eran recuerdos vagos, finalmente sólo tendría unos cinco años de edad.

Mi madre y yo habíamos estado viajando por carretera durante dos dias completos, estaba tan agotada.

-Mami, ¿hemos llegado? -jalé a mi madre por la blusa, tratando de llamar su atención, pero ella estaba ocupada hablando con un señor que decía ser amigo de mi padre.

El hombre parecía apenado, ella asintió con seriedad, ¿estaba molesta? o ¿tal vez angustiada?, no sabía ya, mami estaba con muchos cambios de humor últimamente, cuando en California la abuela le llamo desde México y le dijo que papi no podría alcanzarnos porque personas malas no le habían dado permiso para ir donde nosotras, lo habían tratado tan mal que él se puso muy enfermo y se fue a dormir al cielo.
Desde entonces mami llora todos los días, cuando piensa que no la puedo escuchar, entonces cuando vuelve a mí tiene una sonrisa en el rostro y me dice que todo va estar bien, que iremos a Miami donde alguien nos esperará con un empleo para ella y juguetes para mí. Creo que finalmente estamos allí y estoy impaciente por mis obsequios.

-Entiendo... -dice mami- esperaba poder llegar antes, no creí que contratarían a alguien tan pronto.

-Disculpa Roselyn, he juntado esto para que coman un par de días - le da algo a mami- pero no puedo hacer más.

- Te lo agradezco -apenas sonríe en forma de asentimiento-

El sueño me lleva a la noche oscura en la que mami y yo estamos sentadas y acurrucadas en el frío a las afueras de una iglesia.
Una señora se nos acerca, es muy bonita y elegante, parece una muñeca.

-Mujer, ¿que están haciendo aquí en medio de la noche? - le pregunta a mami, ésta le dice que no ha podido conseguir un empleo, que papi no está y que no tenemos a dónde ir.
La mujer me mira y me sonríe, me pregunta mi nombre y le digo que es Camila.
Ella le dice a mami que podemos quedarnos en su casa.

Cuando llegamos a su casa, mami y yo estábamos sorprendidas...era preciosa, muy grande y todo brillaba.

La señora me pidió un momento a solas con mami y yo salí por unas puertas de cristal que daban hacía un gran jardín lleno de flores, pasto muy verde y una bonita piscina a la que mami me advirtió no me acercará.

Me recosté en el pasto y contemplé el cielo lleno de estrellas, entonces escuche aquella voz.

- Hey!...shhtt!...Hey!... -era la voz de una niña, me reincorporé y comencé a buscar el origen de esa molesta voz.

Entonces la ví, estaba asomada en la ventana de una habitación en el segundo piso, en cuanto me vió ella se agachó en un intento por ocultarse.

-¡Te he visto! - le grité irritada.

- ¿y qué? - fue su respuesta-
Después de eso salió de su escondite y me miro ladeando la cabeza para después sacarme la lengua y sonreír descaradamente.

- ¡Lauren, será mejor que vuelvas a la cama ahora mismo! - gruñó la señora elegante, la que ahora sabía que se llamaba Anne.

Lauren exaltada con aquel reclamo obedeció inmediatamente.

Anne nos llevo a una casita detrás del jardín a la que llamaba "la casa del servicio" para que mami y yo pudiéramos descansar.

Mami peinaba mi cabello después de un largo baño y me explicó que nos quedaríamos allí por un tiempo, pues aquella señora había sido tan amable de darle un trabajo cuidando y limpiando la casa. Ella parecía contenta.

Antes de irnos a dormir, me hizo hacer mis oraciones de costumbre y está vez añadiría un agradecimiento especial, pues segun ella aunque al llegar se nos había cerrado una puerta, Dios había abierto una ventana para nosotras.

The good girl (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora