Prólogo

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Con sólo 16 años de edad la pequeña Amara ha tenido que soportar el engaño de su madre hacia su padre, el divorcio de estos y el mal hábito que había comenzado su padre, Las apuestas...

Aún así ella no dejaba de sonreír, sabía que su padre estaba sufriendo más que ella después de descubrir a su amada Cordelia en la cama con otro hombre, también sabía que el vicio de su padre por las apuestas eran una forma de escapar de su sufrimiento.

Amara creía que después de un año su padre volvería a ser el mismo de antes, pero eso no era así, él estaba mucho peor... casi no llegaba a casa y cada vez que se veían él la miraba con un poco de odio, tal vez era por el parecido a su madre, aún así Amara trataba de sonreirle a la vida, para así no derrumbarse al igual que su padre.

Pronto sería el cumpleaños de Amara, ella lo esperaba con ansias, sabía que de alguna manera podría despejar su mente de todo el sufrimiento que le provocaba el estar sola en casa, haría una fiesta enorme e invitaría a todos sus compañeros de instituto, menos a su arrogante vecino el cual para su desgracia también era su compañero.

Sólo faltaban dos días para su gran fiesta, estaba casi todo preparado sólo tenía que entregar las invitaciones y ya todo estaría listo, con las invitaciones en mano camino por la gran casa hasta la puerta principal y antes de abrirla sonó el teléfono, fue hasta donde esté se encontraba y contestó.

—¿Diga? — preguntó mientras miraba las pequeñas cartitas en su mano izquierda.

—¿Hablo a casa de los Winchester?— dijo una voz ronca.

—Si — contestó ella prestando atención al hombre que le hablaba del otro lado de la línea.

—Hablo de Henry Ford Hospital, le quería informar que el señor Bruce Winchester, se encuentra grave y lamentó decirle que no pasará la noche — aquellas palabras fueron como una puñalada en el corazón para la pequeña Amara, sus ojos se humedecieron y las tarjetas que sostenía en su delicada mano cayeron al suelo.

Sin decir palabras colgó el teléfono y salió con prisa hacia el hospital en donde se encontraba su padre, casi media hora se demoró en llegar al hospital, al hacerlo corrió hasta la recepción y preguntó por su padre.

Cuando llegó a la habitación que le habían dicho vio al hombre conectado a muchas máquinas, tenía muchos raspones en la cara y brazos, se acercó lentamente a él y al estar ya a su lado trató de hablarle, pero no salía palabra alguna de sus labios.

Después de dos horas sentada a su lado sosteniendo su mano, su padre murió, Amara no dejo de llorar hasta que se desmayó. Al despertar ella estaba en una de las habitaciones de aquel hospital, al recordar el fallecimiento de su padre las lágrimas no tardaron en inundar sus hermosos ojos avellana.

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Nota de la autora:

Hola, espero les guste mi novela, voten y comenten que tal les pareció n.n

YazAguii

Amara +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora